Realidad detestable

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Publicado en Opinión

Realidad detestable

Lunes, 21 Octubre 2019 04:28 Escrito por 
Realidad detestable Sin Titubeos

A lo complicado se sumó la confusión porque esta vez, hasta en el terreno mediático, donde mejor se había movido, el gobierno federal mostró la cara de la indefensión, donde el vacío fue llenado por supuestos “ciudadanos” que inundaron con videos las redes sociales sobre la refriega en Culiacán, sucedida el jueves pasado.

Con justa razón, Mauricio Valdés Rodríguez, hombre de dilatada experiencia en el andar político, me dijo sobre los hechos que la realidad puede causar disgustos, ser muy detestable. Pero es terca y termina por imponerse.

Recordó que, por décadas, Sinaloa ha sido una entidad cogobernada por el poderoso negocio del narco, que “aunque disguste reconocer, las llamadas fuerzas de la seguridad hace muchos años que están penetradas al ritmo de ‘plata o plomo’”.

Es verdad. En esto los gobiernos de esa y otras entidades, y también del país, prefirieron el dejar hacer y el dejar pasar, con cuantiosos residuos de muchísimo dinero.

“En 1976, hace 43 años, fui como coordinador de un grupo de auditores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a Culiacán; desde entonces nos advirtieron de no salir si escuchábamos alguna balacera y alejarnos de la tristemente célebre colonia Tierra Blanca. Desde entonces, la mayoría prefirió plata y los menos terminaron con plomo. Es como la Isla de Sicilia Mexicana”, remarcó.

Realidad detestable, sin duda, pero realidad al fin, con una narcocultura como sello distintivo de un país cada vez más incendiado por emboscadas, ejecuciones, balaceras, bloqueos, con sicarios fuertemente armados como principales protagonistas.

En el pretendido operativo para capturar a uno de los cabecillas del Cártel de Sinaloa, Ovidio Guzmán, vástago de Joaquín “Chapo Guzmán, quien después fue dejado en libertad para “evitar una masacre”, debe admitirse el estricto cumplimiento de la Ley de Murphy: si algo puede salir mal, saldrá mal”, y ello no como parte de las acción propiamente dicho, sino como parte de toda la estrategia para enfrentar la situación.

Los delincuentes, que en otros épocas podían “presumir” no rebasar ciertas líneas, han venido modificando sus códigos. Los “objetivos”, es decir, sus adversarios, son llevados al paredón igual que sus familias; secuestran, asesinan, extorsionan; raptan niños y niñas, adolescentes, etc., con fines de trata de personas.
Bajo ninguna circunstancia se debe negociar con los grupos criminales, porque con lo sucedido el jueves en Culiacán, se puso a éstos por encima de los ciudadanos.

Frente a ello, estoy de acuerdo con Mauricio Valdés: ahora el reto amerita cabeza fría, nutrirse de datos duros y atacar en las entrañas de las redes del dinero y la complicidad de muchos involucrados, tope donde tope, incluyendo DEA, CIA y poderosos intereses en Estados Unidos y otras partes del mundo.

Cerrar los ojos o hacer de esto un simple capítulo más del paisaje nacional, es ponerse la pistola en la cabeza, porque lo que está en juego no sólo es la vida de los ciudadanos, sino la propia sobrevivencia de la autoridad como tal.

Esa es la terca y detestable realidad. Nada menos.

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