El Presidente López Obrador dio a conocer recientemente que su nuevo libro HACIA LA ECONOMÍA MORAL, será publicado por la editorial Planeta y estará a la venta desde el primero de diciembre. Ahí explicará cuál es el nuevo modelo en lo político, en lo social, en lo cultural, ¿Cuál es el modelo post neoliberal?, ¿En qué consiste?”, dijo el Presidente en conferencia de prensa.
Hay una gran cantidad de autores, como Guillermo Bonfil en su México profundo, que han escrito sobre la pobreza. Esto nos hace recordar el libro ¿Qué hacemos con los pobres?, de la fallecida narradora cubana nacionalizada mexicana Julieta Campos (esposa del tabasqueño Enrique González Pedrero, muy cercano a López Obrador al inicio de su carrera política). Ese crítico libro fue publicado por la editorial Aguilar en 1995, justamente al finalizar el sexenio salinista que prometió la modernidad y el primer mundo con la entrada de México al Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Y también vienen a la mente los libros y la larguísima serie de artículos de Julio Boltvitnik en La Jornada (Economía Moral) criticando los métodos de medición y aplicación de los variados programas que para intentar medir y solucionar la pobreza se han aplicado en nuestro país.
Antecedentes de la Cartilla Moral que reparte el gobierno de AMLO.
La Cartilla Moral fue escrita por Alfonso Reyes en 1944, a solicitud de Jaime Torres Bodet, entonces Secretario de Educación Pública. El libro habla de preceptos morales que tiene que ver con el amor a la naturaleza, a la patria, a la familia y al prójimo, dijo López Obrador cuando empezó a repartirse una nueva impresión pidiendo el apoyo de la población para que de manera voluntaria platicaran con su familia sobre la Cartilla.
La propuesta de distribuir la cartilla moral se generó de nuevo en el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000) e incluso se mandó imprimir; sin embargo, la oposición del sindicato educativo hizo que la publicación se embodegara.
No sé si quedó en el aire la intención de actualizar la cartilla moral de Alfonso Reyes que en paralelo a la constitución moral estaba preparando el filósofo argentino naturalizado mexicano Enrique Dussel. El filósofo trabaja en un proyecto que ha llamado «Hacia una nueva cartilla ética». El profesor de la UAM Iztapalapa expresó ¨Yo la voy a tomar no para criticarla, si no para actualizarla», se trata de sumar sugerencias para repensar el problema moral y ético en la Cuarta Transformación, declaró el académico que participa del Instituto de Formación Política de MORENA, que en teoría dirige Rafael Barajas, el famoso caricaturista conocido como El Fisgón.
En la práctica la formación de los cuadros de Morena no ha empezado porque según Barajas la actual presidenta del partido no les asigna fondos (ocupada como está en lidiar con los conflictos de algunos belicosos militantes por la renovación de la dirigencia y la propuesta de reducción de ingresos públicos a los partidos por parte del Congreso). Esta carencia de formación disciplinada evidentemente es causa de la falta de una ordenada sucesión y organización en MORENA, agravada por la ¨sana distancia¨ del actual Presidente de la República, del partido que creó.
Será interesante analizar el próximo libro del Presidente a la luz de las acciones de su primer año de gobierno y sobre todo de los conflictivos acontecimientos recientes relacionados con los narcos. Además, el Presidente ha reiterado su intención de convocar a especialistas e integrantes de la ciudadanía para formar un constituyente que componga una CONSTITUCIÓN MORAL en este sexenio.
Ojalá y lleguen a tiempo las enseñanzas morales y éticas para que también se conviertan en buena gente los Narcos, porque hasta ahora si acaso leen algo es sobre tácticas de terrorismo y El Príncipe, de Maquiavelo, en especial la versión postmoderna de Borges, no el famoso argentino Jorge, sino el mexicano Tomás Borges que escribió MAQUIAVELO PARA NARCOS EN 2008 (Ed. Planeta).
Con esa nueva versión maquiavélica los Narcos, inmorales Príncipes Transnacionales Postmodernos que operan globalmente (en más de 100 países), fácilmente aprenden cómo evitar ser aprehendidos por el cada vez más débil Estado Nacional.
Los nuevos Príncipes ya no son sólo Nacionales sino Transnacionales. Los obsoletos Estados Modernos, a cuya cabeza están Príncipes a la antigua rebasados por la globalización, a duras penas defienden la acotada soberanía nacional frente a delincuentes organizados como intocables y poderosos Príncipes Transnacionales.
(Noviembre-2019)