El imperio más poderoso que la humanidad haya conocido jamás, el de Estados Unidos, el del ejército más numeroso y mejor armado aunque no con la mejor tecnología pues Rusia lo supera, fue humillado por un país subdesarrollado, Irán, que demostró que no importa el tamaño y la fuerza del enemigo sino la voluntad davidiana de un pueblo por defender su soberanía.
Goliat recibió, en palabras del ayatola iraní Alí Jamenei, una “bofetada en la cara” después de que dos bases militares de Estados Unidos en Irak fueron atacadas con veintidós misiles iraníes que los radares no pudieron detectar en la operación de represalia llamada Mártir Soleimani, en respuesta al asesinato con drones ordenado por el presidente Donald Trump contra el general Qassem Soleimani, de visita diplomático-militar éste en Irak.
Cinco misiles impactaron en la base militar de Erbil y diecisiete contra la de Ain Al Assad, según información del ejército de Irak, dada a conocer por la agencia internacional RT (Rusia Today). En el ataque, según el gobierno de Irán habrían muerto ochenta personas y se destruyó un importante arsenal militar incluidos drones militares y un avión de la fuerza aérea estadunidense.
Las bajas fueron desmentidas enseguida por el presidente Donald Trump, aunque no los daños materiales, quien contradictoriamente dijo “todo está bien”.
El mundo se puso en vilo e inmediatamente se impactaron los mercados internacionales como el del petróleo, las bolsas y el dólar, y se esperaba una guerra abierta entre Estados Unidos y el país persa, pero fue el mismo presidente Trump el que reculó. Con sus declaraciones disipó un posible enfrentamiento en el que iban a involucrarse varias naciones de Oriente Medio y Asia.
Después la Cámara de representantes retomó el caso para poner candados al presidente estadunidense y éste no pueda declarar una guerra sin la aprobación del congreso.
¿Dios, Alá o los misiles “invisibles”?
Lo cierto es que el caso de los misiles de Irán, dato que la prensa internacional ha menospreciado o dejado en segundo plano, es de suma importancia por el factor de disuasión que representó al mostrar que cuentan con una tecnología muy superior a la que tiene Estados Unidos al no haber podido ser detectados.
Irán demostró que tiene la capacidad de no provocar daños colaterales y afectar de manera criminal a la población civil como lo han hecho las tropas de Estados Unidos en otras guerras, la más representativa Irak, pues sus misiles dieron en los blancos especificados con inmaculada precisión.
Irán lleva muchos años trabajando en inventos militares propios (como lo ha hecho Cuba) y en no sólo mejorar sino superar la tecnología misilistica a la par o más allá de la que tienen Estados Unidos y sus aliados como Israel. Lo demostró en esta escalada de “ojo por ojo”, como también la calificó el primer ministro iraní.
Irán ha puesto en marcha lo que ha llamado una guerra asimétrica, o sea una especie de guerra de guerrillas dentro de una guerra convencional. Por ejemplo, contra los grandes acorazados en el mar ha desplegada una serie de lanchas rápidas unipersonales con un misil que por su tamaño son indetectables por los radares de los barcos de guerra a los que pueden causar graves daños e inmovilizarlos. Una especie de bajas al estilo Vietnam, pero en el mar.
Y en sus declaraciones ha sido preciso, directo y firme en comparación con las expresiones de Donald Trump, quien amenazó con un “ataque desmesurado” y después reculó al pedir hacer la paz con Irán. Este último sí cumplió su amenaza de venganza sin vacilación.
Lo cierto, o la conclusión de todo el mundo es que no se hizo la guerra gracias a Dios o a Alá. O más bien a los misiles disuasorios iraníes que demostraron superioridad militar ante Estados Unidos y sus Aliados que también se hubieran visto atacados si se desataba la guerra, una guerra estilo Vietnam. ¿Cuántos latinos, muchos mexicanos, no iban a regresar en bolsas negras o lisiados?
¡Extra! ¡Extra!
Y hay quien entre más viejo más p… O como decían los abuelos: “genio y figura hasta la sepultura”. Mejor como dijo el sabio “renovarse o morir”. La cuestión es que hay quienes no evolucionan y como Estados Unidos se sienten policías del mundo, o de sus vecinos. “El que contra ti conspire, delante de ti caerá”, Isaías:54. EU, primera caída.
*Presidente de la ONG Franature.