En días recientes, diferentes planteles de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), han experimentado manifestaciones públicas del alumnado, particularmente femenino que, mediante tendederos de pancartas, denuncian el supuesto acoso sexual del que son víctimas por parte de profesores.
En una reacción desesperada por mantener la autoridad a flote, el rector Alfredo Barrera Baca, ordenó la destitución inmediata de un profesor de la Prepa 1, en respuesta a denuncias de acoso y a un video que aparentemente lo demostraba. De ahí, ya se hicieron públicos otros despidos contra docentes.
Sin embargo, los desafíos son bastantes para lograr de nuevo los consensos con la comunidad universitaria, renglón en el que Alfredo Barrera no ha tenido éxito en los diferentes momentos de crisis que ha pasado la Máxima Casa de Estudios.
Solo para referir. En diciembre pasado, los universitarios exigieron la renuncia del rector, luego del asesinato de la profesora y directora del Ballet de Danza Folclórica de la institución, cuyo cuerpo fue encontrado en el Teatro Jaguares, ello ante la lentitud en la respuesta de la universidad para explicar los protocolos de seguridad en sus instalaciones.
Desde ese entonces, los manifestantes dejaron ver la denuncia por actos de violencia de género que padecían alumnas por sus profesores. Esa ocasión no se logró llegar a ningún acuerdo.
Por si fuera poco, en octubre de 2019, Barrera Baca protagonizó un enfrentamiento mediático con el diputado Maurilio Hernández, presidente de la Junta de Coordinación Política en la Legislatura mexiquense, quien acusó al rector de desvío de recursos.
Esto, porque los 369 millones de pesos que la Legislatura local había destinado para cubrir el adeudo de la UAEMéx con el ISSEMyM, investigación y becas para estudiantes, fue utilizado para el pago de incrementos salariales a sus trabajadores.
Al respecto, el rector aclaró que los adeudos urgentes que tenían en ese momento era con los trabajadores, generando la inconformidad de la bancada de Morena en el Congreso local.
Y para colofón, en abril del año pasado, el rector fue abucheado y confrontado por estudiantes en calles del centro de Toluca, después de concluir la movilización masiva a la que convocó, junto con su equipo de trabajo, para defender la autonomía de la institución donde participaron administrativos, docentes y alumnos.
Es evidente la poca gobernabilidad de las autoridades universitarias, empezando por su cabeza, sumado a la nula legitimidad. Ojalá ello no lastime aún más su endeble autonomía.
