Era cuestión de tiempo para la llegada a México de la nueva enfermedad del coronavirus, el covid-19, que ha puesto en alerta a todo el mundo. La enfermedad que se originó en Wuhan, provincia de Hubei, China, presume un tipo del coronavirus del que hasta la fecha no se dispone de vacuna para combatirlo.
Se cree que la enfermedad es de procedencia animal, particularmente se sospecha su origen al murciélago como alimento, a causa del mercado de animales vivos de Wuhan, en donde se dieron los primeros casos. Sin embargo, no es tan fácil detectarla, porque su tipología, como la fiebre, tos, dificultades respiratorias, pueden confundir con otras enfermedades, pues puede ir desde la apariencia de una gripa común, hasta una neumonía mortal.
A partir de su descubrimiento, el doctor Li Wenliang, intentó advertir sobre el brote del nuevo coronavirus, aunque en un principio no se le creyó, porque fue acusado de hacer comentarios falsos e investigado por propagar rumores, cuando intentó alertar a sus colegas de su descubrimiento, finalmente murió infectado y eso provocó indignación en el país asiático.
No obstante, después del descubrimiento de Li Wenliang en diciembre del año pasado, fue hasta el 20 de enero cuando China declaró la emergencia del brote, para ese momento pasaron varios días, lo que provocó indignación de los chinos en contra del gobierno por subestimar la gravedad del virus, y de intentar mantenerlo en secreto, el gobierno de Xi Jinping se encuentra en el ojo del huracán.
Sin embargo, la potencia asiática dio una cátedra de diseño e ingeniería al construir en solo diez días un hospital para contener el coronavirus de Wuhan, en el epicentro del brote, de dos pisos, y con una capacidad para 1000 camas, el hospital Huoshenshan, posteriormente vino un segundo hospital, el Leishenshan con capacidad para 1500 camas.
El gobierno chino advirtió del peligro que representaba para a humanidad el nuevo virus, al tiempo que informaba la cantidad de enfermos y muertes por su causa, para que de esta forma el mundo empezara a prepararse para su inminente arribo y contagio por todo el planeta.
Atento en consecuencia el mundo entero ha seguido con detenimiento los pasos que ha dado la enfermedad en China, así como al momento de salir de su frontera, marcando el inevitable avance que a emprendido hacia diferentes latitudes.
Desde el primer momento en el que China informó del brote del nuevo coronavirus, cada nación empezó a prepararse de la mejor manera posible ante su inminente propagación, comunicando e informando a sus ciudadanos sobre las acciones preventivas que deberían adoptar, siendo esto lo mínimo que debe hacer cada gobierno.
En México, el mandatario pidió no exagerar, ya que, dijo, que el país cuenta con buenos médicos y que está preparado para enfrentar al Covid-19. Además consideró la necesidad de informar para que no haya pánico como sucedió con la influenza, que según él se exageró y afectó al país económicamente.
Hay que recordar que el tabasqueño fue un duro crítico del entonces presidente Felipe Calderón, cuando en 2009 decretó emergencia sanitaria por la enfermedad de la influenza A-H1N1, ya que se encontraba en plena gira y eso afectaba sus planes.
Pero, ahora bien, a pesar de la alerta emitida por todo el orbe, en suelo azteca se ignoran medidas de seguridad indispensables, como lo demuestra la nula preocupación de aplicar protocolos de seguridad sanitaria en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para evitar la entrada y propagación del virus. Así quedó de manifiesto cuando arribaron a la Ciudad de México mexicanos procedentes de China, pero a la fecha las condiciones no han cambiado, el relajamiento de las autoridades deja a la merced de la pandemia al país.
Se debe poner especial atención respecto de lo que piensa López Obrador del coronavirus Covid-19, y eso se puede sintetizar de una forma muy simple, considera que todo es una “propaganda”, de la cual México ya sobrevivió. Como consecuencia de su postura, los funcionarios de su gobierno y la prensa oficial irremediablemente replicarán las palabras del mandatario. Qué ironía, porque ahora será la prensa fifí, la que se preocupe por informar a la sociedad respecto de los otros datos de la ciencia.
Ahora, de acuerdo a lo que presume López Obrador saber, sería bueno para bien de la humanidad que convocara a los líderes para tranquilizarlos y llamar a la calma, para evitar que las bolsas sigan en pique, amenazando una crisis mundial, porque exageran con su propaganda, pero dicha reunión tendría que ser en suelo mexicano, ya que se conoce que es negado a viajar.
Cada quien determinará lo que deba hacer ante el problema de la enfermedad, el tiempo le dará o no la razón a López Obrador, lo malo, es que de no tenerla, está generando en el país un caldo de cultivo ideal para su arraigo, y pueden haber muertes como consecuencia.
Lo lamentable es que no se puede ocultar que actualmente existe un grave problema en el sector salud, la desaparición del seguro popular y la aparición del Insabi tendrá mucho que ver, y no hay que ser magos para adivinarlo, los enfermos de cáncer son un claro ejemplo de la falta de previsión.
Es el presidente de México ¿irresponsable o una eminencia? El tiempo lo dirá.