Los juicios han sido severos. Es sencillo evaluar los hechos y señalar las rutas que “debieron” seguirse. Las expresiones de descalificación surgen de primera impresión. Unos y otros acusan intolerancia y falta de voluntad. Los hechos, los datos, indican, sí, que algo no debió ocurrir… pero así fue y no hay manera de echarlo atrás.
La situación que vive la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) a partir del paro de siete facultades (Antropología, Arquitectura y Diseño, Artes, Ciencias de la Conducta, Ciencias Políticas y Sociales, Humanidades, y Planeación Urbana y Regional), que inició el pasado 21 de febrero, ha provocado una serie de “análisis” y señalamientos relacionados con las posibles soluciones al problema.
El problema es más profundo y complejo, porque intervienen factores que, en los antecedentes, crearon las condiciones para que se acumulara el enojo y la frustración en un sector importante de la comunidad universitaria; además, en el contexto nacional, el activismo femenino ha ganado espacios simbólicos importantes (como las marchas y pintas en la Ciudad de México o su presencia en la conferencias mañaneras del Presidente) que les han dado una enorme visibilidad.
En la perspectiva interior de la propia universidad, hay muchas personas interesadas en “cuidarse” y “colocarse” con miras a la sucesión de la Rectoría el próximo año, y los grupos que permanentemente han “luchado” por un cambio de régimen en la administración de la Máxima Casa de Estudios mexiquense, han intensificado su dinámica, de la mano de los grupos y partidos políticos, que también trabajan en pos de ocupar el poder en la institución educativa.
Por otra parte, el entorno que debió afrontar la actual administración universitaria desde su llegada, en mayo de 2017, no ha hecho sencillo el recorrido y ha obligado a sus autoridades a buscar nuevas formas para resolver los adeudos pendientes con organismos como el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) o el Sistema de Administración Tributaria (SAT); además de una crisis de reputación derivada de lo que se llamó –mediáticamente- la “Estafa Maestra”.
Por si fuera poco, la actual gestión ha vivido una alternancia política que ninguna otra administración ha debido sortear. En el año 2000, cuando el Partido Acción Nacional (PAN) arribó a la Presidencia de la República, hubo presiones para que las Instituciones de Educación Superior aplicaran modelos e indicadores de desempeño para acceder a recursos públicos, aunque –al no controlar el Congreso de la Unión- debieron negociar con los gobiernos estatales para no dejar sin recursos a las universidades que no alcanzaban los parámetros. En el caso de la UAEMéx se hicieron los ajustes pertinentes y se libró el escenario, aunque los panistas tampoco cambiaron en el fondo los soportes del régimen político.
A diferencia de aquella época, esta administración universitaria recibió la “sacudida” política con el triunfo de Morena en tres ámbitos: la Presidencia de la República, el Congreso de la Unión y la Legislatura del Estado de México. Todo ello ha provocado cambios profundos y las instituciones de educación superior han enfrentado momentos complicados para superar los problemas financieros que han acumulado durante varios años.
En esas condiciones, ahora, la UAEMéx debe resolver un problema que –el propio rector, Alfredo Barrera Baca, ha reconocido- se detonó en diciembre pasado a raíz del homicidio de la profesora, Sonia Pérez, en instalaciones de la propia institución.
En un mensaje que difundió la UAEMéx, en el marco del tercer informe de actividades, el rector convocó a la unidad y la reconciliación de los universitarios, sin dar la espalda a la violencia contra las mujeres, y señaló que rechazar la violencia deberá hacerse desde la unidad y la reconciliación. Habrá que ver la reacción de las comunidades en paro.
Ahora, por si fuera poco, el diputado local del PAN, Anuar Roberto Azar Figueroa, propuso –ante el pleno de la LX Legislatura- reformas a diversas disposiciones de la Ley de la Universidad Autónoma del Estado de México, para crear el Centro de Atención Integral a la Mujer; a lo que este mismo jueves el rector respondió con un desplegado donde califica la iniciativa del diputado, como “un franco atentado contra la autonomía de la máxima casa de estudios mexiquense, y un gesto enteramente ilegítimo que toma por asalto las bases de nuestra facultad de autodeterminación universitaria”.
“La Universidad conmina a todos los poderes del Estado a proteger a las mujeres, universitarias y no universitarias (de la Universidad pública y de Universidades privadas), mexiquenses de todas las edades, núcleos sociales y formaciones, porque es esa la exigencia de las mujeres en todos los espacios y plazas del país”, señala el documento firmado por el rector e hizo un llamado “a que no se sirvan de una causa social legítima para sacar provecho político de la pena y el dolor de nuestra sociedad”.
Esperemos que pronto se encuentren los cauces y las condiciones para el diálogo y la solución de la crisis que afronta la UAEMéx, y que –sobre todo- se resuelvan los problemas de acoso y hostigamiento que han sido denunciados.
PERCEPCIÓN
¿A quién le conviene la crisis que enfrenta la Universidad Autónoma del Estado de México?