A finales del 2019 y principios del 2020, en la Ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei en China central, se originaron unos de los primeros brotes coronavirus (COVID-19). En menos de 2 meses se ha expandido a 86 países y se han presentado casi 97,000 casos a nivel mundial.
Como parte de las acciones internas que el gigante asiático ha generado para contrarrestar el que se siga propagando este virus, es el cierre de fábricas y comercios, además de estrictas restricciones de viajes en aerolíneas, todo ello para hacerle frente y evitar generar más contagios entre la población china.
Sin embargo, aunque el virus avanza muy rápido y ha llegado a varios países, incluyendo México, el brote ha generado un efecto positivo dentro del medio ambiente y la calidad del aire.
Es bien sabido que China es el país que más contamina a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud, normalmente sus niveles de contaminación del aire están 500 veces por encima de lo considerado como peligroso.
Pero este lunes la NASA y la Agencia Espacial Europea publicaron diferentes imágenes, en las que se muestra la caída de los niveles de dióxido de nitrógeno en el aire. Y debido al cese de actividades industriales y de transporte se ha disminuido un 25% de emisiones de dióxido de carbono en las últimas dos semanas.
Según una analista del Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), durante las últimas tres semanas de febrero, China emitió 150 millones de toneladas métricas (mtm) de CO2 menos en comparación al mismo periodo el año pasado, 150 mtm es equivalente a todo el dióxido de carbono que la ciudad de Nueva York emite durante un año.
Es un dato interesante enmarcado dentro de esta crisis de salud que está viviendo nuestro planeta. Podemos darnos cuenta cómo la industria repercute en la calidad del aire que respiramos todos nosotros. Cómo el uso desmedido de los medios de transporte incide directamente a incrementar los niveles de contaminación. Cómo el uso de energías fósiles le está haciendo tanto daño a nuestro entorno.
En tan solo dos meses hemos podido ser testigos de que el reducir el 6% de las emisiones globales equivalentes al 25% que ha dejado de emitir China, por causa del coronavirus COVID-19, es posible. No es necesario que vivamos este tipo de pandemias para poder presenciarlo, solamente hace falta voluntad de los líderes de las naciones y el compromiso de cada uno de los ciudadanos que habitamos este planeta para poder reducir significativamente los niveles de contaminación del aire.
