Hasta el momento el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no ha estado realmente a prueba en la cuestión política, aunque al parecer no tarda en enfrentarse a los primeros y verdaderos retos.
En lo que va de la administración lopezobradorista el mandatario ha tenido que entretenerse fabricando enemigos a modo, mismos a los que con un solo movimiento de su parte lanza a la enorme cantidad de incondicionales a realizar la labor ruda, para contrarrestar a la oposición de su gobierno.
Aunque los opositores no aparecen por parte de algún partido político, asociación o figura pública en particular, porque a decir del propio mandatario se encuentran moralmente derrotados, puede ser que esto se deba a que la mayoría está preocupada ante lo que ha mostrado el gobierno ser capaz de hacer, vía Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).
Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad, se ha encargado de mostrar el músculo con el que cuenta la administración del morenista, pues siempre habrá de donde tomarlos para someter a quien sea necesario.
Sus incondicionales lo saben, pues no puede haber fuego amigo o enemigo que pueda quitarles el sueño, a menos claro, que intenten revelarse ante el poderoso, porque entonces sí, sabrán lo que es no estar del lado correcto de su historia, de ésta que escribe en este momento Morena con su líder al frente.
Bien, al no contar con un enemigo que pueda tener el tamaño para considerarlo digno de ser llamado verdadero adversario, se entretiene, mientras tanto, con el ex presidente Felipe Calderón, a quien a pesar de que le ha llovido por todos lados no abandona el campo de batalla, pero desafortunadamente para su causa, se le ve muy en solitario, no logra hacerse acompañar de personajes con peso que le ayuden, ni contar con el apoyo que le representaría esa fuerza ciudadana que necesita.
AMLO hasta el momento ha transitado por un camino de oro, libre de obstáculos que le quiten el sueño, por eso repite con insistencia, que él está tranquilo, que no siente ninguna presión y da a entender que así seguirá.
Y en efecto, así ha sido, pero, peca de soberbia al pensar que nada le manchará sus blancas alas, así lo ha presumido desde que fue Jefe de Gobierno del Distrito Federal, hoy Ciudad de México, porque además, así ha sucedido, no hay quien lo haga preocuparse, insisto, hasta el momento.
Pasaron presidentes, en particular Vicente Fox Quesada que por más que intentó no logró hacerle daño, al contrario, cada embate en contra del tabasqueño terminaba fortaleciéndolo. Como muestra de ello, basta recordar el intento de desafuero que enfrentó el de Macuspana, del cual se levantó victorioso y sin ningún daño que pudiera debilitarlo. Aunque existe una gran diferencia de aquel López Obrador, con el actual.
Aquél Lopez Obrador de campaña permanente (aunque siempre lo ha estado, hasta la fecha), era más aguerrido, decidido, imponía y le temía hasta el más pintado, porque cada vez que le lanzaban un golpe, él respondía con cuatro, por ello muestra la soberbia que hoy le impide tocar piso.
Así, de esta forma por un lado, y por otra, sabe que su fuerte es dictar la agenda diaria, para ordenar lo que se tiene que hablar durante el día; y así lo hacen la prensa, los políticos, la sociedad, por su puesto su gabinete y sus debilitados adversarios, a quienes se les ve en la esquina del café o restaurante, refunfuñando sin saber cómo recuperar fuerzas, y rezando por no desaparecer en los próximos comicios.
Parecen no estar enterados que se encuentran precisamente en donde le conviene al titular del ejecutivo. Como por ejemplo, esa amalgama que bautizo el tabasqueño como PRIAN les ha causado más daño del que pudieran aceptar. Pero si se observa a cada cual, veríamos que el PRI mantiene la concepción de disciplina que lo mantuvo en el poder por muchos años, y el PAN, con dos sexenios en el poder, hasta el momento no logran unificarse.
¿Están realmente derrotados los dos principales partidos?
En cuanto a los demás, unos, como el PRD intentan recuperar terreno, y otros brillar con luz propia, pero hay los que sirven como apoyo del actual gobierno, y, como antes con el PRI les servirá a los de Morena para restarles votos a sus principales oponentes.
No obstante, López no ha terminado por entender lo que se le avecina, el movimiento que ha intentado descalificar por todos los medios posibles, tanto él como la prensa oficial, al grado de fabricar penosas escenas, han quedado bastante lejos de lo que se viene cocinando. El 8 y 9 de marzo son días cruciales para la vida política del país.
El movimiento femenino le ha dado su primer revés al orgullo de López, sin medir consecuencias arengó en su contra, sin poder ocultar del todo su menosprecio hacia éste y quienes lo integran, calificando a los féminas como conservadoras, intentando ningunearlas al grado de anunciar una venta de su ya clásica distracción para el mismo día que se programó el paro nacional, insignia para ese movimiento.
Un revés que no se esperaba AMLO. Se le vinieron encima las redes sociales, esas “benditas redes” que antes celebraba, pero que ahora, le mandaron un duro mensaje. Se enfrenta a un enemigo inesperado, por lo que es lógico entender que no lo tenía estudiado y menos lo creía visible, ni posible, pero que le ha dado una gran lección y su primer raya en su “tacuche”, porque tuvo que cambiar la fecha que pretendía para ponerla al día siguiente.
Lo fatal para el de Tabasco, es no saber cómo comportarse ante las damas, el cree que es feminista por tener a mujeres trabajando en su equipo, o se dice experto por caminar entre la gente, su verdadero sentir hacia las mujeres lo ha venido dejando claro estos días, y eso no ha podido ocultarlo, cada vez que habla del tema, más lo confirma.
El movimiento que reflejará su fuerza y alcance el 8 y 9 de marzo, es el día D para la vida política del país. El presidente y su cuarta transformación tuvieron una gran oportunidad de hacer algo diferente e histórico, pero cada día se aleja más esa posibilidad, sólo dejan como evidencia una vez más, que las promesas no resuelven los problemas.
¿Será acaso el 9M el día en el que este país despertará? El tiempo lo dirá.
