“Como miembro de la profesión médica… prometo solemnemente… NO PERMITIR que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mis pacientes”. Juramento hipocrático actualizado por la Asociación Médica Mundial en octubre de 2017 en Chicago.
Quise iniciar con la cita de referencia porque esta semana el Consejo de Salubridad General del Gobierno Federal elaboró la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica, ante el crecimiento desproporcional de los casos del COVID-19 y la falta de respiradores, lo que conducirá inminentemente a una escasez.
En dicho documento, el cual ha sido criticado por muchas instituciones, entre ellas la UNAM, se pueden encontrar ejemplos en los cuáles se dejan fuera a algunos estratos de la sociedad como son las personas adultas mayores.
Instruye también la creación de equipos Triage, compuestos por especialistas en urgencias críticas, a los cuales faculta para decidir a que pacientes se les proporcionarán los equipos, decidir si a un paciente que ya esté ocupando uno de estos estos equipos se le debe retirar, y avisarles a familiares y pacientes que esto sucederá.
Creo que no vislumbran la dimensión de problemas que esto generará y cómo están poniendo en riesgo al personal de salud en general, cuanto más a los encargados de dar malas noticias; si de por sí a este sector de la población laboral ya les ha llovido sobre mojado cuando les niegan el servicio de transporte, cuando los bañan con cloro, cuando les dejan mensajes en su ventana de que no vuelvan a casa para no poner en riesgo a otras familias, ahora, además, tendrán que enfrentar demandas, amenazas de muerte, de ellos o de su familia, y no solo amenazas, las agresiones al personal se van a intensificar; si ya hubo golpeados, les aseguró que habrá desapariciones, muertes, descuartizados, en fin, lo que ya hay en México pero contra los médicos y enfermeras del país.
A los médicos que se encargaran de esta operación, no les dejan cumplir su juramento hipocrático, no les dejan capacidad de acción y de decisión; les dieron una instrucción en forma de guía, les dieron una guía para jugar al De tin marín de do pingüé.
Por cierto: La OPEP y otro países petroleros alcanzaron un acuerdo finalmente luego de que México retrasara las negociaciones por un fin de semana; sin embargo, es benéfico para México, pues solo reducirá su producción por dos meses y con menos impacto que los demás países, por la ayuda de Estados Unidos, quien solventará en su producción lo que nuestro gobierno siga produciendo.
Y para variar: Fitch ha recortado la calificación de la deuda de México. La noticia era esperada, pero no por ello es menos preocupante. La calificadora, además, anticipa una fuerte recesión en el país para este año de cuando menos 6%, al igual que el FMI.
* Economista por la UNAM, académico, columnista y articulista. Enlace Administrativo de la Coordinación del Programa de Posgrado en Derecho. Miembro de la Red Nacional de Jóvenes Investigadores del SIJ de la UNAM.
