“El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”: Winston Churchill
Se dice de algunos gobernantes, líderes o personajes destacados que tuvieron grandeza.
¿Qué significa? Hoy, nos detenemos a dar cuenta que ésta suele encontrarse entre la gente sencilla con más frecuencia que entre los gobernantes, lo cual no es noticia pero si llamada de atención hacia dónde mirar para dar con ella.
Dignidad, generosidad, luminosidad, se asocian a tal significado,corrijo –que osadía- también tendrían que ser humildad e integridad.
Me explico, tener poder y generosidad, ser digno, íntegro y no exhibirlo quizás se aproximaría más a la idea que de ello se tiene, hoy que la mezquindad campea y la responsabilidad se elude.
Y no es que haya amanecido decimonónica, sino que me he encontrado con una madre mexiquense –tenía que ser mujer- que salvó a su hija mayor de una enfermedad casi inhabilitante, con trabajo, constancia y amor hoy, es una chica sana, hermosa y exitosa.
Ese será el legado de la madre que conocí, que siendo profesionista optó por la lucha para asegurar el futuro de su hija. La historia me movió y me llevó a esta reflexión: “El precio de la grandeza es la responsabilidad”.
El hecho me lleva también a preguntarme si los políticos próximos a concluir su cargo, han definido y estructurado su legado, y si éste será digno, íntegro, viable y transformador, si habrá grandeza en ello. Grandeza en el legado, en el ejemplo, en la obra, en la de políticas públicas, y en lo intelectual, si fuera el caso.
Pensar en los que vienen, como la madre que menciono, ciertos que el futuro tiene dueños: las nuevas generaciones que son quienes lo detentarán.
En el ejemplo de la generación de hoy, los nuevos mexiquenses aprenderán que el compromiso y la integridad es más importante que otras cualidades, y que la responsabilidad es grandeza.
