Relaciones peligrosas: mujeres libres y periodistas libertinos (Martha Gellhorn, Hemingway, Bertrand de Jouvenel y Colette)

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Relaciones peligrosas: mujeres libres y periodistas libertinos (Martha Gellhorn, Hemingway, Bertrand de Jouvenel y Colette)

Jueves, 18 Junio 2020 00:10 Escrito por 
Relaciones peligrosas: mujeres libres y periodistas libertinos (Martha Gellhorn, Hemingway, Bertrand de Jouvenel y Colette) Relaciones peligrosas: mujeres libres y periodistas libertinos

Martha Gellhorn fue una periodista y escritora estadounidense nacida en 1908 en San Luis, Missouri. Es considerada una de las corresponsales de guerra más importantes del siglo XX. De 1940 a 1945, fue la tercera esposa del novelista estadounidense Ernest Hemingway, el cual le dedicó su célebre novela Por quien doblan las campanas.

Ella y Hemingway vivieron juntos intermitentemente durante cuatro años antes de casarse en diciembre de 1940 —Hemingway también vivió hasta 1939 con su segunda esposa, Pauline Pfeiffer—. Cada vez más resentido por las largas ausencias de Gellhorn, ocasionadas por sus ausencias como corresponsal para cubrir el frente italiano en plena Segunda Guerra Mundial, Hemingway le escribió en 1943, desde su casa en La Habana —: «¿Eres corresponsal de guerra o esposa en mi cama?». Cuando regresó, ella le dijo que no lo aguantaba más. Después de cuatro años de controversias matrimoniales, se divorciaron en 1945.

La película Hemingway y Gellhorn (2012), en donde Nicole Kidman interpreta a Gellhorn y Clive Owen a Hemingway, se basa en esos años. El documental de 2011 No Job for a Woman: The Women Who Fought to Report WWII (No es trabajo para una mujer: las mujeres que lucharon por informar sobre la Segunda Guerra Mundial) presenta a Martha Gellhorn y cómo cambió el reportaje de guerra. Pero realmente vale la pena leer completa su biografía, escrita por Caroline Moorehead, Gellhorn: A 20th Century Life, Henry Holt & Co., New York (2003), en español editada por Circe en 2004.

A los 22 años de edad Martha Gellhorn fue a Francia y conoció al excepcional personaje que fue Bertrand de Jouvenel. Su enmarañada vida merece también leer su biografía completa, pero aquí sólo destacaremos que Martha y él tuvieron un affaire sentimental que duró de 1930 a 1934 y que hubiera durado más si la esposa de Bertrand, la singular escritora y periodista psíquica y espiritista Marcelle Prat le hubiese concedido el divorcio.

Antes de conocer a Martha y de casarse con Marcelle, siendo apenas un adolescente de 17 años Bertrand fue seducido por su madrastra, la licenciosa escritora de novelas cortesanas, pícaras, y también periodista conocida como Colette.

Bertrand, nacido en 1903, era hijo de un miembro de la antigua nobleza francesa de la región de Champaña y de una mujer de origen judío procedente de una familia de industriales. Su padre, luego de divorciarse en 1912 contrajo matrimonio con la provocadora escritora Colette, quien en 1920 sedujo a Bertrand de 17 años con quien comenzó un romance clandestino a sus 47 años de edad. El affaire, que provocó un escándalo y terminó con el matrimonio de su padre, duró hasta 1924 en que el asunto salió a la luz.

Nacida en 1873 Sidonie-Gabrielle Colette, más conocida como Colette, fue una novelista, periodista, guionista, libretista y artista de revistas y cabaré francesa. A los diecinueve años, desesperada por conocer el mundo y salir del pueblo, se casó con Henry Gauthier-Villars, más conocido como Willy, periodista y novelista varios años mayor que ella, un libertino bon vivant vividor, tramposo y adúltero que se encargó de estimular la escritura de la joven esposa. Así es como en 1900 surge la colección de Claudine, una serie de novelas que evocan con picardía e insolencia la infancia, adolescencia y primera adultez de la propia Colette. El éxito fue inmediato. Al comienzo los libros fueron firmados por Willy; pero cansada de las infidelidades de él, Colette pidió el divorcio y tomó control de su obra y de su vida.

A los 39 años de edad, Colette se casó en 1912 con Henry de Jouvenel, redactor-jefe del diario Le Matin con quien tuvo a su única hija: Bel-Gazou. En este período la escritora ejerció como periodista y crítica de teatro. Todo parecía en calma en la vida de Colette, hasta que a los 47 años dio rienda suelta a un affaire con su hijastro, Bertrand de Jouvenel, un jovencito de diecisiete. Aunque Colette llevaba 8 años de casada con su padre Henry, a Bertrand no se le había permitido conocer a su madrastra antes. La seducción del joven dejó, además del escándalo de tragedia griega y un divorcio tumultuoso, una de las obras de Colette más reconocidas: Chéri, publicada en 1920, que relata la historia de desamor de una mujer madura y un frágil adolescente.

La novela Chéri fue hecha película en 2009 y recibió la Clasificación: No recomendada a menores de 13 años. Como dicen en Hollywood, ¨cualquier semejanza con la realidad, es mera coincidencia¨. En ella, Léa de Lonval (Michele Pfeiffer) es una cortesana de edad, que ya no ejerce.

Un día, una antigua compañera suya le pide que le enseñe a Chéri, su hijo, las artes amatorias, y lo que comienza siendo un travieso flirteo se convierte en un apasionado amor. Esta película está dirigida por el británico Stephen Frears, quien veinte años antes filmó Las amistades peligrosas (1988), con la misma estrella estadounidense Michelle Pfeiffer en una dramática (por no decir trágica) historia de amor. La película se basó en la famosa novela cortesana epistolar de ese nombre, inscrita en la tendencia dieciochesca de la sátira licenciosa. Publicada en 1782 por Pierre Choderlos de Laclos, el escrito fue tan escandaloso como los del Marqués de Sade en su tiempo.

En este tenor, a los setenta y dos años, Colette publicó en 1944 Gigi, su novela más célebre, manteniendo su estilo fresco e irreverente. En su novela Colette ofrece una excepcional visión del París «fin de siècle», una ciudad obnubilada por los adelantos técnicos: el teléfono, el automóvil, donde los escándalos de las celebridades eran recogidos por la prensa del corazón. Sin eufemismos, Colette retrata la condición femenina que se mueve entre la estrechez económica y la ligereza moral. Para componer el delicioso personaje de Gigi, recurre a elementos de su propia biografía; también la autora, casada muy joven, sabrá que el descubrimiento de su destino como mujer supone «el fin de mi carácter de muchacha, intransigente, bonito, absurdo», como confesó en su obra Lo puro y lo impuro.

Sin embargo, llevada al cine en un grandioso musical, de la mano de Vincente Minnelli, la edulcorada Gigi ganó un récord de nueve premios de la Academia (en la ceremonia de los Oscar 1959 ) y no tuvo restricciones de clasificación para menores de edad, como Chéri o para más actualidad, como Colette que recientemente se estrenó en 2018 como una película biográfica de drama, basada en la vida de la novelista francesa.

Colette está protagonizada por Keira Knightley y como Chéri, es No recomendada a menores de 13 años. Curiosamente, Gigi, cuyo tema es tan escabroso como las anteriores películas, pasó sin censura el siglo pasado gracias a ser un musical. Incluso fue encomiada la canción de Maurice Chevalier, ¨Gracias al cielo, por las niñas¨, por la cual hoy probablemente se le acusaría de cantar a la pedofilia...

En fin, dejaremos para otra ocasión profundizar en la obra de Bertrand de Jouvenel (1903-1987), como politólogo y economista. Su vida intelectual es interesantísima, tan heterodoxa como su vida sexual. Y sus ideas, muy actuales. Se lo puede considerar como iniciador, junto con Nicholas Georgescu-Roegen, de lo que acabamos llamando hoy Economía Ecológica.

Fue uno de los iniciadores en Francia y en el mundo de la reflexión prospectiva, explicaba que había dos maneras de comprender el futuro: Como una realidad única...o como una realidad múltiple.

Esto quiere decir que un hecho del presente puede evolucionar de diversas maneras y presentarse de diferentes formas en el futuro. Estas formas son los futuros posibles que Bertrand de Jouvenel denominó futuribles.

Lo entienden como una realidad única: los adivinos, los profetas, los oráculos, etc. y todos los que consideran que existe un destino que decide y marca los hechos de la vida como una realidad única.

La realidad múltiple nos dice que un hecho del presente puede evolucionar de diversas maneras y presentarse de diferentes formas en el futuro. No porque el destino así lo quiere, sino porque de esa manera lo determina el hombre que es el único protagonista de los hechos y el único responsable de su propio futuro.

El conjunto de la obra de Jouvenel puede ser entendido bajo la intención que él mismo declaró en una de sus obras: como un estudio de «cómo evitar a nuestra civilización la decadencia y posterior caída común a todas las civilizaciones precedentes».

¿No cree Usted que esa cuestión es hoy más que nunca pertinente resolver debido a la pandemia que nos amenaza?

Hoy, más que nunca, es tiempo de pensar en diseñar un futuro deseable para todos.

Junio 2020

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Javier Ortiz de Montellano

Articulista invitado