“Tenemos una relación sobresaliente; es su primer visita en el extranjero; es un honor que su primera visita sea a Estados Unidos. La relación jamás había sido tan estrecha, apostaban en contra, pero nunca fue tan estrecha. La relación se basa en confianza y respeto”, palabras inéditas de un Donald Trump irreconocible, sobre todo para referirse a un presidente de México, un mandatario mexicano que, además, lo comparó con Hitler cuando andaba en campaña.
Esto es resultado de la visita que hiciera Andrés Manuel López Obrador a su homólogo de los Estados Unidos, Donald Trump, por demás curioso, porque los vaticinios indicaban que el estadunidense pondría de rodillas a López Obrador y lo usaría descaradamente para sus propósitos electorales.
El segundo cometido se cumplió puntualmente, pero el primer efecto fue un espaldarazo al mexicano que de inmediato subió en preferencias ciudadanas. Sí, fue una bocanada de aire fresco para López Obrador.
“Ha sido un privilegio tenerlo como amigo; hemos tenido una relación muy buena desde el principio, a pesar de las adversidades y de las apuestas en contra, pero creo que ya han aprendido a no apostar en contra de nosotros”, afirmó Trump.
“Fallaron los pronósticos, no nos peleamos; somos amigos y vamos a seguir siendo amigos”, respondió ante los medios de comunicación el presidente mexicano.
La visita fue extraña, pues no había ningún tema urgente entre ambos países. La excusa formal usada: la entrada en vigor del tratado comercial T-MEC que fue un evidente pretexto, porque ya se habían celebrado ceremonias protocolarias entre las tres naciones firmantes.
El primer resultado, entonces, fue positivo para AMLO, que no para los mexicanos. El manejo de la pandemia por Coronavirus ha puesto literalmente en jaque a su gobierno, tanto, que el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, responsable del manejo epidemiológico decidió “apagar” el semáforo durante la próxima semana por el aumento en los contagios y en el número de decesos.
Advirtió que la información transferida por algunos estados para evaluar el mapa epidemiológico es inconsistente. Alertó por rebrotes de Covid-19 en Quintana Roo, Campeche y Yucatán. Según López Gatell, esto manda un mensaje de preocupación sobre el riesgo de que el desconfinamiento y las reaperturas se hagan demasiado rápido. “Falta la mitad de la epidemia”, dijo.
A esto se suma el descenso de la economía a niveles pocas veces visto en el país, con pérdida de empleo de manera acelerada.
Los especialistas consideran que México enfrentará una grave crisis como consecuencia de la pandemia y, por si eso fuera poco, tenemos el aumento en la inseguridad, con la presencia de grupos criminales disputándose los territorios regionales.
Esto había generado la caída en preferencias del presidente López Obrador, pero ¡pump! llegó el salvador de la Cuarta Transformación.
Donald Trump rescató a AMLO por tercera vez. Lo hizo cuando la crisis del petróleo ante la OPEP; la segunda, cuando le envió ventiladores para controlar los primeros casos de coronavirus, cuando el gobierno mexicano no los encontraba en el mercado internacional.
Pero todo tiene un precio. El presidente mexicano ya hizo su apuesta, en caso de que Trump gane las elecciones habrá valido la pena esta visita Yam criticada. Por el contrario, si el ganador es el demócrata Joe Biden nos espera a AMLO y a los mexicanos una muy amarga pesadilla.
“Trump lanzó su campaña de 2016 llamando violadores a los mexicanos. Él ha propagado el racismo contra nuestra comunidad latina desde entonces. Necesitamos trabajar en sociedad con México. Necesitamos restaurar la dignidad y la humanidad en nuestro sistema de inmigración. Eso es lo que haré como presidente”, aseguró Biden en cuenta de Twitter.
El equipo de campaña de Trump le respondió: “de hecho Joe, mientras tú llevas décadas haciendo promesas vacías a los hispanos, el Presidente Trump le ha cumplido a nuestra comunidad”.
Ya lo anticipó Enrique Krauze: “los demócratas estadunidenses no olvidarán el servicio a quien tanto los ha dañado”. Eso, a pesar de que los propios demócratas aclararon que su molestia no es con López Obrador, sino por el intento de Donald Trump de querer sacar beneficio político de esa visita de Estado.
Sí, hay malestar. Esperemos que la apuesta de AMLO sea la correcta, de lo contrario, no sabemos cómo le irá a México que tiene muchos, pero muchos problemas encima.