*A Rosy Coyotécatl, por su genial esfuerzo por la vida.
Cómo ha cambiado en los últimos treinta años, la estructura mental, intelectual, política, social y cultural de la mujer en el mundo. Los paradigmas establecidos, se han roto. Cuando se hace análisis de género, existen dos paradigmas en cualquier organización: el de la teoría clásica, y el de la teoría científica. Entonces, hay que buscar desde la estructura de género, quién es el ideal de paradigma dentro de estos dos.
Por ejemplo, veo que éstos son buenos en la medida en que se acepta a un trabajador –hombre o mujer- con las características suficientes para poder desarrollar el trabajo que está establecido. El problema es que se hace a un lado al trabajador mujer porque se pre establece -paradigma- que es diferente en sus condiciones sociales, políticas, educativas y culturales, a las del hombre. Porque el rol que se ha establecido para las mujeres es el de amas de casa y criadoras de sus hijos. Pero considero que esto que pasaba hace treinta o cincuenta años, no tiene por qué pasar más. Para mí, deberían de ser estos roles iguales.
Por eso no hay lugar dentro de los paradigmas de la administración. La organización es una modalidad de la administración para la mujer. En el paradigma de la administración, se puede incorporar la diferencia de género en la administración general.
¿Por qué no volteamos el sartén y pensamos que todos los programas establecidos para la mujer desde el gobierno y organizaciones no gubernamentales, deben ser entendidos desde la perspectiva de: qué les podemos nosotros dar a ellas? ¿Qué es lo que necesitan de nosotros y no nosotros de ellas? Apoyo, inteligencia, confianza.
Esto viene arrastrándose de culturas orientales y occidentales y en este momento está inserto dentro del marco de la globalización. Es increíble que, en este momento de vida, en pleno siglo XXI, algunas mujeres en Afganistán estén siendo matadas porque sí, por no reunir los paradigmas establecidos alrededor de los hombres Talibanes que expresan su furia por querer quedar bien con un Dios al que adoran.
Para muchas culturas, la mujer está en su casa, y es la variable únicamente de reproducción social. El hombre es la variable de la organización económica, de la producción. Pero este paradigma viene rompiéndose considerablemente en esta, nuestra actualidad. Ya las mujeres son más que capaces para cualquier programa que se les ponga enfrente. Esto lo han super demostrado.
Sin embargo, la mujer es distinta en las culturas. En los judíos, es más la base de la idealidad. Así, las mujeres determinan la pertenencia al clan. Eso es un producto ideológico, de su tiempo: el patriarcado.
Para estudiarla y a sus problemas, tenemos que entenderla. Estudiarla sociológicamente para poder decir: esto es científico y lo tomo en cuenta.
Pero también podemos decir: esto no es cierto. Proponer y tratar de entender que una nueva verdad que es conocida durante siglos y no mencionada, es que estas mujeres no están capacitadas: la ausencia de capacitación es un producto social. Tampoco están educadas sino sólo para hacer su rol de reproductoras sociales. Y esto obedece a principios distintos, a distintos productos de culturas locales.
(Continuará)