El pasado miércoles 7 de octubre, un gran mexicano quién fuera reconocido en el año 1995 con el Premio Nobel de Química, se nos adelantó.
Mario Molina, científico especializado en química atmosférica, académico, docente e investigador, estudió Ingeniería Química en la Universidad Nacional Autónoma de México, realizó un posgrado en Alemania, y obtuvo un doctorado en Fisicoquímica en la Universidad de California, Berkeley en 1972.
Durante su vida profesional recibió numerosos galardones de los que destacan más de 40 doctorados Honoris Causa, el Premio Tyler de Energía y Ecología en 1983, premio destinado a las ciencias ambientales, energía y medicina. En 1999 la Organización de las Naciones Unidas le otorgó el Premio Sasakawa y en 1995 fue reconocido con el Premio Nobel de Química por sus estudios sobre química atmosférica y el agujero en la capa de ozono a causa de sustancias como los clorofluorocarbonos.
Desde muy joven realizó investigaciones en coautoría con Frank Sherwood Rowland ,donde documentaban el adelgazamiento de la capa de ozono sobre la Antártida a causa de los clorofluorocarbonos, sustancias que comenzaron a utilizarse desde los años 40´s y que generaban gran afectación. En un principio, la comunidad científica tachó sus investigaciónes como exageradas y a la par afectaban a empresas que utilizaban en sus productos aerosoles este tipo de compuestos, por lo que Molina y Rowland tuvieron que defender su teoría ante científicos, políticos y empresarios.
Sin embargo, años más tarde su investigación fue aceptada y reconocida, por lo que en 1987 se firmó el Protocolo de Montreal, donde las naciones hacen un compromiso de no utilizar clorofluorocarbonos, detener la producción que dependiera de ellos y sustituirlos por compuestos menos dañinos para el medio ambiente, lo que lo hizo acreedor al Premio Nobel de Química, que otorga la Real Académia Sueca.
En 2004, fundó el Centro Mario Molina, que tiene como misión encontrar soluciones prácticas, realistas y de fondo a los problemas complejos relacionados con la prevención del cambio climático y la promoción del desarrollo sustentable, el uso eficiente de energía y la protección del ambiente, siendo un puente entre la ciencia y las políticas públicas en materia de energía y medio ambiente. Centro desde donde impulsó la educación, la investigación y la concientización sobre la importancia y las consecuencias del cambio climático.
El decía que “Los científicos pueden plantear los problemas que afectarán al medio ambiente con base en la evidencia disponible, pero su solución no es responsabilidad de los científicos, es de toda la sociedad”, por lo que cada uno de nosotros con nuestras acciones debe pensar y actuar de manera positiva, cuidando y preservando nuestro planeta.
No solo México, sino el mundo entero debe estar agradecido con Mario Molina por sus grandes contribuciones, al ser un promotor del cuidado de nuestro planeta y del medio ambiente, ya que sus investigaciones son evidencias reales de los problemas y las afectaciones que se generan diariamente en nuestra atmósfera, debiendo reflexionar y ser más concientes de las problemáticas ambientales que todos generamos en nuestro actuar diario.
Hoy y siempre recordemos con mucha admiración a este extraordinario hombre, Mario Molina.
