Mucho se habla del lavado de dinero, del blanqueo de capitales, lavado de activos, de las operaciones con recursos de procedencia ilícita, pero ¿realmente sabemos y entendemos a qué se refiere?, ¿cuáles son sus implicaciones?, ¿cómo afecta a la población en general? Ante esto, les comparto una forma fácil y sencilla de entenderlo.
Para empezar, las denominaciones antes mencionadas significan prácticamente lo mismo; lo que sucede es que, de acuerdo a su aplicación, se utilizan de forma indistinta atendiendo a la materia, contexto, región o porque sencillamente algunos conceptos son mayormente utilizados de forma coloquial. Quizás la diferencia principal estriba cuando se utiliza el concepto de “lavado de activos”, dado que este se refiere a las operaciones a través de bienes como las compraventas inmobiliarias, contrabando de productos, etc., y no únicamente dinero.
Ahora bien, lavado de dinero básicamente es el proceso a través del cual las ganancias obtenidas por la realización de actividades ilícitas se transforman en lícitas, ya sea disfrazándolas, ocultándolas o mezclándolas, de tal forma que se dificulte, evite u oculte su verdadera procedencia; esto, a través de las diversas modalidades que existen para ello y que hoy en día son consideradas como delitos.
Como dato cultural, la palabra “lavado” tiene su origen en los años 20´s, específicamente en el hermano país del norte, donde la Ciudad de Chicago destacó por el florecimiento de la época de los gángsters y de la llamada Ley Seca. Ahí, un grupo de delincuentes con negocios en el alcohol, el juego, la prostitución y otras actividades ilícitas, compraron una cadena de lavanderías. Al final de cada día, juntaban las ganancias ilícitas provenientes de los otros negocios y las ponían dentro de las cajas de su cadena de lavanderías, así quedaban justificadas como resultado de “actividades legales” y automáticamente estaban dentro del sistema financiero. De ahí el compuesto de palabras “lavado de dinero” y a grandes rasgos así es como funciona.
En cuanto a las implicaciones, recientemente la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) hizo público los resultados de la “Evaluación Nacional de Riesgos”, donde justamente menciona algunos de los efectos, entre ellos: i) Crecimiento de las organizaciones delictivas, cuyo volumen de recursos ilícitos ascendió el billón de pesos entre 2016 y 2018; ii) Prevalencia de la corrupción y la impunidad; iii) Incremento de la economía informal, entre otras.
Por otra parte, de acuerdo con algunos especialistas en la materia, se calcula que aproximadamente el 60% del dinero proveniente de actividades ilícitas se queda en el país de origen, para luego pasar al lavado de dinero. Estas entradas y salidas masivas de dinero perjudican seriamente el desempeño macroeconómico del país causando efectos en la inflación y en el Producto Interno Bruto (PIB). Tan solo, se dice que en México cada año se blanquean alrededor de 50 mil millones de dólares.
Por último, el hecho de introducir dinero circulante sin respaldo, además de no generar impuestos, reviste una economía bajo una liquidez ficticia, provocando el alza de los precios en el mercado superior a la capacidad adquisitiva de la mayoría de las y los ciudadanos; perjudicando especialmente a la población de bajos recursos, cuyos ingresos se calculan sin tomar en cuenta estas variables. Es decir, todo sube de precio debido a esta falsa inyección de dinero, mientras que los salarios continúan siendo los mismos.
Desafortunadamente, México sigue siendo una gran lavadora de dinero, de acuerdo con la Fiscalía General de la República (FGR) la posibilidad de que una persona sea castigada por este delito es de 2%. Por ello, estas actividades representan un negocio rentable para la delincuencia organizada, que sin duda, no tiene ningún temor a la justicia mexicana.
La realidad, es que las consecuencias continúan castigando nuestro país, pero sobre todo a las y los mexicanos más vulnerables, a los que viven al día y a todos aquellos que se esfuerzan por tener mejores condiciones y calidad de vida. De nada sirve una legislación robusta, si las autoridades responsables destacan por su inacción.
¿Conoces algún caso de lavado de dinero?
Construyamos #CuentasClaras