Yo no conozco a Juan Rodolfo Sánchez. Tal vez solo lo he visto una vez en la vida, cuando, a través de León Valverde, me pidió que llevara a la periodista Diana Mancilla, entonces directora de Milenio en el estado, para que la saludara. Entonces quería ser presidente municipal por primera vez de su tierra.
No sé de él nada, solo que es presidente municipal de Toluca, ahora por Morena, y antes era del PAN. Que es amigo de Enrique Peña y que dos de sus más cercanos colaboradores viven en el mismo lugar que yo, que no es Toluca.
Sé que tuvo una madre de excelencia a la que sí conocí y llegué a querer mucho. Con ella debió de haber aprendido con “palitos y manzanas” todo lo que sabe de bueno en la vida. Mujer con valores y virtudes. Más le valía…
Entonces, el hecho de ver que acaba de poner no solo un semáforo rojo en Toluca, sino que pidió que se restringieran todas las actividades en su municipio a partir de las ocho de la noche, vamos, “decretó un toque de queda”, me hace pensar en él como un hombre inteligente y sensato, que por fin quiere agarrar al “toro por los cuernos” y poner orden en este gran y terrible estado de “guerra” en que vivimos, ante un atacante mortal y profundamente desconocido que se nos vino encima hace más de 240 días.
Ya era tiempo. Y así, en un video que veo en la mañana del domingo, que hizo hace un par de días y que dejó correr, con tarjetas en mano y memorizando párrafo por párrafo dijo muy clarito: “Esta pandemia nos está poniendo a cada quien en nuestro lugar y con una perspectiva distinta ante la vida. Es tiempo de actuar de manera inmediata. Nuestra educación está a prueba: pregúntate: ¿qué es lo que debes de hacer tú?”
“Este virus nos sacudió y está cambiando mucho de nuestras vidas. Nos ha puesto ante nuestro propio espejo, y está haciendo visible lo mejor y lo peor de cada uno. Todos: ricos y pobres, hemos tenido que volver a lo básico. Esta crisis ha hecho caer una parte de la pirámide de nuestras vidas, y nos ha obligado a replantearnos cómo somos, qué queremos y cómo deberíamos ser…”
En fin, así se fue hablando por espacio de un buen rato. “De la incertidumbre que tenemos todos en este momento y de que, aunque las vacunas estén en camino, no hay nada cierto para nadie todavía. Esto que nos ocurre, podría ayudarnos a ser mejores personas. Muchos virus antes: violencia, inseguridad, corrupción, malos gobiernos… pero ese caos puede empujarnos hacia la creatividad, aun saliendo deformes de esta dura prueba, recreemos las cosas: nuestra forma de vivir, de sentir, y de pensar, para vivir con más pasión, disciplina y orden en nuestras vidas. Recordemos que somos humanos y somos buenos… Dios siempre escribe derecho en renglones torcidos…”
Inteligente, sensato, filosófico, prudente… ayer puso el: “ya estuvo suave. Ya se acabó. Lo quieran comprender o no, hasta aquí llegué y apelo a su conciencia.”
Juan Rodolfo, es ese joven político mexiquense, al que no le hacen falta ni valor ni ganas. Por eso le ruego: esfuérzate y se valiente. Si somos inteligentes, te seguimos.
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