Según la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, son 10 los Organismos Públicos Autónomos entre los que encontramos al Instituto Nacional Electoral, al Banco de México y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, tan solo por señalar los más relevantes en la historia política de nuestro país, aunque hay que incluir desde luego a la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Autónoma Metropolitana, diseño institucional que se replica en las entidades federativas, que tienen a su vez sus propios organismos y sus universidades estatales autónomas.
Antes que autónomos, estos organismos son parte de la administración pública descentralizada, es decir, en términos de su decreto de creación cuentan con autonomía administrativa y financiera, empezando por la facultad que tienen para el nombramiento de quienes conformarán sus órganos de gobierno, un diseño que se adoptó en nuestro país bajo el ideal de la descentralización del poder y después de una fuerte lucha y resistencia de varios sectores de la sociedad, principalmente en el ámbito de la educación superior.
¿Qué estamos insinuando?, nada, no dejaremos nada en el anonimato del tintero, la propuesta del presidente de la república va más allá de los 10 Organismos Autónomos Constitucionales, es un ataque al andamiaje de organismos descentralizados, lo que tiene varios inconvenientes para el gobierno, un ataque que se inició desde hace varios años en las entidades federativas, que pasó por el aval de la Corte a través de los criterios jurisprudenciales que se han emitido en los últimos años y que ahora se retoma por el Gobierno Federal, muy seguramente como continuidad a la experiencia que vivió AMLO cuando fue Jefe de Gobierno con este tipo de organismos.
De entrada laboralmente a partir de una interpretación de la fracción XXXI, Inciso b), Apartado A del artículo 123 Constitucional, la regulación de las relaciones entre los organismos descentralizados y los trabajadores a su cargo, se regularon por la Ley Federal del Trabajo, por tanto, los trabajadores han tenido hasta ahora 3 derechos elementales, el derecho a constituir sindicatos, a gozar de un contrato colectivo de trabajo y el derecho a estallar huelgas por diversas circunstancias, a lo que tienen derecho parcialmente los trabajadores que regulan sus relaciones por el Apartado B del mencionado artículo 123.
Sí se materializa la propuesta de López Obrador, la medida abarcará a todos los organismos descentralizados con 2 efectos: será el presidente a través de las distintas secretarías quien nombre directamente a quienes dirijan a cada uno de ellos y laboralmente los trabajadores no tendrán la capacidad de negociación de sus condiciones de trabajo, pasando de contar con un contrato colectivo de trabajo a regular la relación con condiciones de trabajo fijadas unilateralmente por la dependencia, esto sumado al hecho de que será prácticamente imposible que los trabajadores estallen una huelga en la defensa de sus derechos e intereses.
No es cosa menor lo que está en juego, imaginemos el tema educativo a nivel Universidad, sí la propuesta de AMLO avanza, el término Universidad pasará de la idea de “universalidad” a “unicidad”, refiriéndome desde luego al establecimiento de planes de estudio unidimensionales, que partirían desde una misma concepción, pues serían establecidos desde una misma visión del mundo, quedando sepultada la idea de la revisión integral y hasta holística del pensamiento y conocimiento humano.
Lo señalado en el párrafo anterior es solo un ejemplo, si revisamos la función de cada organismo autónomo y de cada organismo descentralizado, veremos que lo que está haciendo el presidente, no es otra cosa sino fortalecer de nueva cuenta la figura presidencial, para de nueva cuenta y como en el pasado, sea el titular del ejecutivo federal la última palabra en muchos temas, es decir, está concentrado de nueva cuenta el poder político y administrativo en unas solas manos.
Algo le reconozco a López Obrador, él es jefe de proyecto y el suyo lo tiene muy claro, conste con eso no quiero decir que sus objetivos además de desinteresados sean lo mejor para la sociedad, pero de que el tipo tiene definido lo que persigue nadie lo puede dudar, quién tontamente crea que el actual presidente es un inepto se va a equivocar y definitivamente será fácilmente derrotado políticamente hablando por el tabasqueño y la estructura gubernamental que ha venido construyendo en estos últimos años.
Delegado Presidente de la Delegación Valle de México
en el Colegio de Abogados del Estado de México A.C.
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