Después de diez meses de confinamiento por la pandemia del Covid-19, millones de seres humanos ya somos otros. El miedo, el distanciamiento social, no ver a la familia y a los amigos. Los muchos muertos, el personal sanitario agotado, el cierre de actividades, los empleos perdidos, las empresas cerradas, los niños y jóvenes con la escuela en casa, nos plantean necesariamente una interrogación: ¿cómo será nuestra vida en adelante?
Después de esta cruenta experiencia muchos habremos aprendido la importancia de responsabilizarnos de nosotros y de los otros, y quienes no lo hacen ya no estarán para verlo. Una pandemia tan larga como la que vivimos ha requerido de un gran sacrificio de la humanidad, pero esto no puede ser para siempre, de acuerdo a lo que señala el visionario politólogo norteamericano Francis Fukuyama.
La vida comunitaria y la economía tendrán que ir abriendo paulatinamente y los gobiernos y sus pueblos enfrentar nuevas oleadas de la enfermedad, lo que nos obliga a adoptar nuevos hábitos y conductas.
Cada familia y cada ser humano tendrán que organizarse a partir de la lucha por sobrevivir en las nuevas condiciones, en las que más virus y enfermedades se presentarán.
Familia, pareja, hijos, amigos. Empleo, escuela, deporte, entretenimiento, tendrán que ajustarse a una nueva realidad. Las micro y las grandes empresas ya estarán reorientando sus modelos de producción y servicios.
Habrá amigos y familiares a los que no se volverá a ver. Se extrañará el abrazo, el apretón de manos, el beso y la convivencia. El mundo digital lo sustituye.
Pasada la etapa más urgente y trágica de la crisis, el mundo entrará a un largo y penoso camino, señala nuevamente Fukuyama. Para sobrevivir sacrificaremos todo lo que hace que valga la pena vivir, de acuerdo a lo que el filósofo coreano-inglés Byung-Chul Han avizora.
La reflexión sobre nuestro proyecto de vida, los valores que regirán serán otros, entre ellos, responsabilidad con el planeta y con los demás, vida saludable, respeto, defensa de la vida, felicidad de la niñez, entre otros.
Tendremos que buscar las respuestas del nuevo proyecto en el yo interno, como camino para encontrar, quizá, la felicidad.
