Brittany Kaiser, la consultora americana que participó en el complot para influenciar la elección de Trump en 2016

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Brittany Kaiser, la consultora americana que participó en el complot para influenciar la elección de Trump en 2016

Domingo, 28 Febrero 2021 00:10 Escrito por 
Javier Ortiz de Montellano Javier Ortiz de Montellano Guerras culturales

El documental The Great Hack (El Gran Hackeo o Nada es privado, puede verse en Netflix) trata del complot de la empresa Cambridge Analytica, parte del conglomerado inglés Strategic Communication Laboratories (SCL), para influir en procesos electorales, especialmente en las elecciones de Estados Unidos en 2016 a favor de Trump.

Este grupo contratista militar y empresa de guerra psicológica, fundado en 1990, usó datos extraídos de las redes sociales (notablemente de Facebook), en combinación con técnicas computacionales y psicológicas para manipular las decisiones de los usuarios, concretamente en eventos políticos como el Brexit y especialmente en las lecciones de Estados Unidos de 2016.

Los realizadores del estupendo documental siguieron a tres personas que tuvieron papeles importantes en el escándalo. El primero que sospechó del engaño fue el neoyorkino profesor universitario David Carroll, que se dio cuenta de que algo andaba mal por su disputa con Cambridge Analytica al intentar recuperar sus datos personales tomados de las redes, que fueron a parar a manos de esa empresa. Su pesquisa lo llevó a notar que algo raro pasaba.

En 2015, durante la campaña de las elecciones primarias en Estados Unidos, este profesor de diseño de medios en la Escuela de Diseño de Parsons de Nueva York, comenzó a investigar a quiénes estarían trabajando con los candidatos. Resultó que Cambridge Analytica era una de las empresas que trabajó con los republicanos que obtuvieron sorprendentes victorias.

Lo anterior ocurrió gracias a la campaña electoral que Cambridge Analytica realizó, recolectando datos de ciudadanos estadounidenses con el objetivo de predecir su personalidad, su comportamiento e incidir en su intención de voto. Se crearon cerca de 240 millones de perfiles. La operadora política de datos obtuvo, además, información de más de 50 millones de usuarios de Facebook, los que fueron utilizados para fines políticos.

Luego de investigar toda esta trama, David Carroll reclamó sus datos a Cambridge Analytica para que fueran devueltos. Como la compañía pertenecía a Strategic Communication Laboratories (SCL), en Reino Unido, Carroll usó a su favor el Acta de Protección de Datos de 1998 y la Regulación General de Protección de Datos de la Unión Europea.

Y se destapó el complot. Un importante participante del complot, el joven científico de datos, el canadiense Christopher Wylie tomó conciencia de las ilegalidades de lo que estaban haciendo e hizo revelaciones en marzo de 2018 a dos periódicos (el inglés The Guardian y el New York Times de Estados Unidos) y al noticiero del Canal 4 de la televisión británica, quienes simultáneamente dieron a conocer los resultados de su investigación periodística conjunta, estimulada por las declaraciones del denunciante.

Otra de ellas es Brittany Kaiser, quien trabajó para Cambridge Analytica y luego expuso lo que estaba sucediendo al interior de la empresa. Después de su ordalía ante el Congreso y de proporcionar abundante evidencia de la ilegal actuación de Cambridge Analytica, la tejana Brittany Kaiser apareció prácticamente como la figura central en el importante documental citado The Great Hack (El Gran Hackeo o Nada es privado, en Netflix).

Meses más tarde, Kaiser publicó en el mismo año de 2019 LA DICTADURA DE LOS DATOS, la verdadera historia desde dentro de Cambridge Analytica y de cómo el Big Data, Trump y Facebook rompieron la democracia y cómo puede volver a pasar.

La joven consultora política norteamericana pasó así del idealismo progresista de colaborar en la campaña de Barack Obama a verse metida en una trama en que según declaró la misma Kaiser, participaba Cambridge Analytica para apoyar a Trump y que “podía aislar a individuos y, literalmente, hacerles pensar, votar y actuar de manera diferente a la que lo habían hecho antes”.

El jefe de Brittany, Alexander Nix, el entonces Presidente Ejecutivo de la hoy desaparecida empresa Cambridge Analytica, ya explicaba dos años antes de la victoria de Trump en 2016 que su empresa “iba a ganar las elecciones en Estados Unidos”. Se trataba de “utilizar la información personal de los ciudadanos para influir sobre ellos y, por tanto, cambiar las economías y los sistemas políticos de todo el mundo”. Dicho así, se entiende a la perfección el título del libro de Kaiser y el cierre posterior de la empresa en 2018 después de estallado el escándalo periodístico.

Los datos procedían de cualquier fuente que Cambridge Analytica pudiera pagar, desde agencias de viajes a supermercados (hasta el padrón electoral de votantes como en México donde ChoicePoint Inc. compró el padrón electoral en 2003, en el que estaban registrados alrededor de 60 millones de ciudadanos mexicanos y en 2018 apareció el padrón electoral mexicano de 2015 en la nube, supuestamente hackeado a un partido político).

Brittany Kaiser, ex directora de Cambridge Analytica confirmó en una comisión parlamentaria del Reino Unido el uso de datos personales en México, aunque no en elecciones. Pero la fuente estrella era Facebook, donde, por ejemplo, mediante una aplicación obtenían el consentimiento de usuarios para ceder los datos de sus amigos (algo que vulnera cualquier legislación de protección de datos).

A cada individuo se le otorgaban unas complejas puntuaciones llamadas OCEAN con las que se determinaba su personalidad. O significa abierto ( open , en inglés); C, concienzudo; E, extravertido; A, afable; y N, neurótico. Según los valores de cada una de esas categorías de cada individuo, se decidían los mensajes que podían influir en su conducta.

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Javier Ortiz de Montellano

Articulista invitado