“Yo veo un México de mujeres que aún no cuentan con las oportunidades que les pertenecen; mujeres con una gran capacidad, una gran capacidad para enriquecer nuestra vida económica, política y social. Mujeres en suma que reclaman una participación más plena, más justa, en el México de nuestros días.”
Luis Donaldo Colosio Murrieta
Hace un año en este espacio escribíamos en apoyo al grito de ¡ni una más!, mismo que llevó a millones de mujeres a parar actividades en todo sentido, económico, político y social; con la esperanza que la población reaccionara y se diera cuenta del papel tan crucial que juegan en nuestra vida diaria las mujeres.
No obstante, una de las secuelas más profundas que dejará el gran eclipse que denotará el paso de la pandemia, será el gran retroceso del avance de equidad y paridad de género en la sociedad mexicana, donde el confinamiento “voluntario” relegó a este género al papel de cuidadoras, o, en su caso, a realizarlo a la par de sus actividades académicas y laborales.
Más de 200,000 de las plazas perdidas reportadas por el IMSS pertenecían a mujeres, en parte porque algunos de los sectores más golpeados son los que tienen a mujeres en primera línea de actuación como son: la hotelería, las ventas y la industria restaurantera, en parte, porque lamentablemente en México se sigue con el pensamiento medieval de ver al hombre como el proveedor del hogar, eso en cifras formales; en la informalidad las mujeres tambien fueron las más afectadas, desde puestos de comida, hasta ventas por catálogo o las que ayudaban en las tareas del trabajo doméstico.
Por si fuera poco, el Gobierno Federal actúa totalmente indiferente, desde un presidente que dice que no existe #elpactopatriarcal que mediante una canción y a gritos le invitan a romper, pasando por el apoyo total de Palacio y el partido en el poder a una serie de candidatos con un pasado dudoso y desmentir las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Nacional; hasta las vagas declaraciones de la secretaria de gobernación donde solo se reconoce una deuda histórica y social con las mujeres.
No obstante ante la impunidad, ante la indiferencia y sobre todo cansadas de las injusticias, de la victimización y revictimización, nuevamente se hicieron oír, virtual y físicamente; poco importó el muro y el virus, porque muchas no pudieron parar este año pues fueron paradas el año pasado por el desempleo y la reapertura de la brecha de la desigualdad, aún así gritaron, estuvieron presentes por ellas y para ellas, porque son concientes que dejar la lucha representaría el peor error que pudiese existir para un movimiento tan necesario, porque todavía falta crear conciencia en muchos de nosotros, por eso desde aquí mi reconocimiento a todas ellas y mi apoyo incondicional porque “lo cierto es que solamente peleando alcanzaras tus derechos” diría Von Iherning, porque no bajaron la guardia a pesar que este #8M fue diferente por haber estado entre la indiferencia y la pandemia.
Por cierto: Le cuento que ya salió la primera suspensión provisional en contra del Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley de la Industria Eléctrica en la que la visión panorámica y completa del juzgador correspondiente precisó que por tratarse de una sentencia para un mercado regulado debe ser de observancia general para no generar ventajas competitivas para un agente y tenga posibilidades de convertirse en preponderante, bien por el Juez, en tanto esto llegue a la Dirección Jurídica de la Presidencia, perdón de la SCJN.
Y para variar: Una más de la Corte cortesana, esta vez, nuevamente a favor de la 4t y no del pueblo al que ambos se supone deben procurar, así es amigos, ahora los trabajadores del Estado que se vayan pensionando estarán topados a 10 veces la UMA y no salarios mínimos, lo que representa una diferencia de al menos $15,000.00.
Héctor Alejandro Ramírez Medina*
* Economista por la UNAM, académico, columnista y articulista. Enlace Administrativo de la Coordinación del Programa de Posgrado en Derecho. Miembro de la Red Nacional de Jóvenes Investigadores del SIJ de la UNAM.