"Si crees que es más espiritual ser vegetariano, hacer yoga o dejar de ver la televisión, eso está bien, pero si juzgas a quien no hace esto, entonces estás en una trampa del ego"
~Mooji
Todos podemos caer en las trampas del ego espiritual.
Desde que nacemos vivimos condicionados por la sociedad, tenemos un falso concepto de nuestra identidad, muy materialista, unos valores y unas aspiraciones como el éxito, el status, el prestigio, el dinero, la riqueza material, que los demás te quieran, que los demás piensen bien de ti, siempre buscando fuera, culpando, victimizando, al reflejo, a lo de afuera, sin entender que era un reflejo de lo de adentro...Y de repente despiertas, te das cuenta de que hay un ego, te das cuenta de que la mente con sus pensamientos, con sus creencias, es la causa de tu sufrimiento cuando vives en la ignorancia de no saber quién eres, o en la inconsciencia de ni siquiera querer saberlo.
Y entonces de repente despiertas y te das cuenta de cuál es la causa de tu malestar, y empiezas a tener herramientas para ir más allá, te lees un libro, haces un curso, llegas a entrar en este viaje, en esta industria del crecimiento personal, el coaching, la espiritualidad. Pero, en ese preciso momento hasta que no te viene una verdadera madurez espiritual de integrar todo esto, de digerirlo bien, de realmente cambiar tu manera de mirar, en ese proceso muchas personas no se dan cuenta de que el ego se espiritualiza.
El ego espiritual tiene que ver con que de repente te metes en este viaje, haces clic, empiezas a despertar, empiezas a trabajarte interiormente, empiezas a cosechar ciertos resultados pero el ego quiere sobrevivir en ti, el ego se sofistica y entonces se pone sus túnicas, cambias un poco la forma de hablar, la ropa, tu alimentación y entonces vas al otro y le dices "oye, ¿sigues comiendo carne? ¿No haces yoga? ¿Tú no meditas? Yo medito mucho. Cada mañana, cada tarde..."
Juzgando al otro y pensando que eres o vales más porque ya eres "espiritual".
La espiritualidad es otra cosa, la espiritualidad tiene que ver con la sanación profunda psicológica, con sanar tu herida. Cuando tú empiezas a sanar tu herida de repente te das cuenta de que no te quieres. En vez de buscar el amor fuera, date el amor a ti mismo, aprende a amarte, que no confías en ti y empiezas a buscar la seguridad fuera, empieza a confiar en ti. Que te sientes imperfecto, en vez de tratar de ver la perfección fuera , aprende a sentirte perfecto tal como eres, aceptándote tal como eres. Y de pronto vas limpiando tus lentes del ego y vas empezando a ver la realidad, pero ya no la ves desde los conceptos con los que fuiste condicionado, empiezas a ver la realidad y la vida como realmente son, un aprendizaje, un proceso evolutivo.
Evolucionar en conciencia, evolucionar en felicidad, evolucionar en amor. Tu evolución es proporcional al grado de ir soltando tu pequeño ego.
El ego siempre va a estar presente, porque el ego es instinto y supervivencia, es físico, y tiene su función. Pero no estamos aquí para sobrevivir, estamos aquí para vivir, para vivir plenamente, pero estamos llenos de miedos, de ignorancia, tiranizados por nuestro propio ego, creando una sociedad y una cosmología, religiones y filosofías a imagen y semejanza de este ego.
El viaje es ir más allá, es desidentificarse, dejarte de creer que eres este ego, dejar espacio para que puedas ver la vida desde otros ojos, mucho más profundos mucho más esenciales. El ego espiritual es el último obstáculo, porque una vez que entras en el camino espiritual, en el viaje del autoconocimiento simplemente ya sabes que no hay ninguna meta, simplemente se trata de disfrutar del camino.
Marcela Hernández Montiel. Terapeuta Holística, Terapeuta Floral, Asesora en Nutrición y en Transformaciones Vitales.
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