En últimas fechas el presidente de México Andrés López Obrador ha jugueteado constantemente con la sucesión del cargo que hoy ostenta. Para muchos si no es que para todos, el que haga este tipo de comentarios a menos de la mitad del periodo para el que fue elegido es de llamar la atención.
Y por supuesto que lo es. De inmediato se han disparado una serie de suposiciones que surgen de todos lados; de analíticos, periodistas, clase política y población en general, no es para menos, pues se trata del cargo más importante.
La curiosidad es natural y a la par de ella surgen muchas dudas que únicamente el tabasqueño sabría las respuestas, pero no por eso dejan de surgir las conjeturas al respecto.
De esta manera, surgen una enorme cantidad de preguntas en torno a la figura presidencial: ¿estará enfermo? ¿ya se cansó? ¿Por qué abordar el tema en este momento? Éstas, como muchas otras, se colocan en el escenario político; desde luego que puede que haya surgido el tema sólo para causar entretenimiento, lo que no se puede descartar. Las ocurrencias han sido el foco de atención para ser ocupadas como cortinas de humo para que no se hable de los problemas graves que se enfrentan en la actualidad.
No se puede pasar por alto que López ha utilizado distintas formas para distraer a la prensa y a sus adversarios; cada vez son más increíbles. Por lo que es lógico que existan dudas al respecto. ¿En serio desde ya ha reflexionado a quien dejarle el cargo?
También puede ser que se encuentre muy preocupado porque sus principales alfiles: la jefe de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, así como el canciller Marcelo Ebrard Casaubón, fueron tocados por la desgracia ocurrida en la línea 12 del Metro, y por ende se quedó sin sus principales propuestas.
Es precisamente esa tragedia la que debilitó aparentemente al partido del presidente en la capital, pero no es la única; sería necio pensar que el grueso de los votantes se dejó llevar por ésta única causa, o que en verdad la clase media haya sido manipulada.
De insistir con esta idea es aún peor, porque arroja un inevitable insulto a los capitalinos. No, lo que no aceptaron los gobernados por Sheinbaum, más bien; es la serie de errores que se han venido cometiendo tanto por el gobierno local, como por el federal.
Y pueden mencionarse muchos: el manejo de la pandemia, la inseguridad, la falta de mantenimiento al metro que además de la tragedia mencionada ha dejado a los usuarios sin el servicio porque se confunde que el mantenimiento sea sólo trapear y limpiar, y ¿las explosiones, los choques, las inundaciones? Entre otros más.
Existe por parte de la sociedad un silencioso pero efectivo castigo en base a un claro concepto de responsabilidad de lo ocurrido y de todo de lo que hoy está inconforme, y han dictado su sentencia en contra de los culpables; así, sin estridencias, sólo a través del voto.
Si se insiste con la idea de no firmar de recibido el mensaje social, lo ocurrido el 6 de junio será tan sólo el inicio de la debacle del hoy poderoso partido.
El presidente intenta rescatar a sus posibles sucesores, al mismo tiempo ha lanzado al ruedo otros nombres para presumir una amplia baraja de posibles candidatos para el 2024.
Por eso soltó los nombres de Juan Ramón de la Fuente, embajador mexicano ante la ONU; Esteban Moctezuma, embajador en Estados Unidos, Tatiana Clouthier, secretaria de Economía; Rocío Nahle, secretaria de Energía; pero para propios y extraños llamó la atención que no se haya mencionado a Ricardo Monreal, el líder de la mayoría en el Senado, quien al igual que los mencionados podría tener posibilidades.
Porque ya para el caso de Gerardo Fernández Noroña que también sueña con la presidencia, suena más a una broma de muy mal gusto. Pero aunque muchos dicen que ya no podríamos estar peor, es más un deseo que una realidad, porque siempre se puede estar mucho peor.
Con los tapados y los no tapados López Obrador presume que tiene para aventar para arriba, y con cualquiera de ellos se podrá continuar que lo que llama la 4t, que a la fecha no se le descubre ni pies ni cabeza o dirección concreta.
¿Se imaginan a cualquiera de los mencionados ante una decisión como la cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México que se construía en Texcoco y que para muchos marcó el futuro de la administración de López Obrador? Tal vez serían más sensatos y no tomarían tal decisión porque sabrían que eso sería como un suicidio.
Bueno, no todos, Fernández Noroña sí lo haría, sin duda. Pero lo que puede estar ocultando el de Macuspana más bien sea que como ninguno, a su consideración, cubre el perfil para continuar con su obra, será él y sólo él quien sí lo haga; en consecuencia y como varios lo hemos señalado, buscará la reelección o la ampliación de su mandato, para el caso da lo mismo.
¿Está fuerte la caballada? O ¿serán puros ponis?
La verdad es que independientemente de haber ganado 11 Estados, el dolor que le dio al mandatario perder la Ciudad de México no lo ha superado, ni lo superará; encima la desesperación se apodera de él y los distractores cada vez son menos eficaces.
¿Será que la 4t dure tan sólo un sexenio?