Diablo: Hola, Simplicio.
Simplicio: Ay, Demonio, ¿No andabas en Las Vegas fomentando y practicando el vicio?
Diablo: Sí, pero ya te había dicho que te iba a caer en cualquier momento, gracias a mi poder de ubicuidad computacional.
Simplicio: Pues no dejas descansar, ni en vacaciones.
Diablo: En realidad, no vine a verte a ti, es una visita de volada.
Simplicio: Entonces, ¿a quién?
Diablo: Me avisaron mis “orejas” en el Congreso mexicano que salió en FaceBook que anunciaron que ya tienen el robot que Yo les había ofrecido mediante un socio, que compraran para atender las consultas de los dizque ciudadanos...
Simplicio: ¿Te refieres al robot mexicano Belisario?
Diablo: ¡Qué mexicano, ni qué nada! Si se los conseguí en Estados Unidos, en Silicon Valley...
Simplicio: Maldito, Demonio, ¿no sabes que despidieron a cientos de ayudantes de los diputados que atendían esas consultas?
Diablo: Hay que hacer más, con menos humanos...
Simplicio: ¡Ya Párale, qué me da otro ataque de indignación! Nada más de saber que se presentó a este robot Belisario, el asistente legislativo virtual de la página de la Cámara de Diputados en Facebook, me duelen las neuronas.
Diablo: Las What? Entonces, ¿ya sabías?
Simplicio: Si hasta salió la noticia en algún periódico de esos obsoletos de papel encomiando que “ Este robot de inteligencia artificial contesta las preguntas que los usuarios le formulen a través del cuadro de diálogo, con lo que la Cámara es el primer Congreso en el mundo en contar con una herramienta cibernética de interacción con la ciudadanía a través de redes sociales”.
Diablo: No empieces, Simplicio, ya me voy al Congreso de volada, porque ya me pelaron allá en la ruleta de Las Vegas y vine por mi comisión para ver si me recupero.
Simplicio: Dirás moche...
Diablo: No, Simplicio, se llama “prima extraordinaria por asesorías en la intermediación de productos y servicios”.
Simplicio: ¡Vete al demonio!
Diablo: Demonios, Simplicio, recuerda, siempre en plural, como en mi sucursal en el Congreso, ya voy para allá a ver a mis rojos diablitos diputados a ver qué andan haciendo...y cobrar mi prima...
Se esfuma Satanás y reaparece tocando en la puerta del Congreso:
Diablo: Buenos días, vengo a ver al encargado de la Comisión de Compras.
Robot: Lo siento, ciudadano, pero todos los representantes ya salieron de vacaciones de Navidad.
Diablo: .¿También el pagador?
Robot: Lo siento, ciudadano, pero todos los representantes ya salieron de vacaciones de Navidad.
Diablo: ¡Carajo! ¿Y no dejaron un sobre para Mr. Devil?
Robot: Lo siento, ciudadano, pero no hay ningún objeto físico pendiente de entregar.
Diablo: ¿No me reconoces, Belisario? Soy yo, Mr. Devil, por mis influencias estás aquí trabajando en el Congreso.
Robot: Lo siento, ciudadano, pero mi programa de memoria de reconocimiento previo a mi función actual ha sido borrado.
Diablo: Maldita sea, ¿no sabes a dónde fue de vacaciones mi amigo el diputado de la Comisión de Adquisiciones?
Robot: Lo siento, ciudadano, pero no estoy programado para dar respuesta a ese tipo de preguntas.
Diablo: Y, ¿por qué no te vas a la fregada, Belisario?
Robot: Lo siento, ciudadano, pero en mi programa tengo prohibido contestar ese tipo de preguntas personales.
El Diablo se va furioso echando humo y rojo de coraje mientras piensa: lo malo de estos robots es que ni alma tienen y no puedo amenazarlos con llevármelos al infierno. Voy a regresarme a Las Vegas, seguro que por allá me encuentro a mi amigo en el casino y le hago efectivo lo de mi comisión...y voy a conseguir los videos del casino, por si se niega a darme mi “prima de vacaciones”, o lo amenazo con dárselos a mis cuates de Wikileaks para que los divulguen en la campaña que ya va a empezar. En fin, no hay bien que por mal no venga. A ver si me recupero en la mesa de póker...
(11DIC17)