Comunicación de Riesgo en los Ayuntamientos (Parte II)

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Publicado en Opinión

Comunicación de Riesgo en los Ayuntamientos (Parte II)

Viernes, 01 Octubre 2021 00:08 Escrito por 
La Tribu Entera La Tribu Entera Ricardo Joya

“Las personas tienen derecho a saber cómo proteger su salud, teniendo la responsabilidad de tomar decisiones informadas para protegerse a sí mismas, a sus seres queridos y a quienes les rodean”. Así lo indican las organizaciones Mundial de Salud (OMS) y Panamericana de la Salud (OPS), con respecto a la razón de ser de la “comunicación de riesgo”, que se ha convertido en actividad estratégica a partir de la pandemia que vivimos desde hace 18 meses.

¿Cuáles son los elementos sustanciales de la “comunicación de riesgo”? Uno de los primeros componentes imprescindibles para este tipo de comunicación es la com-pren-sión de las percepciones que tienen las partes involucradas, de sus preocupaciones e incluso de sus creencias, así como de sus conocimientos y prácticas; es decir, la “comunicación de riesgo” requiere el conocimiento, el entendimiento y la comprensión –a profundidad- de las comunidades de una región, un estado y una nación.

La “comunicación de riesgo” –precisan la OMS y OPS- “debe ser capaz de identificar y poder manejar, desde un inicio, los rumores, así como la desinformación y otros desafíos de la comunicación”, y este campo es una de las seis capacidades básicas a la que se han comprometido algunas naciones, para prevenir la propagación global de enfermedades –como el COVID-19- y otros peligros.

Y no es necesario mirar tan lejos para entender-comprender que conforme aumentan problemas tan complejos como el cambio climático, permanentemente nos encontramos en circunstancias que pueden significar un peligro. Veamos los daños que han provocado las intensas lluvias en diferentes regiones del Estado de México y donde sus efectos han significado, incluso, la pérdida de vidas humanas y daños materiales cuantiosos.

El caso del desgajamiento del Cerro del Chiquihuite, en el municipio de Tlalnepantla, es un ejemplo claro de muchos factores que provocaron la tragedia para las familias que ahí habitaban. Por un lado, la irresponsabilidad de las autoridades en turno –de los tres órdenes de gobierno- que permitieron el asentamiento poblacional en un área de gran riesgo; la inestabilidad natural del terreno; la poca vigilancia en el proceso de construcción de todo lo que ahí se edificó; la no aplicación de los protocolos de protección civil para prevenir daños, y –naturalmente- “las lluvias atípicas” (como suelen explicar las autoridades este tipo de hechos) que se han presentado en los últimos días.

Todo ello se conjuntó, luego de varios años de hacerse “de la vista gorda” y ahí está el resultado. Gente que perdió la vida y ahora las familias que dejarán un patrimonio edificado en 30 años. El impedir que la gente siguiera ahí, debió ser la primera –y firme- decisión desde hace años, pero eran votos; por ello funcionaba dejarles e incluso pavimentarles sus calles, colocarles servicio de energía eléctrica, telefonía y permitir la actividad comercial en la zona, porque nadie quiso asumir el costo político que hubiera significado evitar el asentamiento.

Y lo mismo ocurre en San Mateo Atenco, en el Valle de Toluca, donde han transcurrido décadas y muchas de las colonias que ahí se ubican, sufren –año con año- las inundaciones que provocan “las lluvias atípicas” y ven cómo se pierde parte o la totalidad de su patrimonio… y no pasa nada. Nadie asume el costo de impedir el asentamiento.

De eso trata la “comunicación de riesgo” de explicar a la población los peligros que pueden suscitarse, se trata esencialmente de “explicar honestamente lo que se conoce sobre la naturaleza del riesgo y admitir lo que es incierto”, pero también debe comunicarse con cariño y empatía.

¿Una comunicación “con cariño” desde las instancias públicas? Puede parecer absurdo pero es fundamental, porque ahí es donde se logran conectar y hacer creíbles, confiables, los mensajes que se transmitan con apoyo de los expertos, de los especialistas que pueden dimensionar las consecuencias de un peligro.

En ese proceso, los medios de comunicación y quienes ejercen el periodismo desempeñan un papel fundamental y ahora que en el Estado de México iniciarán las nuevas administraciones municipales, sería de mucha utilidad que la “comunicación de riesgo” sea una vertiente de la comunicación gubernamental y política que se ejecuta desde los ayuntamientos.

¿Qué tipo de acciones y mensajes requiere la “comunicación de riesgo”? En una siguiente entrega compartiré esos elementos.

PERCEPCIÓN

Buena operación en la LXI Legislatura del Estado de México. Los integrantes de la Junta de Coordinación Política lograron los acuerdos necesarios para iniciar –ahora sí- los trabajos del actual periodo de sesiones, en el que se tomarán decisiones clave para la entidad.

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Ricardo Joya

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