¿Por qué le corre tanta prisa al titular del ejecutivo federal impulsar a los posibles candidatos a la presidencia de México por parte de su partido?
La presente administración federal apenas está llegando la mitad de su mandato, pero el presidente Andrés López Obrador ya lleva tiempo hablando de sus posibles sustitutos en el cargo, sus "corcholatas", ya que dice que es el único destapador. ¿No habrá acaso alguna otra cosa más importante que deba atender en estos momentos?, por ejemplo; la inseguridad que ha rebasado niveles nunca vistos, o ¿qué tal la economía?, o ¿la salud pública?, o ¿los conflictos sociales que cada vez se dan con mayor fuerza? ¿no debería ser en lo que tendría que estar enfocado?
Lo cierto es que el ejercicio del poder ha sido utilizado para diferentes fines, pero no para el que se debería. No contar con una estrategia bien planeada, bien pensada, bien estructurada; arroja resultados negativos a la larga. No es posible obtener algo distinto sin un objetivo bien trazado.
¿Cómo puede reducirse la violencia. la criminalidad, la inseguridad en concreto, si no se prepara la respectiva estrategia utilizando las armas con las que cuenta el Estado para contrarrestar el avance que en los últimos años ha tenido la delincuencia común y la organizada; ambas igual de dañinas?.
El gobierno federal le apuesta a una medida de contención que no ha demostrado en este tiempo ninguna eficacia. Los programas sociales que a decir del mandatario son la solución respecto del problema que más angustia causa a los hogares de las familias de los mexicanos, en todo caso, han sido un fracaso. Sobre todo porque no existe la posibilidad de medir la forma en la que esos programas han rescatado de las manos del crimen a los jóvenes al obtener alguna beca del bienestar, o la de jóvenes construyendo el futuro, identificados éstos, como ninis (ni estudian, ni trabajan y ni quieren hacerlo).
¿En qué sociedad ha dado buenos dividendos ese tipo de programas, cuando la lógica dice que al alejarlos de una buena preparación académica, y una buena preparación para su vida productiva que los colocaría con las mejores herramientas para enfrentar su futuro no es precisamente de esa forma?, ¿por qué se ve tan mal que los buenos estudiantes puedan competir en el extranjero, o que gracias a sus habilidades sean seleccionados para recibir una beca que les permita estudiar en otro país? ¿Es en verdad tan malo desearlo? y si lo es, ¿por qué entonces para la hija de Claudia Sheinbaum no lo es?
En efecto, no tiene nada de malo para la hija de Sheinbaum, si es que en verdad se ganó su lugar por sí misma, su aspiración es completamente legal, aunque la materia con la que la obtuvo no le represente un beneficio a la nación en estos momentos, pero está en su derecho. Lo que si es inaceptable, es la doble moral con la que se manejan en este gobierno de cuarta, para ellos sí se puede, incluso con beca del CONACYT tan criticados por el presidente, pero para los demás mortales, no es bien visto.
¿Cómo se puede aceptar que la pobreza se vea con romanticismo, con el absurdo de no aspirar a tener más, cuando la naturaleza del ser humano es esa, progresar?. La moral que pretende aplicar el presidente sólo es para los de abajo, para todos los mexicanos, pero no para sus hijos que no tenían ni la menor idea de qué harían con su vida cuando su padre asumiera el poder, ahora, son grandes empresarios, neoliberales. ¿Por qué ellos sí?
Es básico, porque todos los demás deben cooperar para que la familia presidencial esté bien, dándose la mejor vida, viviendo en un palacio, con empresas y mucho dinero para gastar en Aspen.
Para los mexicanos es lo contrario; o ¿es verdad acaso que las estancias infantiles a cambio de entregar dinero directo, sin intermediarios, resolvió el problema de corrupción que supuestamente había?, ¿quién y cuantos acusados están pagando por tales actos? ¿le alcanza a las mamás que antes tenían el apoyo de contar con una guardería a la cual llevar a sus hijos para ir a trabajar? la verdad es que no, porque de recibir el recurso en efectivo, no les alcanzaría.
La destrucción de México tiene su base en el pretexto de encontrar en todo la sospecha que hay corrupción, por parte del presidente, señala a todos como corruptos sin aceptar las corruptelas de sus más cercanos, no ha podido con ella, más que sacar un pañuelo blanco con una actitud infantil presumiendo que ya no hay corrupción, y sin embargo, calificadoras colocan al país en los peores lugares en esta materia.
No obstante, la corrupción pretende acabarla el tabasqueño por medio de palabras, de la misma forma, esa misma habilidad le permite obligar a todos voltear a ver a sus posibles candidatos. El otro circo. El de la sucesión presidencial, en donde al frente se encuentra Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, aunque su preferida es la primera. Tres años antes de que termine su gobierno ya la anda paseando, lo que si tiene la 4T y mucho, es un increíble e incontenible ánimo de debilitamiento continuo de la economía que afecta a los más pobres a través de la inflación, que ya empieza a descubrir la fuerza con la que pronto se presentará.
La visión del mandatario federal desafortunadamente para los mexicanos es demasiado corta, negado a entrar a una competencia global, y empecinado en las energías sucias, de conseguir lo que pretende con la reforma eléctrica, México, dentro de cincuenta años, se verá como ahora mismo se ve Cuba, con un atraso increíble, reflejado en las imágenes de autos viejos, edificios que se caen a pedazos, con gobernantes ricos, entre los más ricos del mundo, y con una población cada vez más reprimida y pobre.
¿Que por qué se habla tanto de la sustitución presidencial?
Porque es preciso que el presidente se asegure que alguien, un incondicional a él y que sienta que le debe todo, quede al mando, para cubrirle las espaldas. Porque López Obrador es lo mismo que ya hubo durante los años 70´s, 80´s. El descaro con el que le quita los beneficios a los ciudadanos y los sustituye con promesas es infinito.
Lo inútil de un gobierno que no ha hecho más que enfrentar, destruir y acaparar, no puede ofrecer grandes cosas. Y lo que es peor aún, es el negro pasado de los que hoy se encuentran en la oposición que los deja completamente paralizados, con una decisión no muy complicada de adoptar, o enfrentan procesos legales, o se ponen del lado del ejecutivo federal. No tienen de otra. Y los ciudadanos, esos que les depositaron su esperanza para que defendieran una posición más equilibrada ante el gobierno actual, bueno, pues esos no los pueden meter a la cárcel, total, sólo tendrán que vivir con el desprestigio, el desprecio y el rechazo como muchas veces lo han hecho.
Triste destino para el pueblo con la cobardía reflejada en la inexistente oposición, cuya actitud hacen recordar con nostalgia a personajes valientes y decididos como “Maquío” Manuel Clouthier, Diego Fernández de Cevallos, Gilberto Rincón Gallardo, entre otros, ¿dónde están personajes como ellos?
Muchos hablan de lo importante que fue López Obrador como opositor, cuando se enfrentaba al poder y ponía al gobierno en turno a reflexionar; pero pocos hablan del daño que desde entonces ese magnífico opositor ya había causado a la Nación, no es justificable lo que hizo y ahora hace.
Es un verdadero desperdicio lo logrado durante tanto tiempo por parte de la sociedad; el control que poco a poco pudo arrebatar al gobierno con la obligación de entregar cuentas claras, transparentes, se va al abismo, al ver que ahora se vuelve a lo mismo.
¿Que por qué se habla tanto de un relevo presidencial tan adelantado? Porque este gobierno no tiene más nada que ofrecer.