Las cifras son devastadoras. Nunca una enfermedad había originado tantos estragos a la humanidad. Estamos hablando de que, al momento, en el mundo se han registrado 255 millones 324 mil 963 casos de contagio y 5 millones 127 mil 696 muertes por el virus SARS-CoV-2, mejor conocido como Covid-19.
Tan sólo en 24 horas hubo 448 mil 90 casos nuevos y 6 mil 734 defunciones, claro, en todo el mundo y eso que, según la Organización Mundial de la Salud, un porcentaje muy alto de personas han sido inmunizadas contra el virus.
Nuestro país ha sido particularmente castigado por la pandemia. Hasta ayer se habían confirmado 3 millones 862 mil 137 casos positivos y, según las cifras oficiales, 292 mil 372 muertos. La tasa de incidencia de casos acumulados es de 2 mil 994 por cada 100 mil habitantes.
Decimos que en el caso de México, las cifras son de acuerdo a las proporcionadas por la Secretaría de Salud, pues la conciencia generalizada es que esos números deben multiplicarse por varios más, ya que no reflejan la realidad. Tan sólo con observar las cifras ofrecidas por el Inegi, del último censo, nos hacen dudar muy seriamente de todas las cifras que nos entrega la autoridad.
Pero bueno, el análisis nacional contempla a todos los casos sospechosos totales de enfermedad respiratoria viral y los casos y defunciones con asociación o dictaminación clínica-epidemiológica.
En el caso del Estado de México, pese a que es la entidad más poblada, no es la que concentra el mayor número de casos y defunciones, pues ese discutible honor le corresponde a la Ciudad de México que tiene 2 mil 979 casos activos contra mil 110 que tiene el Estado de México. ¿De verdad estamos saliendo de la pandemia? En el caso de las muertes, la CDMX ha acumulado 52 mil 439 contra 32 mil 595 en Edoméx, cifras que reflejan el manejo del Covid-19 y sus resultados.
Para quienes se han contagiado y tienen la suerte de contarlo, los síntomas pueden persistir durante meses. El virus puede dañar los pulmones, el corazón y el cerebro, lo que aumenta el riesgo de tener problemas de salud a largo plazo.
Y es que, si bien la mayor parte de la gente que tiene la enfermedad se recupera por completo en unas semanas, algunos siguen presentando síntomas después de su recuperación inicial. Hay quienes no han podido recuperar ni gusto ni olfato.
Los adultos mayores y las personas con muchas afecciones médicas graves son los que más probablemente presenten síntomas persistentes, pero incluso los jóvenes o las personas sanas pueden sentirse mal durante varias semanas o meses, luego de la infección.
Los signos y síntomas comunes que persisten con el tiempo incluyen fatiga, falta de aire o dificultad para respirar, tos, dolor articular, dolor en el pecho, problemas de memoria, de concentración o para dormir, dolor muscular o de cabeza, latidos rápidos o palpitaciones, pérdida del olfato o del gusto, depresión o ansiedad, fiebre, mareos al ponerse de pie, empeoramiento de los síntomas después de hacer ejercicio físico o mental.
Eso no es todo, las pruebas hechas meses después de la recuperación muestran daño duradero al músculo cardíaco; el tipo de neumonía que resulta del contagio puede causar daños a los alvéolos. Puede originar, también, accidentes cerebrovasculares.
Esos son sólo algunos efectos secundarios ocasionados por el Covid-19 que podemos evitar si persistimos en las medidas de prevención mínimas como el uso del cubrebocas, la limpieza continua de manos y el distanciamiento social. No relajemos los cuidados, sólo de nosotros depende no convertirnos en parte de las estadísticas y no sufrir por problemas de salud que podemos evitar.
