Articulista invitado... Economía de la Atención y de la Desatención II

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Articulista invitado... Economía de la Atención y de la Desatención II

Viernes, 29 Diciembre 2017 00:06 Escrito por 

Las tecnologías de Internet están desmantelando y replanteando las estructuras clásicas del aprendizaje y la distribución de la información. Porque el poder ya no está en manos de quienes controlan los canales de distribución, sino que está en manos de aquellos que controlan la limitada atención.

Se están construyendo nuevas formas de difusión de la información y de aprendizaje. Las personas en la Red están actuando como mediadores de contenidos al hacerse eco de los enlaces informativos y, a la vez, difundirlos.

En este nuevo contexto debemos repensar los modelos económicos de la comunicación porque este cambio cultural no es sostenible ni por el mejor modelo publicitario. La publicidad funciona a través de la captura de la atención, en general, interrumpiendo el mensaje en difusión o estando inserto en el propio contenido. En el momento en que las informaciones compartidas tienen una naturaleza social, la publicidad es percibida como una perturbación. Por tanto, la monetización de la sociabilidad es un problema y no únicamente para Internet.

Cabe señalar que es una de las consecuencias de la transformación de los medios de comunicación de masas en medios de comunicación sociales. Es pasar de una Economía basada en la Distribución de la Información a una Economía basada en la Atención.

En el modelo de la Economía de la Atención, el poder radica en la capacidad de retener la atención, de influir en los otros y de transformar la información en tráfico. Damos poder a las personas cuando les otorgamos nuestra atención y las personas obtienen poder cuando actúan de puente entre dos mundos diferentes y determinan qué informaciones serán llevadas a las redes.

La hipótesis de que la Red da el poder a los creadores y los libera de los que controlan los canales
de distribución, por el momento no se está verificando. Porque los que obtienen la atención de las
personas son una pequeña minoría de privilegiados. Por el momento, la distribución de contenidos no está en manos de sus creadores, sino en manos de los nuevos intermediarios.

Cuando consumimos la información vía las herramientas sociales, las personas consumen, según sus intereses y motivaciones, chismes sociales junto con noticias y la producción de todo tipo de contenidos. Esto, por el momento plantea un inmenso enredo y confusión en la comunicación y en las mentes de grandes y chicos.

Para finalizar debemos considerar que para ser pertinentes hoy en día en los medios y redes digitales, se requiere entender conceptos como contexto, popularidad y reputación. En la era de la difusión, se daba por supuesto que la persona que difundía una información organizada lo hacía porque tenía un destinatario con un perfil determinado. En la era de las redes, no existe el destinatario, sino más bien una red de contenidos sin verdaderas personas que se hagan responsables de ellos, de lo que realmente piensan.

Este aspecto de la subjetividad, la posibilidad de pensar, es cada vez más atacado por los sectores de poder de la llamada “sociedad neoliberal”. Este ataque es lento, persistente y peligroso. Niños, jóvenes y adultos lo podemos sufrir.

Pero tenemos el derecho a pensar, a utilizar y cultivar la inteligencia, no nada más como “capacidad de adaptarse al mundo”, sino también como inteligencia humana que desea aprender superando los límites y obstáculos que el viejo modelo nos quiere imponer y crear nuevas redes verdaderamente sociales y económicas, sin abandonar el más preciado componente de nuestra individualidad, la atención que requiere el derecho a pensar.

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Javier Ortiz de Montellano

Articulista invitado