Lamentablemente, el primer mandatario de dizque izquierda (que de eso no tiene absolutamente nada), Andrés Manuel López Obrador sigue emulando, mintiendo, engañando y copiando los actos y hechos que heredaron mandatarios de otros países a sus ciudadanos, en días pasados, grabó un video al que llamó “testamento político” como si fuese el dueño de nuestro cada vez más vapuleado país, con la finalidad de “garantizar la gobernabilidad de México”.
El tabasqueño señaló que lo hizo para que en caso de fallecer durante su mandato quede clara la gobernabilidad y su mal autollamada cuarta transformación que ha fracasado rotundamente, pese a que él tenga “otros datos”.
Siempre he sostenido la teoría que el poder que ostentan todos los gobernantes del orbe los envilece y los embelese y hasta hoy, nadie ha sido la excepción, debido a que se sienten los amos y señores de sus respectivos naciones que están para servir incondicionalmente a su pueblo y no para servirse de éste -como lo han hecho- invariablemente, sin rubor alguno.
Lamentablemente, el tabasqueño no posee ideas políticas propias, tiene que copiarlas e imitarlas burdamente de otros jefes de Estado. No se nos olvida, cuando en el zócalo capitalino expresó las mismas palabras que el presiente venezolano Hugo Chávez hiciera ante sus seguidores: “Ya no me pertenezco, pertenezco al pueblo”.
Es preciso citar que “Mi Testamento Político”, el Proyecto Nacional, es idea del entonces ex presidente argentino Juan Domingo Perón, quien encargó que se redactara dicho documento porque su país se debatía en severos problemas políticos, económicos, sociales e institucionales, a la postre dicho proyecto lo bautizaron como el Modelo Argentino.
De esta manera, el testamento político del exlíder de Argentina hizo historia debido a que dicho país atravesaba por un caos de violencia y muertes, y que la hora del ungimiento del tercer periodo presidencial de Juan Domingo Perón estaba cerca, corría el año de 1973 y retornaba de su exilio a España en donde había sufrido un par de años antes, un severo infarto con severas molestias que lo convertían más que un mandatario en plenitud física en un paciente de alto riesgo.
Juan Domingo Perón, estaba cierto que era su última aspiración y que era transformarse en el único árbitro, con la capacidad de unir y darle la paz a su nación. Para ello requerían ideas claras, frescas de un plan que abarcara todos los rubros, que acabo siendo las raíces del Modelo Argentino para un Proyecto Nacional que miles lo publicitaron como el testamento político del líder justicialista, que fue redactado por Vicente Damasco, -coronel de Caballería, quien el 15 de febrero de 1974 fue nombrado secretario de Gobierno de la Presidencia.
De esta manera es cómo se lleva a cabo dicho proyecto en Argentina; mientras que nuestro país López Obrador, dejará un “testamento político” cuyo contenido no se hizo público, que imita lo hecho por Juan Domingo Perón.
Recordemos que López Obrador, su fracasada cuarta transformación y su polvorín Morena, han decepcionado a propios y extraños con sus constantes desaciertos y pésimas decisiones, así como con su desbordado autoritarismo. El crimen organizado en todas sus modalidades, cada día retoma más fuerza y sigue invadiendo estados con su despiadada violencia y amedrentamiento a la ciudadanía de todos los sectores sociales.
Sus obras faraónicas fracasarán, por no estar bien proyectadas, no servirán para el desarrollo y crecimiento económico del país, ya se le olvidó el despedazamiento y desaparición de decenas de instituciones y programas que funcionaron bien durante décadas, violentó y ha vulneró la autonomía e independencia de como la del INE que ataca a diestra y siniestra, también despareció decenas de fideicomisos, los presupuestos fueron tomados por el gobierno federal para utilizarlos como les viniera en gana, sin transparencia alguna, con toda la arbitrariedad de un régimen autoritario.
En tres años de administración, (ya estamos en el cuarto) no ha habido crecimiento económico por la ineficacia e ineptitud de este gobierno que le sigue apostando al fracaso, no visualiza el bienestar, seguimos en caída libre. Recordemos que el año pasado se perdieron 11 millones de empleos y cerraron sus puertas un millón 500 mil empresas, el PIB fue menos 10%.
A casi tres años de la entrada de la pandemia llamada coronavirus a nuestro país que sigue causando estragos en todo el planeta, llamado coronavirus con sus distintas variantes, tenemos en nuestra república un saldo de 800 mil personas fallecidas ante la mediocre estrategia de la administración lopezobradorista, para combatir dicho virus, mientras los decesos y contagios siguen al alza.
Las cifras son escalofriantes, la semana pasada también fue trágica para nuestro país en contagios y decesos. Lunes 17 mil 101 por 59 muertos; martes 49 mil 343 contagiados por 320 decesos; miércoles, cifra récord desde que inició la pandemia con 60 mil 552 confirmados y 332 defunciones; jueves 50,373 contagiados por 278 muertos; viernes 49 mil 906 por 331 defunciones; sábado 51,368 confirmados por 364 muertos.
En seis días se contagiaron 278 mil 364 personas y murieron mil 684 personas, sumas que indignan a todos los mexicanos, pero que cínicamente el inepto subsecretario de Salud (¿?) Hugo López Gatell, argumenta que se está abatiendo al coronavirus. ¡Patrañas!
Tampoco podemos olvidar que en 2021 tuvimos los comicios electorales más violentos y sangrientos en la historia de nuestra deteriorada nación con 35 candidatos asesinados y centenares de aspirantes agredidos por el crimen organizado, principalmente en Guerrero, Veracruz y Guanajuato, Baja California, Sonora, Sinaloa, que crece a pasos gigantes impune e inmunemente por las 32 entidades con la complacencia e indiferencia de los gobiernos federal y estatales porque no han atrevido a enfrentarlos, por lo que crece y se expande a sus anchas.
Por supuesto que la lista de yerros cometidos y de fracasos por parte de la autollamada, cacareada y decepcionante “cuarta transformación “(¿?) interminable, siguen muchos pendientes tintero del inquilino de Palacio Nacional que sin embargo el tabasqueño minimiza y vanagloria su gestión cuando sabemos de antemano que engaña a los más de 125 millones de mexicanos y a ciudadanos del mundo entero.
Sus obras faraónicas siguen fracasando por el simple hecho de no cubrir los requisitos ambientales como el Tren Maya, la Refinería Dos Bocas; el gansopuerto y terminal de Santa Lucía que no cubre las normas aéreas internacionales, el rescate multimillonario de Pemex, la compra de la refinería Deer Park a los norteamericanos. Recordemos que Andrés Manuel López Obrador, sigue con la priorización de refinar gasolinas para reducir la importación de grandes cantidades de combustible al extranjero, que es apostarle a las energías sucias, no renovables.
Recordemos que el mismo López Obrador han derrochado recursos económicos en estas obras, de las que hizo un decreto que blindó las obras gubernamentales al declararlas asuntos de seguridad nacional para evitar “trabas burocráticas” y amparos.
Como siempre, fue un decreto marrullero publicado en el Diario Oficial a fines de noviembre del año pasado, por instrucciones del jefe del Ejecutivo que tomó por sorpresa a todos los mexicanos, para seguir manejando discrecionalmente los recursos económicos.
Estos actos siguen poniendo en entredicho a la cuarta deformación en la que la corrupción sigue creciendo a pasos gigantes. Siete de cada diez licitaciones son por adjudicación directa. ¿Qué tal?
Así pues, seguimos imbuidos en este régimen de la izquierda simulada que López Obrador encabeza que está cimentada en las mentiras, en los engaños, en las falsedades, en los nulos resultados, en las acusaciones, en la división, en las intrigas, en las burlas, en los llamados “otros datos”, en el sometimiento, en el chantaje, en el autoritarismo y en la decepción. Un gobierno repleto de ocurrencias.