Muy proclive al ocultamiento de la verdadera información, además de mentir y engañar a los más de 125 millones de mexicanos, el mandatario Andrés Manuel López Obrador, no hablará de la endeble economía por la que atravesamos debido a que en el tercer y cuarto trimestres del año pasado sufrió una contracción de -0.4% y -0.1% respectivamente en 2021.
Derivado de lo anterior, el Producto Interno Bruto (PIB) creció 5.0% anual, echando por la borda las expectativas que tuvo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que era del 6.3 por ciento durante el año anterior.
Una recesión es una disminución o pérdida generalizada de la actividad económica de un país o región que a través de la bajada en la tasa interanual, del PIB y debe producirse de una manera generalizada durante un periodo de tiempo significativo. En 1975 el periodista norteamericano Julius Shiskin publicó en el importante e influyente diario New York Times que la caída de dos periodos trimestrales consecutivos de caída como plazo es definitorio para el término.
Así pues, nuestra economía entró en una recesión que al tabasqueño no le interesa ni le incomoda al igual que a su fallida cuarta transformación y su régimen morenista por el simple hecho que el inquilino de Palacio Nacional “tiene otros datos”.
Es preciso recordar que en 2020 sufrimos la peor depresión desde 1933 en la que tuvo que renunciar el presidente Pascual Ortiz Rubio. En 2020 se perdieron 11 millones de empleos y quebraron un millón 500 mil empresas, también hubo restricciones crediticias, reducciones en la producción, en la inversión, sin dejar de lado que decrecimos económicamente 8.4% anual.
La depresión de los años 30 el siglo pasado golpeó severamente a naciones de Occidente, pero particularmente a Estados Unidos, que también tuvo una crisis financiera 63 años antes (1873), debido a una especulación en el mercado de bienes raíces debido a que los bancos dejaron de pagar en monedas de oro y plata y que dicha depresión duró cinco años, que incluyó la quiebra de varias instituciones bancarias. La larga depresión duró hasta 1896 perturbando a gran parte de los países del orbe.
Para este 2022 los pronósticos de crecimiento económico anual de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que era de 2.5% siguen a la baja, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo de 4 a 2.8% el crecimiento; Citibanamex señaló que será de 2.5% una baja de 30 puntos base pues estaba en 2.8%; por su parte, otro de los ajustes a la baja es de Bank of América Securities con 1.5% un punto menos que el inicio.
Una vez más, las expectativas de crecimiento de parte de la 4t van desvaneciéndose paulatinamente y fallan por una falta de políticas públicas que no son el fuerte de esta gestión fallida que le quedará a deber a todos los mexicanos, pese a que López Obrador, el mesías populista desea eternizarse en el poder.
En tres años, al gobierno morenista los números positivos (porque no existen) pese a sus consabidos “otros datos” del tabasqueño que de todas maneras le seguirán afectando por la tercera ola de covid-19 con la variante ómicron que ha contagiado a más de 600 mil ciudadanos durante enero y los primeros seis días de febrero, por supuesto tendrán un impacto económico negativo en todo el territorio nacional aunado a los de la globalización mundial.
El retorno al color amarillo por la exorbitante ola de contagios durante enero, (estrategia inventada y fallida por el gobierno federal) para restringir las actividades productivas, en la Ciudad de México y el estado de México, dos de los principales estados que son motores dela economía, tienen un ausentismo del 19 por ciento en los centros de trabajo.
José Luís de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y Económico aseguró que la que la triplicación de los contagios por la pandemia contribuye al desaprovechamiento de una vasta fuerza laboral desempleada o subocupada que asciende 15 millones 200 mil de trabajadores.
López Obrador afirma falsamente que la recuperación de nuestro país está en puerta, que creceremos al cinco por ciento anual y habrá empleos formales para millones de mexicanos. Cuando la realidad es otra.
AUTORITARIAS REFORMAS A LA CONSTITUCIÓN
Aferrado a sentirse el dueño de nuestro vapuleado país, el presidente Andrés Manuel López Obrador, busca seguir despedazando a las instituciones, a organismos autónomos y a todo lo que se le ocurra, que se le pare enfrente o que se mueva, a través de hacerle a través de sus vasallos diputados federales morenistas, así como de sus “aliados” petistas y verdes para hacerle más reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos elaborada en 1917, con más de 850 reformas y más de 250 decretos aprobados hasta nuestros días.
Recordemos que hasta hoy, todas las iniciativas enviadas por López Obrador al Congreso de la Unión, han sido aprobadas de facto por las bancadas parlamentarias a modo, sin quitarle coma alguna o punto, obedeciendo y sirviendo ciegamente a su jefe y superior, dejando de lado -como siempre lo han hecho- legislar de frente a la ciudadanía, quienes los ungimos al poder es simplemente para que nos rindan cuentas de lo logrado en beneficio de todos los habitantes de nuestra república.
Nuestra Carta Magna es una de las más añejas del orbe, ha sido la panacea de los distintos jefes del Ejecutivo en turno que la han reformado a su antojo y arbitrio para demostrar que son los todopoderosos y que nadie está encima de ellos, claro está una mandatarios que hemos tenido a unos más arrogantes que otros, ante una situación indignante e indefensa para todos los mexicanos que son ls menos beneficiados a estos cambios.
En 35 años la Constitución de 1917 sufrió 486 cambios, con Miguel de la Madrid 66; con Carlos Salinas de Gortari 55; con Ernesto Zedillo 77; Vicente Fox, es el que menos reformas le hizo con 31; Con Felipe Calderón 110 y con el frívolo de Enrique Peña Nieto 147. López Obrador lleva más de 60 artículos reformados (20 por año), de seguir a ese ritmo realizará más de 100 en su gestión.
El sábado pasado en el CIV Aniversario de la Constitución en el municipio de Querétaro, insistió en reformar o ¿acabar?, con el Instituto Nacional Electoral para que no haya consejeros “empleados del presidente o de los partidos”, cuando sabemos todos los mexicanos que AMLO le apuesta a tener a un INE sometido recibiendo instrucciones que deberán cumplir en su totalidad debido a los caprichos acendrados y permanentes que tiene el tabasqueño.
Es preciso mencionar que otro engaño más de AMLO es la Constitución Bolivariana que tiene “secretamente debajo de la manga” ya elaborada por sus incondicionales, que pretende acabar con las garantías y derechos humanos logrados durante siglos por nuestros antecesores y que anhela publicar el día menos esperado para la desdicha de todos los mexicanos.
