México es un crisol al que han llegado distintas corrientes --primero indígenas, luego españolas-- que se amalgamaron con los diferentes flujos migratorios que han venido desde los confines de nuestro planeta.
Aquí estábamos esperándolos: en Teotihuacán erigida hace más de 3 mil 500 años, y en toda nuestra nación entera: con sus valles, sus ríos, sus volcanes, su riqueza y cultura infinitas. En nuestra extraordinaria nación mexicana.
Nuestro país es de grandes contrastes, por su historia y por su gente. Nos hemos perfilado con el tiempo como los hacedores de este majestuoso México. Pero no lo hicimos solos. Todos, desde los más remotos confines de la tierra, lo hemos construido. Hace 500 años cambió toda nuestra historia. Nuestra cultura y también nuestra religión. Los valores que alguna vez fueron, se amalgamaron de repente.
“Con sus desplazamientos los migrantes llevan entre otras cosas energía e ingenio. Con sus conocimientos se han construido naciones”. En este sentido y para el caso de México, las inmigraciones masivas de los años 30’s de los españoles refugiados y 70’s, de los chilenos también, contribuyeron al proyecto de nuestra actual nación.
En la historia de la humanidad, la migración internacional ha sido un factor cotidiano. Millones de hombres y mujeres de Europa y Asia, especialmente al final del siglo pasado, decidieron venir al Nuevo Continente. Con ellos se han formado naciones enteras. Son grupos humanos que dejaron su patria, su tierra y sus raíces, buscando una nueva promesa de vida, decididos a no volver atrás.
Con fronteras demográficas y políticas de países que sustentan sistemas políticos distintos; con grados de desarrollo diferentes y problemática interna diversa, tiene que prever que el movimiento de transmigrantes, no origine problemas internacionales.
Convertido en país de migrantes, inmigrantes y transmigrantes, tiene en el norte, 2000 kms. de frontera con el país más rico del orbe. Por ésta pasan millones de seres que quieren tener un mejor modo de vida trabajando incansablemente. Muchos de ellos, de Centro y Sudamérica.
México, que siempre da respeto a la gente que ha llegado, lo único que pide es respeto a su soberanía.