Aunque Rusia asegura que con su acción militar contra Ucrania es para defender su soberanía ante la expansión nuclear misilística de la OTAN promovida por Estados Unidos hacía sus fronteras, la guerra deja severos trastornos psicológicos con afectación a ochenta por ciento de la población.
El amplio estudio La Guerra como desastre, sus consecuencias psicológicas, llevado a cabo por un equipo interdisciplinario de médicos en la materia arroja que “en más de 100 conflictos bélicos en los últimos diez años, más del 80 por ciento de las víctimas son civiles. Se ha producido un desarrollo acelerado en las investigaciones concernientes a las consecuencias psico-sociales de la guerra en la población civil, la cual es el blanco principal de las víctimas en la guerra contemporánea”.
La investigación fue llevada a cabo por Arnaldo Espíndola Artola, profesor instructor de Informática Médica. ISCM-C; Jorge Cardoso Hernández, especialista de primer grado en oncología, y Tomás González Hidalgo, especialista de primer grado en psiquiatría, entre otros.
El trabajo revisa las consecuencias psicológicas de la guerra en la población civil, la utilización de los niños como soldados lo cual acarrea desórdenes mentales marcados y se aborda el problema de la violencia sexual como arma de guerra.
Mujeres sometidas, violadas y esclavizadas
De inicio analiza el caso de las mujeres, las jóvenes e incluso niñas que son a menudo sometidas, violadas, secuestradas y forzadas a la esclavitud sexual o cualquier tipo de abuso sexual. Cita que son vejadas, humilladas y dañadas en lo más profundo de sus sentimientos psicológicos, y valores morales, lo que también trasciende al grupo social, comunidad, clase social o etnia a la que pertenecen.
El análisis hace deducciones sobre el deterioro o la destrucción de la infraestructura económica, social y política de las naciones en conflicto, lo que impide la atención de las necesidades básicas de la población.
Y resume el trastorno por estrés postraumático como la entidad nosológica (clasificación de enfermedades) más frecuente en las víctimas de la guerra, pero existen otros trastornos mentales que hay que tener en cuenta.
Para los estudiosos del tema “la guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas, una gestión de las mismas con otros medios”.
Recuerdan que los psiquiatras norteamericanos hicieron significativos aportes al desarrollo de la Psiquiatría Militar durante la II Guerra Mundial. La presencia de la ciencia psiquiátrica se hizo ostensible en el ámbito y la sanidad militar, sobre todo, en la marina norteamericana, que pasó a disponer de 980 psiquiatras durante la contienda. El día que terminó la guerra pasaron a ser 2400 psiquiatras, 400 psicólogos clínicos, 700 asistentes psiquiátricos y 800 enfermeros psiquiátricos, trabajaban para el ejército en 931 hospitales, porque además de todos los problemas psicopatológicos derivados de la violencia se unió el exagerado aumento de la toxicología en los combatientes.
*Presidente de la ONG Franature