Librería Ibáñez

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Librería Ibáñez

Domingo, 27 Febrero 2022 02:40 Escrito por 

Hoy hablaremos de un referente negocio, que alimentó el saber, el estudiar, el aprender a leer y escribir, quien no entro a cultivar su intelecto y conocimiento a este establecimiento; nos referimos a la conocida Librería Ibáñez:

 

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Año 2004

Año en el que el tránsito vehicular, se veía como algo más que un problema, pues los congestionamientos eran cuestiones de insuficiencias viales, por lo que se le exigía al quien fuera en ese momento delegado del transporte, Alejandro Mendoza Vilchis una solución pronta.

2004; fue testigo del incremento en el robo de la energía eléctrica y se convirtió en un problema social. Año donde el tema de la píldora de emergencia se volvía controversial, pues el aborto era un tema que dividía a la sociedad, por lo que esta pastilla todavía no era vendible en las farmacias de Toluca.

Toluca se llenaba de males como ciudad moderna, comienza a ser preocupante que en los jóvenes estudiantes de secundaria de entre los 12 y 13 años se incrementó el consumo de alcohol, droga y otros más a delinquir.

Este año también estuvo marcado por el retiro de cerca de 2000 tianguistas del mercado Juárez que no estaban al corriente en sus pagos, situación que causó molestia entre los integrantes, por lo que fue necesario el apoyo de 450 elementos de Seguridad Pública.

La prostitución no solo era cuestión de las mujeres, sino que también de los hombres se unieron a esta actividad antisocial, de hecho, ganaban las primeras calles del centro histórico de Toluca.

Estaba en propuesta que el valle de Toluca tuviera sistema de prepago de transporte público ya que por medio de un monedero electrónico se irían haciendo descuentos de acuerdo con las tarifas que por cierto eran de cinco pesos.

Por otro lado, el Instituto Electoral del Estado de México pretendía ya instrumentar un programa piloto para que en la elección del 2005 donde se renovará la gubernatura del Estado, se pudiera emitir el voto en urnas electrónicas, propuesta que hasta la fecha no se ha podido concretar.

Así mismo se inicia un plan experimental que ponen en acción las autoridades policíacas; tendrían teléfono los policías como parte de un programa para beneficiar a las colonias de Toluca, en esta acción estaba al frente como director de Seguridad Publica y Transito del Estado de México, Luis Rivera López; (hijo del estimado amigo Luis Rivera Montes de Oca).

En cuestiones culturales, el maestro Leopoldo Flores (qepd), concluyó el mural “Acción y caos”, el cual lo dedicó al pueblo español por los hechos terroristas ocurridos el 11 de marzo.

La Iglesia católica estaba de fiesta pues en febrero toma posesión Francisco Javier Chavolla Ramos como el cuarto obispo, quien anteriormente había sido obispo de Matamoros, Tamaulipas.

Referente a nuestra máxima casa de estudios la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), siempre estuvo en movimiento, para empezar, celebró el LX aniversario de su autonomía y como una institución educativa que construye sus propios modelos de organización y cumple sus retos más apremiantes, donde Rafael López Castañares fungía como rector de esta máxima casa de estudios. Además, que instituciones de gran peso como el Tecnológico de Toluca cumplía 30 años de funcionamiento.

En las cuestiones políticas daban de nueva cuenta un giro de 180 grados. Antonio Hernández Lugo es electo el nuevo secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en el quinto Congreso Seccional Extraordinario.

A más de 6 meses de actividades el nuevo alcalde de Toluca Armando Enríquez Flores (panista), anunciaba la realización de 101 obras con una inversión de 7 millones 859 mil pesos.

Un hecho que quedó marcado en el Instituto de Administración Pública del Estado de México fue la reelección de Luis García Cárdenas (qepd), como presidente del Consejo Directivo para el periodo 2004-2005.

Este año también fue testigo de decesos conmemorables pues falleció el Ingeniero Jorge Ayanegui víctima de un infarto (excelente y probó servidor público mi amigo Jorge) quien fuera director general de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento de la secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas del Gobierno del Estado de México.

Año 2005.- La política estuvo presente todo el tiempo, pues sería el año decisivo para la elección del nuevo gobernador que sustituirá a Arturo Montiel Rojas, por lo que a principios de enero se oficializa la candidatura del diputado Enrique Peña Nieto como el rostro del PRI para la elección. Además de que era cuestionada la realización del voto por correo en especial para personas extranjeras, pues era considerado que su sufragio también era importante. Situación que fue negada, pues consideraron que en ese caso cualquier persona podría votar por correo para evitar largas filas en la casilla.

 

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Finalmente, el 3 de Julio se dio la tan anunciada victoria de Enrique Peña Nieto, gana los comicios como candidato a gobernador y sería el próximo mandatario del Estado de México, le ganó con gran diferencia a sus dos oponentes, Yeidekol Polevnsky y a Rubén Mendoza Ayala (qepd) donde dos de 4 votos eran para Peña Nieto.

Hoy, hablaremos de una de las librerías más tradicionales y referente en nuestra bella Toluca “Librería Ibáñez”; quien no compró ahí sus libros de escuela, recreación etc. ¡

Empezamos comentando que el señor Juan Ibáñez llega a Toluca en 1951, ahí enfrente de este negocio estaba la papelería “El Triunfo”, de un señor que se llamaba Tadeo Velázquez. El hacía unas placas para cine de publicidad; ahí platicaban y por algunas cosas que comentaron don Juan se dio cuenta que no había librerías.

El único que vendía libros y eso en forma extemporánea era el señor Serapio Muciño (quien no recuerda su negocio de revistas y periódicos) ubicado en el Portal 20 de noviembre. También el que vendía libros en temporada escolar era don Hugo Ávila (ya se escribió crónica), se ubicaba en Pino Suarez esquina con Guerrero ahora Primero de Mayo donde distribuía el periódico El Excélsior.

Don Juan se dio cuenta de eso; ya era negociante tenía dos librerías en el Distrito Federal (hoy CDMX), es cuando decide venirse a Toluca, encuentra un local desocupado y así nace la librería.

Por otro lado, doña Marthita (quien expone esta valiosa crónica), era amiga de los muchachos de enfrente, eran compañeros de escuela y un día don Juan le comenta que, porque no se iba a trabajar con él a la librería, le contesta “pues a ver si doy al ancho”; a Martha le gustaba el comercio, trabajo en dulcerías, zapaterías, llega a la librería fundada en 1952 y ahí se queda, tiempo después contrajo matrimonio con Don Juan y siguió tras el conocido y testigo de muchas anécdotas mostrador.

Comenta también que adelante del negocio era la casa del doctor Díaz Arizmendi, en seguida estaba las oficinas de la forestal, más adelante el señor Salgado, enfrente el contador Rafael Millán (tío de mis primas hermanas Ana Cristina, Carmen, Lilia, Ana María y Héctor Raúl Millán Ozuna), también había una oficina de Seguros Mutual, después el señor Félix González, quien era sastre, una armería del señor Guadarrama, en la esquina el señor Porcayo quien arreglaba radios y a la vuelta el señor Tobías quien arreglaba plumas sobre todo las que se llamaban plumas fuente como la ParKer y la Sheaffer, les daba mantenimiento, les arreglaba los cartucho, las puntillas; también estaba ubicado un señor que era sombrerero llamado don Efrén ahí mismo en la parte alta se encontraba el dentista Manuel Rosas Martínez.

Seguimos con el conocido vecindario de los 50's, donde también en esa calle más adelante se encontraba el consultorio del doctor Mejía Rosas, por mucho tiempo fue la oficina de correo, tiempo después lo quitaron y pusieron un Instituto de ingles llamado Washington, en esa casa vivió la señora Iracheta, en la mera esquina sobre Hidalgo estaba la gasolinera de José Acra.

 Después de la casa de la familia Vilchis Salgado, había unas oficinas, también se encontraba la funeraria de Mariano López y en la mera esquina una cantina llamada “La Opera”; en el edificio donde se encuentra el negocio (librería Ibáñez) se encontraba la fotografía del señor Alfonso Alva, poco más adelante estaba la farmacia “Del Rincón”, la papelería “La Mexicana” del señor Teodoro Sandoval (papá del notario del mismo nombre), junto se encontraba la sombraría del señor Brito, así como también la refaccionaria “Samuel”, la ferretería Tanamachi”, de don Guillermo Tanamachi,, después la papelería “La Iris”, en seguida una dulcería del señor Yáñez, la famosa taquería de “El Sol” (será otra valiosa crónica de estos famosos tacos de los predilectos del Licenciado Adolfo López Mateos); parte de estos negocios mencionados ya se encontraban en la calle 5 de febrero.

Enfrente ya por Hidalgo se encontraba el cine Coliseo y todo a su alrededor eran comercios, encontrándose entre ellos la ferretería “La Palma”, la carnicería “La Giralda”, una tienda de abarrotes de la maestra Paredes, la dulcería “La Ultra”, la nevería “El Globo”, donde era clásico que se sirvieran las famosas “Tres Marías”, que eran tres bolas de nieve con galletas.

A la vuelta del mismo cine Coliseo que por cierto por las mañanas los lunes eran sus famosas matinées; estaba don Nacho, negocio de pollos rostizados, eran españoles, siendo muy especiales, más adelante seguía la carnicería “La Magnolia”, de Chava y su hermano José, toda esa cuadra era la del famoso y añorado cine Coliseo.

En la contra esquina estaba la famosa abarrotería “El Fénix” de la familia Rodríguez, quien fueron dueños de los famosos “bungalows Lolita” en Ixtapan de la Sal, más adelante se encontraba una de las entradas del mercado Hidalgo, estando al lado de esta la ferretería “La Palma” del señor Bernal.

La calle donde estaba la librería Ibáñez se llamaba Morelos, les correspondía el número 32, donde está la panadería “La Libertad” ahí se llamaba libertad de ahí el nombre a la famosa panadería del señor Vendrell. Los portales siempre se han llamado Madero, Reforma y 20 de noviembre. De la Alameda para el norte se llamaba Manuel Ávila Camacho, tiempo después ya el gobierno municipal le pusieron Norte, Sur. Oriente y Poniente, siendo ahora Hidalgo poniente 402 C; siguiendo igual las calles de 5 de febrero y Villada.

En donde se encuentra ubicada la librería era calle de doble sentido y llegaba hasta donde se encontró por muchos años el monumento a los Niños Héroes se llamaba Guelatao.

De este negocio al que hacemos referencia comentamos que si valió la pena que se estableciera en 1952, ya que todo era muy barato. Los libros del Fondo de Cultura Económica costaban $3.50 pesos, los de Austral $6.00 pesos, el volumen extra $12.00 pesos. Los cuentos eran de a peso, y los grandes de a 2:50 pesos.

Como el señor Juan Ibáñez conocía el negocio este si le funciono, iba redituando. Había unas colecciones de Filosofía que publicaba la editorial Thor, que entre sus clientes estaba el licenciado Gustavo G. Velázquez quien tuvo una librería cerca de la iglesia de la Santa Veracruz. Estos libros costaban dos pesos, se los llevaba y los vendía en su local.

Poco a poco se fue acreditando el negocio y se fueron trayendo más libros. Antes se leía bastante, se leía más antes. Don Juan traía libros de vaqueros, unas novelas que costaban $1: 50 pesos eran de vaqueros del oeste, otras de amor; empezaban las de Corín Tellado, después empezaron a salir las de Caridad Bravo Adams. Había libros para seminaristas de Hugo Wast, cuyo nombre real fue el de Gustavo Adolfo Martínez Zuviria, de nacionalidad argentina. Otras que se vendían mucho eran la Buena Tierra, de Perl S. Buck y Las llaves del reino de A. J. Cronin.

Ahora se llegan a vender libros porque en las escuelas las piden y eso entrecomillas, les dejan las tareas a los muchachos, van preguntan cuánto cuesta el libro, comentan luego regresó; ejemplo, les dejan leer “México Bárbaro” de John Kenneth Turner, lo bajan de internet; de repente el maestro no se da cuenta, les pregunta si lo leyeron, si lo compraron y le dicen que sí, que cuesta cincuenta pesos. Ese es el secreto de que van muchos a la librería nada más a preguntar el costo de los libros, no lo compran ni mucho menos lo leen. Ahora exigen que lleven el libro y que el maestro lo firme. Son obras no muy caras, les están obligando a leer una novela por mes.

Cuando fallece don Juan doña Martha se da como terapia de ir por los libros, pero le da un infarto; porque es muy distinto el trabajo de estar detrás del mostrador, es cansado, pero si le gusta a uno no se cansa, despacha al mismo tiempo a cinco clientes, no se cansaba, le encantaba tratar con las personas, entonces le da el infarto y le comenta el doctor: quiere durarle a sus hijos bájele al trabajo. Tuvo que acatarlo sino de otra manera no estuviera ahí. Si lo tiene lo vende; sino la espera el cliente, se lo entrega. A esa conclusión llegó doña Martha.

Por otro lado, nunca se abrió la sucursal de Juárez, don Juan pensaba abrirla, pero se usó como bodega; cuando llegan a ese lugar en 1957, eran puras milpas. Compraron el terreno en el año de 1954 al señor Enrique Gómeztagle porque les dio facilidades. El primero que hizo su casa en esa zona fue Don Carlos Zarza en la esquina de Juárez y Juan Álvarez antes se llamaba Ramón Corona, más adelante estaba la señora Negrete quien vendió la casa a Carlos Guerra donde mucho tiempo después se instaló la famosa vinatería y embutidos La Española quien al fallecer muy joven Carlos se encarga del negocio su viuda que actualmente está al frente de esta la doña Enacarnita Bohorquez (buena amiga mía).

En la acera de enfrente, estaba en la esquina el señor Joaquín Iracheta, después las señoritas Quiroz, una de ellas trabajaba en el cine Florida, después otra señora Rosete de Quiroz, la mamá de las güeras Quiroz Rosete; después se encontraba un peluquero de apellido García, más adelante el señor Urroz donde ahora se encuentra la panadería La Merienda. En el terreno del peluquero actualmente está el señor Rojas del Centro Español, luego sigue el inmueble donde compro el doctor Luis Corzo León, donde tiempo después vivió su hija la señora Rebeca Corzo (ya fallecida) con su esposo Ignacio Hernández Orihuela, medio hermano del conocido doctor y ex rector de la UAEMéx Jorge Hernández García.

Delante de donde se ubicaba la bodega compró la señorita Elena Yáñez que trabajaba con un arquitecto e hizo la casa y se la heredó a su sobrino al doctor Yáñez quien después la compró al señor Rojas donde actualmente se encuentra el famoso negocio Plásticos Rojas.

 

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De los vecinos de atrás en la calle de Aldama pues nada más estaban el doctor Mario Cesar Olivera Gómeztagle, ex rector de la UAEMéx, senador de la república, secretario de Educación Pública entre otros cargos; el doctor Jorge Hernández García, a espaldas de la casa de doña Marthita Yáñez está la señora Dolores López Garduño quien su nieto Gustavo es actualmente el vicepresidente de Hewlett Packard para América Latina.

En la cuadra que sigue después de Juan Álvarez se recuerda que ahí vivió el señor Áureo Garcés, así como también don Juvencio Larrañaga (fotógrafo) el señor Kuri, el arquitecto Adolfo Galván, la señora Vergara vivió en la esquina de Ramón Corona y Juárez, fue la abuelita de Rodolfo Diazgonzalez Vergara (qepd).

Antes Toluca estaba muy tranquilo, doña Marthita se iba caminando por la calle de Aldama que estaba muy bien iluminada, parecían Los Portales de su iluminación; Toluca terminaba en Juan Álvarez con un foquito que estaba frente a la casa en donde vivía Marthita.

Así es esta parte de la historia de nuestra Toluca de la década de los 50's donde añoramos su esencia, su vivir, su olor a provincia.

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Gerardo R. Ozuna

Toluca: Rescatando identidad