Siempre he sostenido la tesis: el hombre entre más poder tiene, más poder quiere, es por ello que la ambición desmedida los vuele irascibles, se deschavetan, pierden el piso, no oyen y mucho menos escuchan a sus colaboradores, lo que los hace viles y ruines, por lo que les importa un bledo armar guerras, además de pasar por encima de pueblos y naciones enteras.
Es el caso del presidente Ruso Vladimir Putin, quien ya se siente el dueño de cuanto territorio le venga a su cabeza, tal es el caso de invadir desde el pasado 24 de febrero Ucrania con sus fuerzas militares, bombardeando Kiev y apoderándose la capital ucraniana matando con sus misiles a decenas de ciudadanos.
La perversidad del dictador Putin no tiene límites, asumió el poder desde el 31 de diciembre de enero 1998; sucedió a Boris Yeltsin, fue el primer vicepresidente y también secretario general del Gobierno de la Federación Rusa. Su primer periodo concluyó el 7 de mayo de 2008. El 8 de mayo de 2008 al 7 de mayo de 2012 ocupa su segunda administración. En su tercer periodo está por cumplir diez años.
Es decir, Vladimir Putin, lleva 22 años al frente de la Federación Rusia y no se ve a nadie que quiera removerlo o exigirle su salida, debido a que ha ido reformando la Constitución a su arbitrio y antojo. Su ambición desmedida por el poder no tiene límites, lo lamentable y que no quiere entender es que todas las dictaduras del orbe ya fracasaron y fueron nefastas para los pueblos que validaron dicho autoritarismo.
El presidente ruso no conoce los límites, de igual manera invadirá a otras naciones que se independizaron de la antigua URSS con la Perestroika que llevara a cabo Mijail Gorbachov en 1985, (un mes posterior a su toma de posesión), que fue una reforma que liberó la economía de la Unión Soviética y lograr un proyecto de políticas aperturistas para potenciar el desarrollo económico de dicho país y obtener su democratización.
Dicho proyecto consistió en convertir en 500 días a la URSS en una economía de mercado, porque Gorbachov tuvo la visión para reformar el sistema socialista para transformarlo en un nuevo sistema económico dentro del socialismo que tenía varias décadas anquilosado en dicha Unión de Repúblicas, para democratizarla y abrir relaciones con Occidente, beneficiándola y concluir con la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Dicha reforma económica prometía mejores tiempos para los rusos, aunque los dirigentes de esa época instaron por incrementar los salarios a empleos que tenían distintas categorías.
Esta decisión cimbró a la URSS provocando escasez y la necesidad de subvención, que agravó la situación y la del erario público, siendo el elemento destructor la Ley de Empresa que anulaba todo el control sobre los recursos por lo que la inversión se vio reducida y mermada.
La separación de la URSS en pequeñas repúblicas, la creación de bancos propios, además de la concesión de créditos ilimitados provocó severa inflación, escasez y la pérdida de interés por el dinero.
El principal objetivo de la Perestroika era pasar de un sistema de economía centralmente planificado a un sistema de economía de mercado (ley oferta-demanda), para lo que se dio la oportunidad a cierta autonomía por lo que se procedió a la liberalización de precios.
Asimismo, se luchó contra la corrupción (nos suena el calificativo), el alcoholismo y el absentismo laboral, (costumbre o práctica de no asistir al lugar donde se ejerce una obligación).
Con esta decisión se permitió que las empresas tomaran decisiones sin consultar a las autoridades y fomentando la empresa privada, además de las sociedades conjuntas con número limitado de compañías extranjeras, permitiendo el ingreso de capitales de empresarios de otras naciones, dejando de lado el comunismo y acercándose cada día más al capitalismo.
Desafortunadamente, fueron los primeros años de un nuevo régimen soviético plural que no funcionó económicamente, por lo que lamentablemente, en el inicio de 1990 la Unión Soviética se encontraba en una grave situación económica -nunca vista antes- debido a que durante décadas el Estado manejó toda la economía que posteriormente se convirtió en una economía libre.
UCRANIA, TODA UNA POTENCIA
Por supuesto que la invasión a Ucrania por parte del dictador ruso no es casual: Ucrania es un país inmensamente rico en su subsuelo, también lo es en hidrocarburos; la cuenca DniproDonetsk acumula reservas de gas y petróleo. Es la séptima potencia mundial nuclear con 15 reactores y más de 13GW de potencia.
De igual manera lidera (junto con Rusia) la producción mundial del níquel, el cobre y el hierro; además fabrican materias primas esenciales como el platino, el paladio y el neón.
Es la nación con más uranio recuperable en Europa, de igual manera tiene el mayor número de tierras cultivables, lidera las exportaciones de girasol y del aceite de girasol; es uno de las mayores naciones en producción y venta de cereales, como el trigo, del cual Egipto y Turquía dependen en un 70% de sus importaciones de dicho grano. De igual manera Ucrania es el principal proveedor de maíz a China el primer país más poblado del orbe con más de mil 300 millones de habitantes.
Así pues la ambición desmedida de Vladimir Putin por invadir y apoderarse de una nación que no le pertenece, pone en riesgo a la economía mundial, además de la estabilidad social, el abastecimiento de las materias que produce dicha nación europea y otras más a decenas de países de distintos continentes.
Hasta ayer domingo, han muerto 352 ciudadanos (incluidos 14 niños) ucranianos a manos de soldados rusos, mil 864 personas heridas, de los cuales 116 son menores. También han perdido la vida 3 mil 500 soldados rusos, de acuerdo a informes ucranianos.
Habrá que exigirle a Vladimir Putin que saque de inmediato sus tropas de Ucrania para evitar mayores enfrentamientos y miles de muertos, debe dedicarse a gobernar a su nación como una verdadera democracia para que prontamente haya cambio de presidente en Rusia. Sin lugar a dudas, el poder los embelese y los envilece.
APOYO DE CIUDADANOS EUROPEOS A UCRANIA
Lo inédito de la invasión de las tropas rusas a Ucrania, son las manifestaciones de apoyo y solidaridad de más de medio millones de ciudadanos de España, República Checa, Alemania y de la misma Rusia que ayer domingo pidieron un alto al fuego en Ucrania y marcharon por las capitales de sus respectivos países.
En Berlín (Alemania), cien mil personas se solidarizaron con los ucranianos frente al edificio de la Cámara de Diputados, así como de la Puerta de Brandeburgo y el Riechstag, figuraban pancartas con la leyenda: “No a la tercera guerra mundial”; en Praga de igual manera el primer ministro Petr Fiala declaró: “es necesario parara los pies a (el presidente ruso, Vladimir) Putin y nosotros sabemos que él no entiende nada más que la determinación y la fuerza”.
Por cierto, el gobierno de Fiala aprobó una nueva ayuda militar a Ucrania, expresó que confía en que las sanciones acordadas por muchos países europeos van a doler mucho al Kremlin.
En la misma Rusia, en donde prohibieron las protestas, miles de ciudadanos salieron a las calles de distintas ciudades para apoyar a los ucranianos, al unísono gritaban ¡No a la guerra! En San Petersburgo decenas de manifestantes fueron detenidos y subidos a las camionetas de la policía.
Esperemos que reaccionen los rusos y se retorne para respirar una mayor tranquilidad. Nuestro país no está exento de dichos problemas, no estamos en guerra pero parece que así es, avanzan los asesinatos de ciudadanos en varias entidades de la república mexicana por parte del crimen organizado, ante la fallida estrategia de esta decepcionante y mal autollamada cuarta deformación, -digo- transformación de Andrés Manuel López Obrador, que sigue sin dar resultados positivos. Indignante y vergonzoso.