Historia Cruz Roja Mexico-Toluca

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Historia Cruz Roja Mexico-Toluca

Lunes, 09 Diciembre 2024 00:05 Escrito por 
Gerardo R. Ozuna Gerardo R. Ozuna Historias de familia: Rescatando identidad

En el marco de la inauguración de las nuevas instalaciones de la Cruz Roja Delegación Toluca, el pasado 3 de diciembre del presente año a cargo del entusiasta doctor Mario Vázquez, hablaremos sobre la Cruz Roja en México.  

El general Porfirio Díaz era titular del poder ejecutivo federal en el año de 1898, cuando el ministro español Pedro Carrere y Lambeye, envió al gobierno mexicano una carta de la Cruz Roja española, con la que solicitó información sobre los servicios de ambulancia que existían en el país y su relación con la Unidad Sanitaria del Ejército mexicano, para que actuaran en caso de un conflicto armado. El servicio humanitario de atención a la población en caso de conflictos armados, y el respeto que se debe tener hacia este, es un precepto establecido en el Convenio de Ginebra, suscrito en Suiza el 22 de agosto de 1864. En ese entonces, el Consejo Federal suizo, organizó una conferencia diplomática en la ciudad de Ginebra, a la que asistieron delegados plenipotenciarios de 16 países, que redactaron el “Convenio de Ginebra para Mejorar la Suerte que Corren los Militares Heridos de los Ejércitos en Campaña”, y que firmaron casi la totalidad de los estados.

El documento es trascendente porque en su artículo 1° señala: “Las ambulancias y los hospitales militares serán reconocidos neutrales y, como tales, protegidos y respetados por los beligerantes mientras haya en ellos enfermos o heridos, así como los capellanes, participarán del beneficio de la neutralidad cuando ejerzan sus funciones y mientras haya heridos que recoger o socorrer”. Finalmente, el convenio establece que los habitantes del país que presten socorro a los heridos serán respetados y permanecerán libres, como se advierte en el artículo 5. La intención del ministro Pedro Carrere y Lambeye era levantar un censo sobre los servicios e instalaciones que, con base en el Convenio de Ginebra, merecieron considerarse neutrales en caso de que México se viese involucrado en un conflicto armado.

Para responder a dicha solicitud, el general Porfirio Díaz, encargó al director del Hospital Militar de México, doctor Fernando López y Sánchez Román, un estudio para enlistar los servicios y espacios dignos de ser considerados como espacios de neutralidad.  Al cabo de tres meses de investigación y verificación de campo, el doctor López y Sánchez Román concluyó que en todo el país no existía un servicio de asistencia médica capacitado para actuar en las circunstancias mencionadas. Como alternativa, propuso la creación de una sociedad Nacional de la Cruz Roja en México, en la que tomará parte la sociedad civil y que retomará la experiencia de la Cruz Roja francesa, que ya había participado exitosamente en acontecimientos importantes como los conflictos bélicos registrados en Europa.

La sugerencia del doctor López y Sánchez Román, fue bien vista por el general Díaz, pero nunca se le dio la relevancia y el seguimiento necesarios para consolidar la iniciativa, por lo que pasaron varios años sin que en México existiera un cuerpo de rescatistas. Fue la señora Luz González Cosió de López, esposa del doctor Fernando López, quien retomó a título personal el proyecto de crear la Sociedad Nacional de Cruz Roja en México. A finales de 1906, México se adhirió oficialmente al Convenio de Ginebra, posterior a su participación en las reuniones de revisión y ampliación del documento. Después, el 2 de agosto de 1907 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la incorporación legal de México al Convenio de Ginebra, con lo que nuestro país fue aceptado también como miembro de la Cruz Roja Internacional, con una naciente Asociación Mexicana de la Cruz Roja formada por la señora Luz González Cosió de López. Antes de que concluyera ese año, el general Porfirio Díaz aceptó formalmente la propuesta de la señora González Cosió de López sobre la creación de la Cruz Roja Mexicana.

Por lo anterior, el primer llamado de auxilio atendido por la Cruz Roja Mexicana fue causado por una impresionante tromba en la ciudad de Monterrey, en agosto de 1909; intensas lluvias y vientos violentos provocaron que el río Santa Catalina se desbordara e inundara la capital neolonesa, fenómeno que causó cientos de víctimas y grandes daños materiales. Este fue el primer llamado de auxilio que atendió la Cruz Roja Mexicana. Con muy poco conocimiento técnico, pero con infinitos deseos de ayudar, sus fundadores actuaron a favor de los afectados por el fenómeno meteorológico. La primera brigada de ayuda de la Cruz Roja Mexicana con destino a la ciudad de Monterrey, Nuevo León, salió el día 3 de septiembre de 1909 de la ciudad de México. Esta brigada fue encabezada por la distinguida dama Luz González Cosió de López y por su esposo el doctor Fernando López, que, acompañados por un grupo de filántropas, llevaron víveres y ayuda humanitaria a la zona del desastre. Por su destacada actuación de las víctimas de la tromba, Cruz Roja Mexicana recibió el respaldo de las autoridades mexicanas y de Cruz Roja Internacional para su establecimiento definitivo.

A partir del Decreto que para tal efecto expidió el gobierno mexicano, el 21 de febrero de 1910 se fundó la Base de la Asociación Mexicana de Cruz Roja, y se creó la Sociedad Nacional de la Cruz Roja en México, siendo la fundadora la misma dama Luz González Cosió de López. La primera mesa directiva de la Sociedad se instaló el 26 de abril de 1910 y se designó como presidente al doctor José Antonio Ruiz Cabañas, quien antes fue jefe de la Escuela General de Medicina. Cruz Roja comenzó a operar en el local marcado con el número 20 de la calle de Rosales, en la ciudad de México.

El 20 de noviembre de 1910, estalló en México el movimiento armado que se levantó en contra del general Porfirio Díaz, quien ya había cumplido más de tres décadas en el ejercicio del poder. En el norte y en el sur diferentes grupos se enfrentaron al ejército del general Díaz, lo que causó miles de heridos y de muertos en esta guerra intestina. Cruz Roja hizo valer su carácter neutral en el conflicto a partir del Tratado de Ginebra, y fue la responsable de dar atención médica y humanitaria tanto a los revolucionarios heridos en los enfrentamientos como a los miembros del ejército defensor del gobierno. Al mismo tiempo, en la ciudad de México, el doctor Leandro Cuevas fundó el Servicio de Urgencias de Cruz Roja Mexicana, para rescatar y dar atención prehospitalaria a cualquiera que hubiera sufrido un accidente o se enfrentara a cualquier condición de riesgo o enfermedad. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) otorgó el reconocimiento a la Asociación Mexicana de Cruz Roja en 1912, y un año más tarde, durante el episodio histórico de la Decena Trágica, la Asociación cumplió nuevamente su deber de ayudar a las víctimas del suceso.

Con la Revolución en marcha, entre 1911 y 1921, México vivió situaciones dramáticas que hicieron que Cruz Roja Mexicana se movilizara por el territorio nacional para cumplir su misión humanitaria. La invasión al puerto de Veracruz por parte de los Estados Unidos en 1914; los brotes epidémicos de tifoidea e influenza española; las inundaciones en el Bajío, y los terremotos de 1912 y 1919, influyeron para que Cruz Roja se expandiera por todo el país, lo que llevó a la Asociación Mexicana de la Cruz Roja a incorporar a grupos de filántropos de distintas entidades federativas para llevar ayuda humanitaria donde se requería. En 1923 la Federación Internacional de Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna reconoció oficialmente a la Cruz Roja Mexicana. Siete años después 1930, Cruz Roja Mexicana creó Delegaciones en diferentes estados del país. Fue en este periodo en el que se fundó casi la mitad de las filiales que existen hasta nuestros días. La Revolución Mexicana duró más allá del derrocamiento de la dictadura porfirista, ya que una vez que el presidente electo, Francisco I. Madero fue asesinado, los insurgentes se dividieron en dos bandos: uno liderado por don Venustiano Carranza y otro por los caudillos Emiliano Zapata y Francisco Villa. Una vez que el ejército del primero logró retener el control del Estado de México, se promulgó la Constitución de 1917 en la ciudad de Querétaro, que se encuentra vigente hasta nuestros días.

Tres años antes, en 1914, la Sociedad Mexicana de la Cruz Roja decidió formalizar la creación de sus delegaciones estatales y regionales, como la mejor forma de acercar sus servicios a los principales centros de población. El campamento de Texcoco atendía a un amplio territorio de la zona oriente del Valle de México, incluso parte de Puebla e Hidalgo, por lo que se consideró pertinente que fuera la base regional de operaciones para el Estado de México, que en ese entonces cubría gran parte de lo que hoy es la CDMX (otrora Distrito Federal), Guerrero e Hidalgo. Si bien el 2 de marzo de 1824 se reconoce como la fecha oficial de la creación del Estado Libre y Soberano de México, sus antecedentes se remontan al periodo colonial, cuando en 1548 el territorio recibió el nombre de Provincia de México, que se integró por cinco de las 23 provincias mayores en las que se dividió el Virreinato. El 4 de enero de 1827 la ciudad de Texcoco fue designada como segunda capital del Estado de México, fue aquí donde el 14 de febrero del mismo año, se promulgó la primera Constitución Política de la naciente entidad federativa, pero dos meses después, en abril, la capital del Estado se trasladó a San Agustín de las Cuevas, que hoy pertenece a Tlalpan, CDMX.

Por lo anterior la primera Delegación formal de Cruz Roja en el Estado de México fue la de Texcoco, que se constituyó oficialmente para atender a la poderosa cuenca lechera de la zona oriente del Valle de México y a toda la zona de intensa actividad comercial que se derivó del paso del ferrocarril que cruzaba de Veracruz hacia el norte del país; es así como Cruz Roja llega al Estado de México. En su libro “Estampas Toluqueñas”, el cronista Ramón Pérez (seudónimo RAPE) describe que, en 1914, estando acampadas en la ciudad de Toluca, las fuerzas carrancistas, al mando del general Francisco Murguía, se constituyó oficialmente la Delegación de Cruz Roja en nuestra ciudad. El propio general Murguía, proporcionó los medios necesarios para que el personal de Cruz Roja atendiera a los heridos en el campo de batalla. El entregó botiquines, medicinas, sabanas, cobijas y camillas para instalar un improvisado hospital que atendió las urgentes necesidades de la batalla posrevolucionaria en el Valle de Toluca. El hospital operó en el Hotel Gran Sociedad, que se ubicó en la esquina de Miguel Hidalgo (otrora Libertad) y Mariano Matamoros, en el centro histórico. Este que puede considerarse el primer hospital de la Cruz Roja de Toluca fue atendido por los doctores Mariano Rodea, Rodolfo Hernández y Arturo Cejudo. Como administrador fue nombrado Luis G. Ezeta; el responsable del almacén de suministros fue el ingeniero Federico Hardy y como jefe de ambulantes estuvieron Francisco Gotwald y Roberto Albarrán.

Los primeros ambulantes que tuvo la Cruz Roja en Toluca fueron empleados de la Cervecería Toluca y México, así como de la casa de la familia Henkel, y fueron los que levantaron a los heridos para trasladarlos al hospital del Hotel Gran Sociedad. El hospital contó con una botica, de la que don Servando Mier fue el encargado, y distinguidas damas toluqueñas como las señoras Claudia Guerrola de Uribe, María de Jesús Pliego de González, Tomasa Rosa viuda de Pastor y Guadalupe Contreras de Hardy auxiliaron como enfermeras. La profesora Loreto Bustos se hizo cargo de la cocina, donde se preparaban sopa caliente y consomé para los internos, tarea en la que involucró a las también profesoras Agustina Bustos, Romana Mejía, Trinidad Contreras y María de la Luz Díaz, entre otras grandes mujeres de la época. Del Hotel Gran Sociedad, la Delegación de la Cruz Roja se trasladó a la casa situada en avenida Independencia (otrora calle Real), frente a lo que se conocía como el Cuartel del Seis.

A la salida de las tropas carrancistas de Toluca, el improvisado destacamento de Cruz Roja dejó de operar; sin embargo, a iniciativa de un grupo de empresarios y distinguidos ciudadanos de la capital mexiquense, se convocó a una reunión ex profeso para reactivar a la Delegación. Por iniciativa del doctor Esteban Uribe y los señores Eduardo Henkel y Alberto Ferrat, se realizó una junta de vecinos que tuvo como objetivo fundar formalmente la representación de la institución. Fue por ello que en el despacho de los señores Henkel se dieron cita médicos destacados, farmacéuticos, comerciantes, banqueros y representantes de la naciente industria toluqueña. Asistieron, entre otros, las señoras Olga K. de Gotwald, Rosa Bross de Henkel, Concepción Villarello de Henkel, Concepción A. de Ferrat, Claudia Gurrola de Uribe, Tomasa R. viuda de Pastor, María Madrid viuda de Pliego y las señoritas Francisca Henkel Villarello, Susana, Guadalupe y Clara Pliego, así como Elena Cárdenas, entre otras damas. El doctor Esteban Uribe recibió el nombramiento de primer presidente de la Cruz Roja Mexicana en Toluca; como secretario se designó al licenciado Gabriel M. Ezeta, en tanto que don Leonardo Sánchez fue nombrado tesorero.

La señora Natalia Caballero Pichardo, quien nació el 14 de enero de 1926, relata que, aunque formalmente la Delegación Toluca de Cruz Roja ya estaba constituida, se abandonó porque no había quien la atendiera y mucho menos quienes brindaran el servicio a los ciudadanos.

Por lo anterior esta remembranza la hago dentro del marco donde el pasado martes 3 de diciembre del presente año, el doctor Mario Vázquez de la Torre, actual presidente de las Delegaciones Toluca y Metepec se ha comprometido desde hace 5 años en dar a la institución (Toluca) un giro inesperado, donde su credibilidad, empeño, honorabilidad y equipo de trabajo, le ha dado un surgimiento a esta Delegación. Mario ingresó hace 39 años a la Cruz Roja Mexicana, que en aquel entonces contaba con solo 14 años, y con el ánimo que le caracteriza se integró al Comité de Juventud, pudiendo prestar sus servicios como voluntario en el terremoto de 1985, experiencia que marcó su vida al igual que a muchos mexicanos.

En el año de 1986, Mario, hermanos y sus padres se mudaron de Tlatelolco, de una de las zonas más afectadas por el terremoto en la ciudad de México, a la ciudad de Toluca que lo adoptó, creciendo en el voluntariado, se formó como paramédico lo cual le dedicó muchos años y no se diga las guardias atendiendo a los llamados de auxilio de los ciudadanos. En muchas ocasiones Mario se sintió frustrado al ver que solo era posible dar consultas, poner sueros, realizar suturas y uno que otro procedimiento médico; es aquí donde nace en él, el sueño por transformar, ampliar y renovar las instalaciones, cómo hacerla más útil y mejorar sus capacidades de atención para poder ofrecer a cualquier persona por grave que llegará, bajo criterios de calidad y  excelencia, con profesionalismo, pero sobre todo, con el trato humanitario que caracteriza a la institución.

El 1 de junio de 2021, gracias a la confianza del Delegado Estatal de Cruz Roja; el licenciado Jorge Forastieri Muñoz, Mario asume la responsabilidad de presidir el Consejo de la Delegación Toluca, capital del Estado de México. En ese momento se estaba en la recta final de la pandemia Covid-19, lo cual la Delegación en referencia estaba en riesgo de cerrar sus puertas, no se tenía ingreso alguno para cubrir los gastos operativos para la atención de emergencias y no se podía seguir brindando servicios médicos, se tenía una deuda millonaria con proveedores y con la sede Estatal que había financiado por casi un año el pago de nómina y servicio. De inmediato Mario y su valioso equipo de trabajo se enfocaron en reestructurar los servicios de acuerdo con lo que en ese momento necesitaba la comunidad, se bajó el tabulador y se fijaron cuotas de recuperación apostando al volumen de atenciones. Fueron autocríticos se corrigieron muchos errores y poco a poco la comunidad les fue regresando su confianza, se hicieron cercanos a través del voluntariado y en particular por la Coordinación de Veteranos que desde finales de 2021 y hasta la fecha han atendido a más de 30 mil personas mediante un módulo que instalan todos los fines de semana en los Portales de Toluca.

Hoy en día se tiene la matrícula más grande de todo el Estado de México de jóvenes que estudian la carrera de paramédico. En el servicio médico se han realizado 87 mil procedimientos y consultas médicas y en los quirófanos que se inauguraron hace dos años se han realizado mensualmente 15 cirugías de trauma y ortopedia a bajo costo durante este 2024. Por lo anterior mencionamos que el pasado 3 de diciembre del presente año se puso en operación la nueva Área de Consultorios de Especialidades Médicas, en el mismo espacio que por 51 años ocuparon las oficinas administrativas de la Delegación; contando con siete consultorios totalmente equipados; un consultorio dental, sala de espera, recepción, caja, sanitarios, capilla y oratorio;  también se puso en marcha la nueva Sala de Hemodiálisis, que consta de 8 unidades, con las que se va a poder atender pacientes las 24 horas y alcanzar mil 200 procedimientos mensuales.

Con la solidaridad y con el apoyo de nuestra comunidad, que utiliza y tiene confianza en los servicios de la Cruz Roja, se va a continuar cristalizando el sueño de seguir fortaleciendo y haciendo crecer estas instalaciones como fuente de salud y vida para los habitantes del Valle de Toluca.

¡Seamos todos hermanos…!

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Gerardo R. Ozuna

Toluca: Rescatando identidad