Como reacción a la crítica que se hizo al ejército por haber salido por piernas de Nueva Italia, Michoacán, de donde los corrieron grupos de la delincuencia local, el Presidente López Obrador respondió por un ejército empoderado por él en la cúpula y una tropa explotada y sobajada.
Lo ocurrido en Michoacán, más los feminicidios y las masacres impacta a la ciudadanía, pero en medio de todo este horror, los asesinatos a periodistas pasan a segundo término, a pesar que una vez y otra vez se repiten los casos en los medios de comunicación y las redes sociales. Ese es el plan, que en la confusión de la violencia, los ataques verbales insólitos en el show televisivo de las mañanas se pierda la verdad informativa y el presidente siga siendo popular.
En relación a los hechos de tierra caliente señala que se debe cuidar la vida de los criminales porque también son seres humanos ¿Y los periodistas y las mujeres víctimas de feminicidio qué son Presidente?
Qué hay detrás de esta postura: compromisos inconfesables, pactos regionales, creencias religiosas, estrategias electorales, desarrollo de estructuras alternativas de movilización del voto para las elecciones que viviremos este año, el próximo y en 2024, la Presidencia de la República y el Congreso Federal.
¿El proyecto de la 4T considera el desastre en materia de Estado de Derecho que vivimos? No, dirán que lo que importa es hacer lo necesario para ganar elecciones y que su movimiento siga el proyecto político trazado por AMLO para el territorio nacional. Mientras tanto la industria del narcotráfico y “sus filiales” ocupa a niños, jóvenes, mujeres, hombres en edad de trabajar, especialistas en finanzas y a políticos, por supuesto, todos ellos con permiso para hacerlo porque son seres humanos a los que hay que cuidar.
Se están tocando los límites de la furia y la razón. Concederles permiso a los criminales para actuar sin restricción alguna, más allá de la ley y hacerlo desde la máxima tribuna indigna, incendia el país y México se sigue fortaleciendo como principalísimo narco estado: productor, distribuidor, exportador, generador y asociado de empresas para el lavado de dinero, cuyos multimillonarios ingresos van a dar a algún lado.
