El pasado 12 de junio conmemoramos un tema que requiere la mayor relevancia y atención por parte de todas y todos, el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, el objetivo de esta conmemoración es hacer conciencia sobre un fenómeno que influye considerablemente no solo en un grupo o sector sino el desarrollo de toda la sociedad, para poner en contexto la magnitud de esta situación, a nivel mundial 160 millones de niñas y niños de entre 5 y 17 años trabajan. Casi la mitad, 79 millones están realizando trabajos que ponen en riesgo su salud y sus vidas.
En nuestro país lamentablemente el panorama es preocupante, de acuerdo con datos del INEGI, en México más de 3.2 millones de niñas, niños y adolescentes están en situación de trabajo infantil, más del 70% de las y los infantes de entre 5 y 11 años y más del 30% de los menores de 12 a 14 que trabajan no asisten a la escuela, sumado a esto, se estima que 7 de cada 10 niñas y niños menores de 17 años laboran en condiciones de explotación.
El ejemplo, es una herramienta trascendental en la educación, pero una niña o niño no puede convertirse en el responsable de la familia, eso rompe su infancia, etapa crucial y definitoria que sienta las bases de los seres humanos del futuro. De acuerdo con los expertos hay factores fundamentales de prevención entre los que destacan: invertir en programas de cuidado y desarrollo desde la PRIMERA INFANCIA, insistir en la reactivación de las Estancias Infantiles y las Escuelas de Tiempo Completo, es prioritario, así como motivar el interés por aprender y ampliar el acceso a la educación, disminuyendo costos de asistir y permanecer en la escuela.
Se puede ignorar la realidad, pero no sus consecuencias, es muy importante que el Gobierno Federal actúe ya con sensatez e inteligencia implementando una agenda nacional de niñez que nos convoque a todas y todos, en la cual la infancia mexicana sea el principio de los acuerdos, del como sí coincidir, que nos inspiremos en ellas y ellos, en el porvenir que está en nuestras manos imaginar.
En este sentido debemos unir todos los esfuerzos y voluntades necesarias para erradicar el trabajo infantil, no podemos acostumbrarnos a normalizar esta terrible situación, las niñas y niños no deben de trabajar PUNTO. La infancia debe estar destinada al aprendizaje, al juego, a recibir y practicar valores, a crecer con amor y cuidados. Generemos los acuerdos, hagamos lo posible y lo imposible para que así sea, la niñez debe estar en el centro de todas las decisiones y políticas públicas en cualquier nivel de gobierno y sociedad o pagaremos las consecuencias de no ponernos de acuerdo.
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