“No hay tiro con mis amigos y compañeros y si es con el PRI les aseguro que lo ganamos”, dijo el senador Higinio Martínez Miranda, al reiterar en su demanda de que el Movimiento de Regeneración Nacional agote la posibilidad de que haya consenso para elegir al candidato o candidata a la gubernatura, antes de pensar en aplicar la encuesta.
El texcocano ha apresurado sus movimientos políticos e intensificado sus movilizaciones. No se sabe todavía por quién se decidirá el presidente Andrés Manuel López Obrador, el próximo mes, pero espera sea a su favor.
“Es lo mínimo que le pido a mis dirigentes nacionales y a Mario Delgado. No me pongan a competir contra quienes no deben competir; déjenme, en todo caso si así lo quieren ver, echarme un tiro contra los priistas contra ellos si hay tiro”, expresó el senador en la concentración en Toluca, frente a palacio de gobierno, rodeado de miles de sus seguidores.
Estas expresiones nos hacen ver con claridad que el senador no miente, no hay dados cargados en la decisión, pero tampoco hay claridad todavía en cuanto a quién será el beneficiado o beneficiada con la decisión presidencial.
Los gritos de “¡Higinio, gobernador…” resonaron en el centro histórico de la capital del Estado de México.
A pesar de su advertencia de que no está obsesionado con obtener la candidatura, primero, y el cargo después, Higinio Martínez realiza los encuentros a través de su organización “Mexiquenses de corazón, aparentemente sin nerviosismo, en espera de que se lance la convocatoria para elegir al coordinador mexiquense de Morena, que es claro que será el o la candidata. Aunque no con total seguridad.
Hay que recordar que el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, fue muy claro en su discurso de la semana pasada, precisamente en Toluca, cuando anunció que a más tardar el 15 de julio en Morena ya tendrían el nombre del coordinador de los trabajos en el Estado de México.
Así, justo como lo hicieron hace seis años, cuando López Obrador designó coordinadora estatal a Delfina Gómez Álvarez con mucha anticipación para que, con ese cargo, pudiera moverse libremente por toda la entidad sin temor a que pudiera ser sancionada por actos anticipados de campaña, sólo era quien coordinaba los trabajos del partido, aunque todos sabían que la maestra sería la abanderada.
Por eso ahora Higinio invoca a quienes considera sus amigos Horacio Duarte Olivares y Delfina Gómez Álvarez a que juntos resuelvan de manera fraterna y responsable, quién debe hacerse cargo “del destino de 18 millones de mexiquenses”.
No falta mucho para que seamos testigos de la decisión de AMLO sobre el Estado de México, pero mientras eso sucede las principales cartas muestran diferentes estados de ánimo: Higinio, buscando una decisión consensuada en espera de que sea a su favor; Horacio, ecuánime, tranquilo, haciendo lo suyo sin aspavientos y señalando de manera reiterada que el Estado de México requiere de una sacudida y que los mexiquenses estamos en el momento ideal para sacar al PRI del poder, pero lo hace sin apresuramientos. Por su parte, Delfina no da color, no habla, no sale, sigue encerrada en su mundo, es un misterio no sólo para los mexiquenses, para sus propios compañeros.
Y mientras eso sucede, Andrés Manuel López Obrador viene al Estado de México y en el norte de la entidad, considerado el enclave más poderoso del PRI, escucha el canto de las sirenas: “Quédese seis años más”, le gritan sus seguidores.