El día que la mañanera se convirtió en conferencia

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El día que la mañanera se convirtió en conferencia

Domingo, 31 Julio 2022 00:50 Escrito por 
Alfredo Albiter González Alfredo Albiter González Lo bueno, lo malo y lo serio

Las mañaneras del presidente Andrés López Obrador se convirtieron, desde su inicio, en el espacio que ha utilizado para hacerse propaganda, festejar sus “logros”, denostar contrincantes y hacer una especie de tribunal del pueblo; en el cual, lo mismo dicta sentencia en contra de los que considera sus adversarios, como de todos aquellos que no se identifican con lo que denomina su cuarta transformación.

A tres años de distancia del inicio de su gobierno, ha quedado claro que las apariciones diarias del presidente, se encuentran muy lejos de poder ser consideradas como conferencias de prensa, ya que, de acuerdo al formato con el que se manejan, difícilmente se puede observar la presencia de verdaderos reporteros, esos que con preguntas audaces ponen al límite al que las ofrece. Vamos, se trata de los profesionales que con dignidad ejercen su trabajo, aunque la mayoría que se dan cita todas las mañanas son meramente aplaudidores del régimen y del titular del ejecutivo. Paleros pues.

No se les puede identificar de otra manera, las preguntas cómodas provocan el lucimiento del que ofrece la “conferencia”, y eso queda en evidencia todas las mañanas en Palacio Nacional. Pues es lo que más le gusta, no únicamente al mandatario mexicano, sino a la gran mayoría de políticos en el mundo.

Los “reporteros” que se presentan en el Salón Tesorería desde temprano, son seleccionados por Jesús Ramírez, Coordinador General de Comunicación Social y vocero del Gobierno de la República, quienes son colocados de manera estratégica para no perder el control de la puesta en escena. Su objetivo es impedir que el evento se salga de control, están dispuestos para bloquear, contener, o echar montón a cualquier representante de la prensa libre que quiera salirse de esa directriz.

No es un secreto, se ha visto en múltiples ocasiones, que, si se coloca alguna pregunta incómoda al mandatario, de cualquier forma, alguno de sus incondicionales interviene para ayudarle a Jesús Ramírez, y desde luego, y principalmente, al presidente, haciendo un comentario, pregunta fácil, arrebatar la palabra o lo que sea necesario, para dar pie al lucimiento del dueño del micrófono.

Sin embargo, hace unos días apareció de nuevo Reyna Haydee Ramírez, quien es  reportera independiente de Sonora; no se coló a la presentación diaria del tabasqueño, sino que amparada por una orden judicial se le permitió acceder al recinto; puso en serios aprietos a López Obrador, despertando la curiosidad de propios y extraños, pues no es común que esto llegue a suceder en ese espacio.

Reyna, ya había dejado sentir su posición incómoda en apariciones anteriores, haciendo cuestionamientos que claramente han molestado al titular del ejecutivo federal, pero al mismo tiempo, ha debatido para cuando el dueño de la palabra intenta irse por la libre, acostumbrado a evadir los cuestionamientos que se le hacen con los temas espinosos.

La característica de la reportera, es propia de los reporteros de carrera, de los que toman muy en serio la responsabilidad de informar, sin caer en la comodidad de únicamente transcribir lo que el funcionario quiera, porque éste, siempre buscará su lucimiento. Es una de las cosas que fascinan a López Obrador, y eso se nota de inmediato. Está acostumbrado, además, a imponer la agenda diaria y manejar a los medios de comunicación a su antojo, a pesar de que constantemente se queja que lo critican; en realidad, es un número reducido, la mayoría están con él y sus intereses.

Resulta que la reportera estaba molesta porque había sido castigada al no tener acceso a esa función mañanera, y por mucho tiempo, según sus propias palabras, pues le fue impedido el acceso por parte del vocero de presidencia. Su interés es legítimo, es para hacer preguntas que puedan descubrir lo que en verdad interesan al pueblo, y tiene razón, últimamente son escasos los buenos interrogatorios.

Las representaciones diarias han llegado a un punto en el que dejaron de ser atractivas en su conjunto, carecen de relevancia para los medios de comunicación serios, ya que ahora, muchos prefieren esperar el resumen, o alguna nota que indique que se abordó algo de valor, preferible eso a aventarse más de dos horas escuchando un monólogo; que, la mayoría del tiempo, es utilizado para los temas que convienen abordar únicamente al presidente. Olvídese de conocer la verdad sobre inseguridad, economía, pobreza, desempleo, etcétera, para todo eso siempre se ofrecerán “los otros datos”.

¿Con qué no contaba Jesús Ramírez?

No contaba con la valentía de Reyna Haydee Ramírez, que encaró al presidente, le dijo sus verdades, lo arrinconó, y le arrebató el habla cada vez que aquel quería salirse por la tangente, para exigir, como debería ser siempre, una respuesta aceptable, aunque, al no obtenerla, continuó a placer con sus argumentos, incluso se dio el lujo de callar a uno de los paleros estelares de la 4ª. Hans Salazar.

Sí, palero, como muchos otros, que incluso, son tristemente famosos como aquel que se le conoce como “Lord molécula”, por sus preguntas bobas y empalagos exagerados, para satisfacer el ego de aquel que utiliza el micrófono y la tribuna para preguntarle al espejito ¿quién es el más bonito?

López Obrador ha quedado al desnudo, no tiene nada bueno qué decir. Fuera de sus ataques a los que considera sus adversarios y de las ya acostumbradas violaciones a las leyes, a los tratados, a sus propias promesas, no hay nada que pueda presumir, bueno, el cree que sí, como las giras que presume y que envalentonado dice que nadie más logra hacer, aunque la reportera mencionada lo dejó mudo; usted lo hace con recursos públicos y nosotros pagamos con nuestros propios recursos, dijo.

Más brutalmente cierto no podría haber sido, por única vez, en este gobierno, se dejó de extrañar esas conferencias en las que el entrevistado cuando pretende hacer gala de la mentira, inmediatamente algún astuto lo interrumpe para corregirle la plana. Sí los hay, solo que no son bienvenidos a las mañaneras, no los soporta el titular del ejecutivo, y peor, las hordas de amlovers se lanzan contra ellos en una sangrienta carnicería en redes sociales.

Asimismo, en esta ocasión, las risas, chistes, canciones de Chico Che, brillaron por su ausencia para dar paso a una reportera congruente, que, con la protección de un amparo, se atrevió a romper el ritmo cómodo que ha tenido López Obrador.

Reyna Haydee marcó un antes y un después a partir de ese momento.

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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio