El incómodo periodista reflexiona sobre esa jaqueca que le causa al presidente el tema aeroportuario. Sabía Usted qué ¿desde la inauguración del “Felipe Ángeles”, hace casi 5 meses, el presidente no lo utiliza? Si bien, en Santa Lucía sólo operan Viva Aerobús, Volaris, Aeroméxico y la venezolana Conviasa, con alrededor de seis vuelos al día, Andrés si podría usar esa terminal pero, prefiere el “Benito Juárez” ¡Vaya cosa!
El conflicto con los judíos
En su “mañanera del 29 de junio”, el presidente calificó al publicista Carlos Alazraki de “hitleriano”, tema que causó cólera en la comunidad judía. Recordemos que 6 millones de judíos murieron en el holocausto durante el régimen criminal de Adolfo Hitler. Pero quizá el insulto presidencial no tenía que ver con su ignorancia por la historia. Tal vez, la vergonzante declaración fue motivada porque, en el canal Atipical TV, de Alasraky, la periodista Beatriz Pagés, afirmó que al AIFA llegaban aviones en el clandestinaje con venezolanos a los que no les pedían ningún registro de identidad.
El avión venezolano
No eran aviones, era sólo uno que no llegó al AIFA, sino a Querétaro, proveniente de Caracas, para luego dirigirse a Argentina. Fueron los medios argentinos quienes alertaron sobre un posible caso de espionaje. Dicho avión es propiedad de la venezolana EMTRASUR, propiedad de Mahan Airlines, de origen iraní, identificada por Estados Unidos como miembro de la Fuerza QUDS, un brazo paramilitar de élite y terrorismo del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. De sus 18 tripulantes, 5 eran iraníes y 13 venezolanos. Un datito para el anecdotario: su piloto era Gholamreza Ghazemi, miembro la guardia iraní y el QUD. ¿Por qué ese avión, ligado al terrorismo, llegaría a México como un fantasma? ¿Por qué no aclararlo? ¿Es seguridad nacional?
El avión presidencial
Emblema de los lujos criticados, el “José María Morelos”, no formaba parte de “la austeridad republicana”. Andrés aseguró que rifaría al “ese no lo tiene ni Obama”, y lo hizo. El 15 de septiembre del 2020 lo sortearon, obligando a instituciones y escuelas a comprar boletos de a 500 pesos que nadie quería comprar. Al final, el premio no fue el Boeing 787, sino 100 premios de 20 millones de pesos que, al final, ni siquiera se han entregado. Andrés no reconoce a otros gobiernos. “Heredamos ese avión. No lo hemos vendido porque es muy lujoso. Lo vamos a pasar a la empresa que fue elegida para construir el Aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya, los Aeropuertos de Tulum, para que lo administren y pueda rentarse para fiestas y viajes”… Tristemente ni eso ha ocurrido.
El decadente AIFA
Al fin AMLO inauguró su “Felipe Ángeles”, que sería el segundo aeropuerto más grande de México. Callaría así las bocas de sus opositores. Eso creyó. La nueva terminal sólo conecta con el ego de un presidente que no entiende de desarrollo aéreo y menos de cadenas de suministro y producción. Las críticas son duras, en especial al comparar la capacidad del extinto proyecto de 6 pistas de EPN, con las limitaciones concretas del AIFA de AMLO. “El gobierno mexicano canceló un aeropuerto del siglo XXI, y en su lugar construyó una terminal de autobuses con dos pistas”, dijo el analista Jorge Suárez.
Ahora se le hunde el AICM
El pasado, insisto, es su mejor pretexto pero, resolver, no es lo suyo. Ahora le toca atender graves problemas de la terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la CDMX, construido en el gobierno de Fox, y que corre riesgo de hundimiento. Pero dice que nomás hay que “apuntalar”. No, volar nunca fue lo suyo, ni aterrizar… Sólo digo. Mi twiter @raulmanduj