De la elección de 2018 a la de 2021, Morena perdió alrededor del cincuenta por ciento de sus votantes en el Estado de México, por lo que hay bases fundadas para ganarle al partido oficial pero, se requiere un frente opositor y una candidatura que eleve el debate público y la calidad de la oferta política, afirmó la priista Beatriz Paredes al auto destaparse como aspirante a la presidencia de la República en 2024, agregando que en la entidad mexiquense hay posibilidades de tener una espléndida candidatura a la gubernatura porque las personas aspirantes, por parte del PAN, pero también del PRI, cuentan con buena trayectoria y un gran prestigio. El reto es diferenciarse del uso de criterios “a modo” y de la violación sistemática de las reglas.
Bajo el criterio presidencial Delfina Gómez Álvarez ha sido designada coordinadora de Comités de Defensa de la 4T, en el Estado de México, figura creada para darle vuelta a la ley y justificar una precampaña adelantada seis meses antes de los plazos establecidos. El PAN respondió a la provocación anunciando a Enrique Vargas del Villar como su abanderado, quien ya presentó “Ruta Líder Estado de México” para cerrar el paso a Morena y el PRD reveló a Omar Ortega Álvarez como su precandidato; mientras que el dirigente estatal del PRI, Eric Sevilla pidió “no comer ansias” y anunció una serie de encuentros, a partir del 13 de agosto, para conocer las causas de la gente y definir, primero el proyecto, y luego la candidatura.
Dentro de las filas priistas, Ana Lilia Herrera Anzaldo ha manifestado abiertamente que más que aspirar a una candidatura, aspira a ganar la gubernatura, porque está lista para ser gobernadora, por lo que ha pedido contrastar perfiles y propuestas. También ha planteado a las dirigencias partidistas seleccionar la candidatura aliancista bajo un método con reglas claras, transparentes y equitativas. Que valga el mérito, ha dicho, ya que la meta es combatir la triple A: Atraso, Apatía y Autoritarismo, problemas que se han agudizado con los gobiernos emanados de Morena que han quedado mucho a deber.
Entre posibles abanderados de la alianza opositora, la encuesta publicada por el periódico El Financiero el 24 de julio, colocó a Ana Lilia Herrera Anzaldo como la figura más popular con 32% de opinión favorable, por encima de Alejandra del Moral con 27% y de Enrique Vargas con 26%, y apenas 5% por debajo de Delfina Gómez quien fue la figura más popular y registró 37% de opinión favorable. Esto último antes de su designación como inminente candidata a la gubernatura del Estado de México, que desató una fuerte campaña negativa en su contra, en redes sociales.
Considerada “la joya de la corona” porque cuenta con la población y el padrón electoral más grande del país -por encima de la Ciudad de México- y como la segunda economía más grande a nivel nacional, la entidad mexiquense ya está en la mira del partido oficial, que siendo un partido joven, con apenas siete años de formación, encabeza ya 22 de 32 gubernaturas, más las que podría sumar el próximo año, cuando se renueva la gubernatura de Coahuila, además del Estado de México, antes de la elección presidencial en 2024.
Macario Schettino ha expresado que, en 2018, un hombre convenció a más de 30 millones de mexicanos que el país se encontraba en la peor crisis de su historia por culpa de malos gobiernos y ganó la presidencia de la República, pero (cuatro) años después el país se encuentra peor y en tendencia decreciente. Ahora el Estado de México está en la mira de Morena y, como en ningún lugar, aquí no cabe la ineptitud ni la improvisación.
Porque gobernar sí tiene ciencia y la lealtad y la humildad no alcanzan, los partidos políticos, como entidades de interés público, están obligados a elevar la calidad de la política y de sus candidaturas. Deben democratizar, transparentar sus procesos y rendir cuentas, porque es la única forma de ganar credibilidad, recuperar la confianza e incentivar la participación ciudadana.
@IrmaCruzE.
Comunicóloga
