Más de 3 millones de personas en México deben tener dos trabajos para salir adelante, sacar los gastos de cada mes, fortalecer su condición financiera o para incrementar el patrimonio, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En el caso de la población joven, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) realizó un análisis de la situación educativa y laboral de las y los jóvenes del país[1] e identificó que existen 21.9 millones de personas entre 15 y 24 años, quienes representan el 17 por ciento de la población total.
En los últimos 17 años, ese sector ha crecido solamente 10 por ciento y la tasa de natalidad se ha reducido casi a la mitad. Para contrastar, la población de 50 años o más ha crecido, en el mismo periodo, 70 por ciento. Se prevé que en los siguientes tres años haya seis millones más de jóvenes en el país.
Si bien en términos educativos las juventudes tienen “mejores” condiciones a diferencia de la población entre 40 y 49 años, el 34 por ciento de las y los jóvenes tienen la secundaria como el máximo nivel de enseñanza y 39 por ciento, la preparatoria. Además, la población joven con estudios superiores se incrementó en 8 por ciento en los últimos 17 años. Ahora hay 4.1 millones de jóvenes con mejor formación académica.
En lo que corresponde al aspecto laboral, seis de cada 10 jóvenes no participan en el mercado laboral, porque se estima que se encuentran concentrados en su educación, en virtud de que el 70 por ciento son estudiantes.
El estudio del IMCO indica que 9.4 millones de jóvenes son económicamente activos, pero solo 8.8 millones están ocupados. Un dato revelador del estudio: de los 12.4 millones de jóvenes que no están económicamente activos, poco más de 2 millones están disponibles y se identificó que dos de cada 10 que podrían trabajar no buscan empleo, porque “no consideran tener posibilidades de encontrarlo”.
Otra circunstancia que afronta el sector joven de la población es que prácticamente 7 de cada 10 se encuentran en la informalidad y quienes tienen un primer empleo en esa condición, enfrentan “una mayor probabilidad de permanecer en esa condición de informalidad a lo largo de su trayectoria profesional”.
Por ello, cobra relevancia un ajuste que ha realizado la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) en sus planes de estudio de licenciatura, para iniciar la vinculación de sus jóvenes estudiantes al ámbito laboral, con una nueva Unidad de Aprendizaje que se denomina “Integrativa Profesional”, la cual -literalmente- ha obligado a que las y los estudiantes se vinculen al campo profesional y empiecen a adquirir las competencias que reclama el sector productivo: privado, público y social.
Naturalmente, el proceso no ha sido sencillo y ha puesto en evidencia los ajustes que deben realizarse a los programas educativos de diferentes licenciaturas, a fin de que el estudiantado se integre al campo profesional en mejores condiciones; pero también ha mostrado la necesidad de que en las instituciones y organizaciones que les reciben, comprendan el valor que significa tener a jóvenes con una visión más fresca e innovadora, que podría significar un fortalecimiento de sus procesos productivos.
Será necesario que la UAEMéx evalúe con precisión los resultados de la “Integrativa Profesional”, más allá de los resultados administrativos, para tener mayor claridad en el proceso formativo y se responda a la expectativa de las y los estudiantes, así como de la sociedad al recibir a nuevos futuros profesionistas, de manera que el proceso sea enriquecedor para todas y todos.
PERCEPCIÓN
Contar con un mayor nivel educativo amplía las posibilidades de obtener un empleo formal y ganar mayores ingresos, indica el estudio del IMCO.
[1] https://imco.org.mx/el-panorama-educativo-y-laboral-de-los-jovenes-en-mexico/