¿Por qué AMLO debe mejorar sus hábitos alimenticios?

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¿Por qué AMLO debe mejorar sus hábitos alimenticios?

Domingo, 23 Octubre 2022 01:34 Escrito por 
Víctor M. Zendejas Víctor M. Zendejas Naturismo y salud

El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene la obligación de mejorar sus hábitos alimenticios porque toda expresión, verbal o corporal, que emane de la máxima figura institucional del país, como es la de presidente, llega a las familias y puede convertirse en un modelo a seguir o un snob perenne.

Ya en otros artículos anteriores hablé de los inconvenientes que tiene, de acuerdo con estudios de expertos en la materia, una alimentación que no esté basada en la pirámide alimenticia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que tiene como base privilegiar frutas y verduras, contrario a lo que habitualmente promueve López Obrador en sus desayunos.

El doctor Julián Navarro Richardson, a quienes he citado ya en otros artículos como promotor de la salud mediante métodos naturales preventivos, cita en su obra Naturismo un sistema de vida, que millones de personas, pese a alimentarse abundantemente de alimentos proteínicos, ricos en carbohidratos y calóricos, sufren desnutrición.

Menciona el caso del crucero Kronpriz Whilhelm que navegó 255 días seguidos sin más alimentos que harina y miles de kilos de carne, por lo que sus tripulantes comías un kilo de carne fresca al día.

“El desayuno casi siempre constaba de café, avena, leche condensada, jamón, arroz, chorizos, oleomargarina y pan, fruta de lata, bistec, mantequilla y papas fritas. La comida y la cena por lo general constaba de bistec, papas, vegetales enlatados, queso seco. A las cuatro de la tarde se servían galletas variadas y café con leche condensada y azúcar.

“Este menú se variaba incluyendo en ocasiones sopa de lentejas seca, sopa o jugo de carne, arroz, jamón y pescado salado. A los pocos meses, el cirujano de abordo empezó a notar dilatación en las pupilas de los marineros y cierto cansancio. Ninguno de estos males fue atribuido al régimen alimenticio y la tripulación continuó alimentándose con tan ´nutritiva´ dieta.

“Poco tiempo después, la mayor parte de los tripulantes tenía  los pies y las manos ligeramente hinchados, una semana más tarde aparecieron vario marinos con síntomas de parálisis y otros con palidez, dolores en las articulaciones, dilatación del corazón, atrofia muscular y dificultad para pensar o fijar la atención, lo mismo que efectos en la vista.”

Finalmente, narra el doctor Richardon, arribaron al puerto de Newport con 500 enfermos a bordo. Se llamó de urgencia a los más prominentes médicos quienes después de discutir sobre los síntomas propusieron los más diversos tratamientos.

“Se les examinó la orina, el esputo, los excrementos y la sangre, con la ayuda de los más diversos instrumentos y poderosos medicamentos sin resultado alguno. El mal avanzaba y ya algunos habían fallecido..

“Cuando los médicos y la tripulación ya estaban desesperados  de no poder encontrar salvación, acudió como visitante un aficionado a la dietética, un simple estudiante de la naturaleza, que no tenía título alguno ni ejercía el arte de curar. Se trataba de un representante del periódico The New York Globe, Alfred McCann.
“Como ya se había ensayado todo  y no quedaba nada que perder se decidió seguir los consejos de McCann, quien en lugar de recetar medicina alguna ni hacer exámenes muy minuciosos, se limitó a observar a algunos de los enfermos, pidiendo seguidamente que se aplicara a todos el sencillísimo remedio de administrarles frutas frescas y hortalizas crudas en abundancia”

Concluye el doctor Navarro Richardson en que pese a las dudas del médico de la tripulación el método de cambio de régimen alimenticio permitió no sólo que mejorara la salud de los afectados sino que ninguno muriera. Y cita:

“Las trascendentales enseñanzas que de este caso pueden desprenderse no han sido debidamente estudiadas ni popularizadas. Como lo prueba el hecho de         que los llamados entendidos  en dietética continúan recomendando un régimen alimenticio en el que predominan la carne, los productos de azúcar blanca y las harinas refinadas. Y las frutas y las verduras no se siguen ofreciéndose más que como postre o un simple accesorio.”

La pirámide de la salud, o alimenticia, de la OMS, está al alcance de todos el mundo y puede consultarse a través de la red universal.

*Presidente de la ONG Franature

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Víctor M. Zendejas Orozco

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