El proceso electoral que formalmente inició el 4 de enero en el Estado de México, contiene algunos elementos que lo hacen más atractivo, de lo que representa la entidad en términos de su potencial económico y de su número de habitantes, aspectos que por sí mismos son significativos.
Las miradas del país estarán centradas en los dos grandes bloques que se armaron para buscar la gubernatura. Por un lado está el Movimiento de Regeneración Nacional, como partido dominante, acompañado por el Partido del Trabajo y por el Verde Ecologista. Frente a ellos se ubica la otra gran alianza encabezada por el Partido Revolucionario Institucional y sus aliados de los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Nueva Alianza.
Otro aspecto que distinguirá a estas elecciones, es el hecho de que son mujeres las principales aspirantes a la gubernatura: La morenista Delfina Gómez Álvarez y la priista Alejandra del Moral Vela, ambas con una larga trayectoria política. Es la primera ocasión que una mujer se perfila para presidir el Poder ejecutivo Mexiquense, es un hecho inédito.
La tercera característica es que, quien gane, tendrá que armar un gobierno de coalición, pues lo mandatan las leyes electorales de la entidad. El Estado de México es la primera y única entidad del país en donde se ha aprobado esta figura, que es un instrumento de gobernabilidad democrática y constituye un régimen plural de corresponsabilidad, conformado por el partido que postuló, en este caso, a la gobernadora que resulte ganadora, y a los partidos cuya suma alcance una representación, según la ley respectiva.
Esto significa que el Estado de México es también el primero en reglamentar las coaliciones más allá de las urnas y, a través de este proceso electoral, se convierte en el gran laboratorio para que a nivel nacional pueda pactarse una figura similar, como lo han señalado PAN, PRI y PRD, para los comicios de 2024.
En septiembre del año pasado, en el pleno de la LXI Legislatura, todos los partidos representados, con excepción de Morena, aprobaron las iniciativas que al respecto presentaron PAN y PRD, porque esta figura garantiza que las minorías sean tomadas en cuenta a la hora de armar el gabinete.
En su momento, los diputados de Morena defendieron su negativa, señalando que estas reformas son anticonstitucionales e invaden en exceso al Ejecutivo, porque la Constitución mexicana contempla un régimen presidencial y consideraron que antes debió haberse realizado una reforma constitucional de fondo para cambiar el régimen. Por ello se apresuraron a presentar una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que no se ha pronunciado al respecto.
Así que, aun cuando en Morena no estén de acuerdo con esta figura, deberán respetarla, aunque podrían darle la vuelta, porque la reforma reconoce que “es facultad del Ejecutivo conformar un gobierno de coalición. Cuando esto ocurra, elaborará, en conjunto con el o los partidos que integran la coalición de gobierno, el convenio y el programa respectivo en el cual se fijará la orientación de sus prioridades legislativas, políticas públicas y los compromisos de gobierno”.
Estas son las tres características que hacen más atractivo el proceso electoral de donde saldrá la próxima gobernadora del Estado de México. Veremos una guerra de dimes y diretes, de lo mal que lo han hecho unos y otros al momento de gobernar. Siempre es así, pero ojalá, además, vaya acompañado de propuestas.