Mucho ha cambiado la forma de hacer política y del propio espectro político en los últimos 25 años en el Estado de México. Hasta antes de 1999 podría decirse que el gran reto era conocer el nombre del “tapado” priista, o “el Delfín”, porque casi en automático se convertía en el futuro gobernador del Estado de México, ni pensar que fuera gobernadora. Aunque hubo modificaciones espectaculares en la administración estatal, como cuando asumió la gubernatura Alfredo Del Mazo González, generalmente no se revolvía de manera radical el rumbo de la política estatal.
En 1999 el PRI sufrió el primer sobresalto porque su candidato Arturo Montiel Rojas, emanado de una disputa interna, inició la campaña electoral con más de 20 puntos de desventaja sobre el candidato de Acción Nacional, el exalcalde de Naucalpan, José Luis Durán Reveles (aunque hay quienes aseguran que no eran tantos puntos). El parteaguas fue el spot aquel de Alazraky, que decía que “los derechos humanos son para los humanos, no para las ratas”, que resultó ser muy polémico, pero de ahí el candidato tricolor subió, remontó y ganó por pocos puntos, pero ganó. Y hay quienes dicen que Higinio Martínez, que iba en tercer lugar, ayudó en mucho. Leyenda urbana-electoral.
En 2005 Enrique Peña Nieto también surgió de una contienda interna y de igual manera empezó muy por debajo, pues el panista Rubén Mendoza Ayala inició su campaña con mucha antelación y, dicen algunos que llevaba más de 30 puntos de ventaja sobre el priista, otros dicen que 20 y otros que no pasaba de 15. Al final, su campaña se desfondó, luego de que salieron a la luz pública algunas averiguaciones previas que lo involucraban, ciertas o falsas, lo afectaron al grado que casi abandonó la campaña.
En 2011 Eruviel Ávila Villegas prácticamente no tuvo competidores, alcanzó una impresionante cantidad de votos, la más numerosa que ha logrado un gobernador en el Estado de México. Sus competidores fueron Luis Felipe Bravo Mena y Alejandro Encinas, postulados por el PAN y el PRD quienes parecían en un día de campo, porque sus campañas fueron muy débiles.
La sombra de la derrota se apareció nuevamente en 2017, pues Alfredo Del Mazo Maza debió realizar una campaña en contra de sus opositores Josefina Vázquez Mota, de Acción Nacional; Juan Manuel Zepeda Hernández, del PRD; Oscar González Yáñez, del Partido del Trabajo, aunque luego se sumó a Morena; Delfina Gómez Álvarez, del partido guinda y María Teresa Castell, aspirante independiente.
Del Mazo Maza también debió luchar contra la oposición al interior de su propio partido, ya que era un secreto a voces que muchos priistas no sólo no lo estaban apoyando, sino que le pusieron varios tropiezos en el camino. Eso, lo tuvo muy presente el mandatario. Josefina Vázquez Mota arrancó con ventaja, pero terminó inexplicablemente en cuarto lugar. Desde Morena dicen que Delfina Gómez ganó, pero inexplicablemente no hubo impugnación ante los tribunales electorales.
En este momento estamos en el preámbulo de una nueva campaña política para elegir a la próxima gobernadora del Estado de México, es casi un hecho que será mujer. Morena, PT y PVEM tienen como candidata a Delfina Gómez Álvarez. La coalición armada por PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza es encabezada por Alejandra del Moral Vela. Todavía no se sabe si Movimiento Ciudadano participará en la contienda y si lo hará con candidato propio o se unirá a alguna de las dos alianzas. Casi todos los independientes quedaron fuera, solo falta saber si José Adolfo Murat cumple con el número de firmas.
Desde hace 25 años la historia nos dice que las encuestas sirven para dar una idea de cómo va la intención de los ciudadanos, pero nada más, porque al final de cuentas sólo menos de 30 por ciento ya decidió en este momento por quién votar y la mayoría lo hará el día de las elecciones. Pero sirven para planear. Veremos cómo termina. La moneda está en el aire.