A poco más de un año de que concluya el gobierno de López Obrador, un renglón pendiente es la salud pública. Primero, la desaparición del Seguro Popular para convertirlo en el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) fue un fracaso, al grado de que intentaron corregir el desacierto trasladando los servicios del Insabi al IMSS-Bienestar sin obtener mejores resultados.
Aunado a ello, el Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi) ya no se usa solo para financiar el tratamiento de enfermedades de alto costo e infraestructura, sino que funciona como una herramienta de simulación de subejercicios; la 'caja chica' del Gobierno Federal.
Ello ha derivado en que miles de mexicanos que padecen enfermedades crónicas, pongan en riesgo su vida por el valemadrismo de nuestras flamantes autoridades. Les explicaré por qué.
Recientemente, México Evalúa publicó un estudio denominado Tesofe, Fonsabi y la simulación del gasto en salud: análisis anual 2022, en el cual se evidencía el desvío de recursos destinados en origen para la seguridad social y que acaban engordando otros presupuestos y otras prioridades. En verdad que es un robo a ojos vistos.
Para junio de 2022 (las cifras más recientes disponibles) se reportaron salidas del Fonsabi por 52.7 mmdp, de las cuales sólo el 1.5% fueron para enfermedades de alto costo, infraestructura y medicamentos y el resto regresaron a la Tesorería Federal, donde se pierde el rastro del dinero.
En otras palabras: el Gobierno manda dinero de la Tesofe a la Secretaría de Salud (SSA) y se contabiliza como gasto en salud. Luego la SSA manda el dinero al Fonsabi y del Fonsabi regresa a la Tesofe y el Gobierno puede usar los recursos para otros fines.
Así o más claro: sólo el 3.7% (2.5 mmdp) de los gastos del Fonsabi al 2T de 2022 fueron para gasto comprobable en salud, como enfermedades de alto costo, infraestructura o gasto corriente del Insabi.
Un año antes, en 2021 la SSA mandó 56.9 mmdp, 47% del total de su gasto anual, pero el fideicomiso regresó a la Tesofe 92.7 mmdp. Esto significa que el casi la mitad del gasto del Insabi fue ficticio, lo que explica la caída en consultas o falta de medicamentos.
También explica por qué en lo que va del actual sexenio los ingresos del Fonsabi promedian 12.9 mmdp (122% más) y las salidas 17 mmdp (347% más), frente al promedio de 2010 a 2018. El Gobierno mete y saca más dinero para simular.
Si quieres saber más al respecto, te dejo la liga del estudio en cuestión:
https://numerosdeerario.mexicoevalua.org/2023/02/22/tesofe-fonsabi-y-la-simulacion-del-gasto-en-salud-analisis-anual-2022/