Por una cuestión de salud (el periodista fue intervenido quirúrgicamente de emergencia) la semana anterior no pudo participar en una mesa de análisis sobre el segundo debate entre las candidatas a gobernar el Estado de México, Alejandra del Moral y Delfina Gómez, y tampoco expresar una opinión previa aquí, en DigitalMex. Escuchar a las contendientes es enriquecedor, la ciudadanía –de haberlo visto- se hubiera llevado decepciones y opciones, pero la gente, al parecer, ya tiene su definición. Y ésta no surge del debate de ideas, sino del discurso externo, de los cómplices y aliados, de los mercadólogos electorales contratados para difundir campañas basadas en la reconciliación o en la venganza. La segunda pareciera tener la mayor fuerza, acompañada de la protección presidencial, ilegal, por cierto, y de la repetición de encuestas de salida que carecen de una metodología incierta, pero que sagazmente repiten superioridad. Así fue la exitosa fórmula que llevó a “ya sabes quién”, a ganar la presidencia, aquel 1 de julio de 2018.
Dice el investigador Alfonso Ortí, que “La mitología populista usa el recurso defensivo de construir un ideal de pueblo que se siente atacado –y se aprovecha muy bien de ello- por todo tipo de sistemas externos (comerciales, industriales, políticos, financieros, institucionales-estatales). Así consiguen, de una u otra forma, colonizar, expropiar y dominar los modos de existencia de una comunidad ideal, donde las diferencias y condiciones concretas de vida, son anuladas por el significante de lo popular” … Y mientras se construye un discurso que esconde la poca preparación de sus candidatos a gobernar, fortalece el ideal de pobreza como designio, y no como elección. Eres pobre, entonces odia, y si quieres otro pretexto, está el factor corrupción. Pueblo y corrupción son la fórmula del mal, y un pueblo pobre, incluso ignorante, lo cree.
Lo que se vio en el segundo debate, mostró la poca capacidad intelectual de un lado por debatir, pero aparentado muy bien por la perorata de ataques del vencido. Hay que reconocer que a esta candidata la arropa muy bien la experiencia del equipo de “hombres” enviados desde el Palacio del Mesías, y que, por cierto, adquirieron de los cuadros de formación política del PRI. Y aunque la elección no está definida, ni por mucho, cierto es que la estrategia de propaganda política de Alejandra, se ha mostrado débil, sin ideas, “chamaqueada”. El voto está en la gente, pero la influencia y manipulación está en quienes lograron prostituir el destino del sufragio del próximo 4 de julio… Sólo digo.
El vergonzoso espectáculo de la mafia del poder contra la SCJN
Este es un buen ejemplo de cómo el discurso mafioso del poder, abona en mentes ignorantes, dice el periodista mientras bebe un té sin azúcar –le prohibieron medicamente el café-. Afuera de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, una caterva de “pelafustanes” le mientan la madre a la presidenta y sus magistrados, y hasta la muerte le desean cobijados, léalo y escúchelo usted bien, por un gobernador, el de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez. Le diré algo, el ejercicio de la ley pudiera estar en entredicho, y habría que esperar mejoras, pero no ordenadas por el mandatario. Es curioso que los acusen de corruptos, menos a la magistrada Yazmín Esquivel, quien plagió sus tesis de licenciatura y doctorado. Eso sí es corrupción empero, sobre ella perdón y olvido si apoya al Mesías. Los errores de la “Cuarta Transformación” se cuidan y respaldan, ahí no hay castigo, sino, pregúntenle a Ana Guevara y a la espía gobernadora de Campeche, Layda Sansores… Sigo cuidando la salud. Mi twiter @raulmandujano
