Entre los 4.500 millones de palabras que consideraron los editores de los Diccionarios de Oxford en 2017, las palabras que más aumentaron en uso (un 365%) el año pasado fueron la combinación "fake news" (noticias falsas), hasta convertirse en un término habitual en los análisis políticos. Por esta razón, la fórmula ha sido elegida como la palabra del año 2017.
La elección complementa al término más destacado de 2016: 'post-truth' (posverdad), que el mismo diccionario viene a definir como "actitud de resistencia emocional ante hechos y pruebas objetivas". O creerse lo que uno quiere al margen de lo demostrado con hechos, como algo relativo a circunstancias en las que los hechos objetivos son menos influyentes en la opinión pública que las emociones y las creencias personales.
La Posverdad es un concepto que nos trae el Príncipe Digital como un nuevo modo de concebir y ejercer el Poder en esta era de tecnología digital. Cabe aclarar: cínicamente, la noción de verdad y política han sido en la práctica, desde siempre, términos excluyentes; tanto como el ejercicio del poder y la cuestión moral. Así, entonces, lo novedoso de la Posverdad no alude a la dimensión moral del asunto. De hecho, este nuevo concepto no se relaciona con el valor de verdad de tal o cual enunciado, sino más bien con algo “verosímil”, como dispositivo político.
La Posverdad es una ¨construcción¨: un paquete informacional construido sobre datos no fácilmente comprobables. No es mera propaganda, pues, más que un lema se nos propone una interpretación alterna de nuestra experiencia y de la realidad. Los actores y los procesos se ordenan de otro modo, de manera que surge una nueva trama o complot según el cual los verdaderos culpables son algunos chivos expiatorios inventados.
La Posverdad no es una invención antojadiza y arbitraria: por el contrario, millones de personas son sometidas a estímulos calculados en virtud de una enorme cantidad de datos. Ya no el “Big Brother” (el despótico Gran Hermano que describió Orwell) sino el “Big Data” (MacroDatos) es el que hace posible una “Modulación Automatizada” digitalmente global (Big Data o macrodatos es un término que hace referencia a una cantidad de datos tal que supera la capacidad del programa computarizado convencional para ser capturados, administrados y procesados en un tiempo razonable).
Al inicio de internet y de la tecnología digital se prometía terminar con el monopolio mediático en su modalidad de Emisión de radio y televisión, para inaugurar la era del mundo personalizado de la Emisión de radio o de televisión (que un usuario puede descargar de internet mediante una suscripción previa y escucharla tanto en una computadora como en un reproductor portátil).
Sin embargo, en la hora actual, algunos autores de talante pesimista, imaginan una distopía todavía peor que la pesadilla de Orwell.
Las redes sociales en internet cumplen, en la actualidad, una función corrosiva de “lo Público” Esta función nace del hecho fundamental que los usuarios de las redes digitales no constituyen una Masa sino un “Enjambre Humano”. Con este concepto se quiere denominar una aglomeración de “usuarios” poco gregario, individuos aislados. No obstante, y a pesar de esta desintegración de “lo Público” en las redes digitalizadas, se puede observar que ante determinadas circunstancias un “Enjambre Humano” es capaz de aglomerarse en torno a un suceso que llamaremos “Trending Topic” (Tendencia, tema de tendencia o tema del momento).
Notemos que el tránsito desde un estado de “Enjambre Humano” al de aglomeración o “Público-red” se verifica de manera súbita; de hecho, un tópico en la red puede convertirse en tendencia en cuestión de horas; todo depende de la acumulación de “Followers” (seguidores) y “Likes” (Me gusta). A este acelerado desplazamiento en el estado de opinión se le conoce como “Comportamiento Ondulatorio”.
Los nuevos comportamientos políticos y sociales en las Redes Sociales en línea nos llevan a concebir el ejercicio del poder de manera muy distinta al de hace algunos años. Atrás van quedando las llamadas “Sociedades de Control” ancladas al disciplinamiento y la vigilancia corporal directo, pero surge la amenaza de desembocar en lo que podría denominarse una “Sociedad de Hípercontrol” por medio de la tecnología digital.
Durante el Siglo XX, en las sociedades democráticas se concibió los estados de opinión como la oposición de una Masa y un Público. Así, un Público se entendió como un número significativo de personas, capaces de replicar al poder y de actuar de manera autónoma.
En el caso de México, una prueba de lo poco democrática que era la sociedad en el siglo pasado es la anécdota de que un Secretario de Estado le decía a un Presidente: ¨Señor Presidente, la Opinión Pública mexicana piensa que el peso se va a devaluar y están comprando dólares...¨, a lo que el Presidente le respondía: ¿la Opinión Pública? !La Opinión Pública Soy Yo! Una segunda parte de la anécdota era que el Presidente le preguntaba al funcionario, ¨Dígame, Señor Secretario, ¿con qué compran los dólares? Y el Secretario le respondía: ¨Con pesos, Señor Presidente¨. Y entonces el Presidente le dio instrucciones: Pues ¡quíteles los pesos! .Y así surgieron nuevos impuestos...Pero ese México ya quedó atrás, ¿o no?
A primera vista, bien pudiera pensarse que las Redes Sociales en internet constituyen el medio ideal para fortalecer una sólida y poderosa “Opinión Pública”. Sin embargo, constatamos, por el contrario, que cada día “lo Público, lejos de fortalecerse tiende más bien a desdibujarse.
Por eso, el masivo ¨Príncipe Digital” debe ser muy hábil en el ejercicio del poder para defenderse de esta sutil “gubernamentalidad de los MacroDatos”. Nosotros, – Seguidores- ya hemos dejado de ser opacos para convertirnos en entidades transparentes para las Grandes Empresas y el Gran Hermano Gubernamental debido al “Big Data”, a los datos compilados y elaborados a gran escala que la tecnología digital les aporta sobre nuestro comportamiento, muchas veces hasta voluntaria y complacientemente cuando nos exhibimos en las aplicaciones que usamos instaladas en nuestros aparatos digitales.
La enorme acumulación de datos hace posible, por vez primera en la historia, una suerte de “modulación automatizada” de millones de nosotros, los “usuarios”, que inconscientemente abrimos las puertas de nuestras pantallas a una inminente “Sociedad de Hípercontrol” en vez de luchar al practicar conscientemente, reflexionando día a día, la Democracia que anhelamos. De nosotros depende.
Recuerda, Tú eres parte del nuevo Príncipe...
(Febrero-2018)