El Príncipe Digital gradualmente reemplaza a las antiguas modalidades de ejercer el poder, representadas por la persona del Príncipe maquiavélico en siglos pasados, del Partido hegemónico gramsciano en el siglo XX o más recientemente por la política mediática dominada por los medios electrónicos tradicionales como la radio y, principalmente, la televisión, (que han desplazado a la prensa escrita). En este último caso, contando con el apoyo de los principales grupos económicos y políticos de la Nación.
La influencia de la tecnología digital del mundo actual globalizado produce un nuevo Príncipe que podemos llamar Digital, que sabe que el Poder de las redes sociales en línea constituye, al mismo tiempo, las nuevas redes del Poder. Al ser parte de la red, tú, junto con millones de usuarios, eres parte del nuevo Príncipe Digital.
Este Príncipe que ejerce el poder en la era digital no es ya principalmente una sola persona concreta, un líder a la antigua usanza (en nuestro caso, el Presidencialismo mexicano ya muy acotado), ni un partido que mantiene una influencia total sobre la política de un país (como era el PRI), ni son ya predominantemente los grandes medios electrónicos (como lo fue Televisa).
Esta nueva figura política o Príncipe Digital no está formada necesariamente por intelectuales (orgánicos o no), ni nace de los medios tradicionales (radio y TV) y ya no está ligada a los grupos económicos y políticos dominantes, pero sus redes sociales en línea tienen igual o más influencia en las decisiones políticas.
La gobernabilidad que produce el Príncipe Digital está conformada cada vez más por millones de usuarios de las redes sociales en línea. Uno de los rasgos más singulares de la hora presente es la velocidad con que fluye la información y con ella las mutaciones en los estados de opinión. Las “Redes Sociales en Línea¨ como socio tecnologías, poseen la capacidad de acelerar los flujos temporales y con ello el curso de los acontecimientos. Las imágenes y sonidos que fluyen de las pantallas de tabletas y celulares van creando nuestro presente histórico, sincronizados con los flujos temporales de conciencia (o inconsciencia) de millones de usuarios.
Las redes digitales inauguran este siglo una doble posibilidad: la de expandir la democracia igualitaria o la posibilidad de dominar nuestra mente y con ello abolir el ejercicio del pensamiento crítico y deliberativo.
En este último caso, el Príncipe Digital puede desenvolverse en dos sentidos; en primer término, como un medio capaz de instrumentalizar las nuevas redes tecnológicas para mantener y fortalecer las mismas situaciones de dominación. En segundo término, en el uso de la tecnología digital que correspondería a una inteligencia no humana capaz de administrar una “gubernamentalidad calculadora” puesta al servicio de determinadas fuerzas e intereses dominantes.
El Príncipe de la era digital, en ambas acepciones, resulta ser un modo tecnificado de concebir y ejercer el Poder: o democráticamente o despóticamente (en este caso, los medios de comunicación no son un mediador neutral sino que ayudarían a reproducir ideologías).
Efectivamente, junto con las redes digitales, se expande a nivel mundial un nuevo tipo de sociedad que va trastocando la realidad. El poder ya no se resuelve en un “Tiempo Histórico” sino en un “Tiempo Informacional”.
En la actualidad, el Príncipe Digital está compuesto por todos aquellos de nosotros que participamos en las Multitudes de Anónimos, Líderes de Opinión y Comunidades Virtuales Organizadas, por internet y por las redes sociales, que consiguen una movilización social.
Podemos decir que las Multitudes somos el conjunto de singularidades reunidas en el espacio digital. Está formado por los usuarios, seamos productores o lectores, y por los Líderes de Opinión. Esas personas que componemos las multitudes poseemos capacidades y experiencias individuales y contribuimos a crear el todo, pero eso no significa que tengamos igual participación en el proceso de comunicación, sino que poseemos potencialidades para contribuir de alguna manera.
Los componentes de las Multitudes posiblemente estamos en localidades diferentes, con distintos modelos de vida y de formación intelectual y social, pero para ser una multitud organizada debemos tener algo en común. Y ese algo en común que nos liga es la red.
En relación con los Líderes de Opinión, estos son los comunicadores profesionales pero también aquellos que asumen funciones de liderazgo aunque no tengan la comunicación por profesión. Son los mediadores del diálogo y del debate, un puente entre los informadores y los usuarios, que poseen relaciones tanto de lazos fuertes como de lazos débiles.
Los líderes de opinión son para el Príncipe Digital lo que los componentes del Partido eran para el Príncipe Moderno de Gramsci, y lo que los presentadores, reporteros y editores son para el Príncipe Electrónico de Ianni.
Las Comunidades Virtuales Organizadas, tercer pilar de la triple base del Príncipe Digital, están compuestas por los Nuevos Movimientos Sociales y por los Movimientos de Hackers. Son grupos que luchan por causas comunes. Discuten en la red, forman opiniones y actúan. Esa acción puede acontecer tanto en el ámbito de lo real como de lo virtual.
Las redes sociales digitales no constituyen una Masa sino un “Enjambre humano”. Con este concepto se quiere denominar una aglomeración de “usuarios” carentes de gran sentido gregario; individuos aislados. No obstante, y a pesar de esta desintegración de “lo Público” en las redes digitalizadas, se puede observar que ante determinadas circunstancias un “Enjambre” es capaz de aglomerarse de manera súbita en torno a un suceso que constituye una tendencia alrededor de un tópico.
En suma, el tránsito desde una especie de estado de “Enjambre Humano” al de aglomeración o “Público-red” genera nuevos comportamientos políticos y sociales que llevan a concebir el ejercicio del poder a la manera de un Príncipe Digital, de manera muy distinta al de los Príncipes de antaño.
Debemos estar alertas a este nuevo fenómeno, conscientes de que así como pavimenta la supercarretera de la información que nos hace partícipes del Poder también puede abrir las puertas a una “Sociedad de Hípercontrol”, en manos de unos cuantos poderosos que manipulen nuestras conciencias por la nueva vía digital.
De tu comportamiento en las redes digitales, dependerá que la tendencia electrónica de concentración del Poder se perpetúe y agudice, o que la tecnología digital sirva para practicar una mayor y mejor democracia. ¿Qué camino escogerás?
Recuerda, Tú eres parte del nuevo Príncipe...
(Febrero-2018)