Este fin de semana la aspirante presidencial Claudia Sheinbaum, quien participa en el proceso interno de Morena, estuvo en el Estado de México encabezando concentraciones masivas. Es claro que Sheinbaum encabeza las encuestas, sin embargo, surge la pregunta: ¿Es verdad que nadie está metiendo las manos a favor de Sheinbaum pese a la indicación del presidente?
Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno de la Ciudad de México con licencia, destacó el apoyo recibido en su gira por la entidad mexiquense, afirmando que reunió a 75 mil personas en diversos eventos. Según ella, este respaldo demuestra que los habitantes están contentos por haber "derrotado a unos 'dinosaurios'" y por la victoria de Delfina Gómez, virtual gobernadora de la entidad. ¿Sigue la tendencia por las mujeres?
Si bien es cierto que estas cifras podrían indicar un respaldo popular hacia Sheinbaum, no hay que ignorar que la política siempre hay intereses y estrategias en juego. El presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió a los gobernadores y presidentes municipales no meter las manos en el proceso, pero resulta difícil creer que en estas movilizaciones masivas no haya quienes estén apoyando a la aspirante presidencial, cercana a AMLO y con mayor popularidad (buena o mala).
Adán Augusto, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Manuel Velasco, seguramente cuestionan estas actividades. Es natural que piensen quién está apoyando el ascenso de Sheinbaum. Marcelo no se quedará cruzado de brazos y buscará la forma de demostrarlo.
Es importante recordar que en política nada es casualidad. Las movilizaciones masivas, como las que ha logrado Sheinbaum, no son solo producto del entusiasmo y el respaldo popular. Detrás de ellas pueden existir acuerdos, negociaciones y estrategias que la busquen posicionar en la contienda interna de Morena, porque algo es cierto, gobernadores y alcaldes tienen a su favorito o favorita.
No se trata de desacreditar el trabajo de Sheinbaum ni su popularidad. Presume la disminución de la inseguridad en la Ciudad de México, y sus principios de no robar, no mentir y no traicionar al pueblo suenan atractivos para muchos, porque es la doctrina de Andrés Manuel.
Si bien Claudia Sheinbaum ha logrado convocar multitudes (por supuesto apoyada por sus estructuras en la entidad) y su popularidad ha ido en aumento, es válido cuestionar si es verdad que nadie está metiendo las manos a su favor. La política es un juego complejo, donde los intereses y las estrategias son parte fundamental. Pero con todo lo que vemos podríamos decir: ¡Es Claudia!