Hoy hablaremos de una compañía que le dio gran auge a la vida económica al Valle de Toluca gozando de gran prosperidad, a pesar de que el país sufría una crisis financiera en el segundo lustro del siglo XX; esta es la famosa Cervecería Toluca y México, S.A. en el porfiriato.
Corría el año de 1907, cuando la Cervecería Toluca-México obtuvo una ganancia bruta de $848,475.80 pesos y don Francisco Gottwald, director en este momento de la misma empresa, informaba que en este año había aumentado la producción de la cerveza en un 25% en relación al año anterior 1906.
En el informe que rinde en 1907, Gottwald declara que el año de 1906 ha sido el año que se han obtenido las mayores utilidades desde la constitución de la empresa, agrega que ha sido muy fructífero caracterizado por una marcha firme y constante tanto en lo industrial como en lo mercantil. Al finalizar este año, la compañía Cervecera tenía invertidos $200,000.00 pesos en bienes raíces de Toluca, $300,000.00 pesos en maquinaria y enseres de Toluca, más $550,000.00 en materias primas y $560,000.00 en existencias de fabricación.
Como la mayor parte de las cervecerías establecidas en México en la segunda mitad del siglo XIX, la cervecería de Toluca se inició con un capital alemán. En 1907 seguía predominando la inversión del capital alemán: de las 15,000 acciones con las que contaba en ese año la empresa, casi la tercera parte, 4,495, pertenecían a Gustavo Schroeder; 1,325 a Ignacio Iturbe; 1,250 a la testamentaria de Santiago Graff; 843 a C. Hackmack; 825 a Ernesto Schroeder; 500 a Carlos Kleinschmidt; 412 a Deuchler y Cía; 323 a Lohse y Cía; 150 a Carlos Eternaud; S. Wolff, Enrique Renner, Ernesto Otto, Ernesto Grauert y Federico Graef, teniendo 100 acciones cada uno de ellos.
La cervecería de Toluca fue fundada por Santiago Graff en el año de 1875; pero su campo de acción era entonces muy reducido. En 1885 tenía solamente 13 trabajadores y el costo de la maquinaria y el edificio era de $10,000.00 pesos.
En 1890 se convirtió en sociedad anónima y diez años después la compañía había adquirido gran desarrollo: en 1900 producía, 2 millones de litros al año, lo que la colocaba en segundo lugar en importancia a nivel nacional de las setenta y dos fábricas que existían en el país. La producción de la fábrica de cerveza toluqueña sólo era superada por la “Compañía Cervecera de Chihuahua”.
A principios del siglo XX la cervecería de Toluca contaba con modernos departamentos para elaborar la cerveza en grandes cantidades, con aparatos automáticos para embotellar el líquido que se esterilizaba con el método Pasteur (proceso de pasteurización llamado así por Luis Pasteur cuando descubre que organismos contaminantes productores de la enfermedad de los vinos podían ser eliminados aplicando una alta temperatura),la empresa elaboraba botellas, tapones de corcho y contaba con todos los elementos para empacar los productos. Para el año de 1901 la compañía había inaugurado la fábrica de vidrio con generadores de gas, horno de tanque y de trabajo continuo, también había adquirido un extenso arbolado terreno para satisfacer las necesidades de empaque de botellas y combustible del horno.
El arbolado del terreno era atravesado por la vía férrea del ferrocarril Toluca-Tenango, inaugurado en 1897 (crónica recientemente escrita y, por cierto, muy agradecido con más de 13 mil vistas en 3 días), y a la fábrica situada en la Plaza de Zaragoza (otrora Plaza de Alva), llegaba esta línea férrea y un ramal del ferrocarril Nacional Mexicano, con lo que la empresa podría cubrir sus necesidades de obtener materia prima y de distribuir sus productos.
El edificio que ocupaba la fábrica de cerveza en estos años era de los más importantes de nuestra bella Toluca, por su amplitud y calidad de construcción, encontrándose en el año de 1894 la extraordinaria construcción de la fachada proyecto elaborado por el ingeniero Enrique Cárdenas, como lo comentó el historiador, periodista y catedrático don Aurelio Venegas, también secretario del Instituto Científico y Literario del Estado de México y secretario particular de los gobernadores Jesús Lalanne y José Vicente Villada.
El terreno que ocupaban las instalaciones de la fábrica de cerveza toluqueña en el año de 1907 medía 23,000 metros cuadrados y comprendía más de 50 departamentos: graneros, limpio y molido de malta, cocimiento con aparatos de batición, enfriamiento y oxigenación del mosto, fermentación principal, fermentación ulterior, conservación y clarificación, secciones para embotellar y pasteurizar para el corte del corcho, talleres de herrería, tonelería y carpintería, etc.
Por lo anterior, uno de los periódicos más importantes de la capital de la época “El Imparcial” describe en el año de 1907 algunos de los departamentos de la fábrica de cerveza en Toluca; en la parte central del edificio se encontraba el molino de malta que trituraba la cebada para que de ahí pasara a las celdas de cocimiento. En el primer piso se encontraban tres grandes calderas para los cocimientos y dos tinacos de fierro para la batición, los pabellones de estas dependencias eran de fierro y cemento dando acceso a elegantes escaleras de fierro. En 1906 se habían instalado dos calderas de vapor por sistema “Heine” y posteriormente en 1908 se hicieron importantes adquisiciones de maquinaria moderna como otra caldera “Heine” de 300 caballos de fuerza, una máquina para lavar botella de “20th Century” y otra para pasteurizar del sistema “Ruff”.
El conocido e importante diario capitalino agrega otro dato interesante que la magnitud de los trabajos a los que atienden la empresa han originado que el local sea insuficiente para contener toda la maquinaria y se ha tenido que ampliar la planta con nuevas construcciones situadas a regular distancia pero que se comunican con la fábrica por medio de túneles subterráneos; dentro de estas nuevas construcciones se encuentran los almacenes de malta, cebada y botellas.
Para el periódico son de llamar la atención los departamentos de lavado, embotellado, pasteurización, encorchado y empaque de cerveza, por lo anterior, utilizando una maquinaria muy moderna se hacía el lavado escrupuloso de las botellas, estas pasaban posteriormente a las máquinas embotelladoras, después se encorchaban y encasquillaban con tapón “Corona” y se conducían al departamento de pasteurización.
En el departamento de corchos, a cargo del maestro Francisco Lafora, la materia prima se importaba de Cataluña y Sevilla, y la maquinaria que cortaba y pulía los tapones de las botellas era de los más avanzados de la época. En el departamento de pasteurización se encontraba una estufa que aumentaba progresivamente su temperatura hasta 65 grados y disminuye de nuevo a la temperatura normal. Concluida la pasteurización las botellas se etiquetaban, empacaban y almacenaban para la venta respectiva.
La fabricación de la cerveza en 1907 estaba a cargo del maestro alemán Antonio Neumaier que sustituyó a Carlos Hagemeister que fue maestro cervecero de la fábrica toluqueña durante muchos años. El maestro Neumaier antes de prestar sus servicios a la Compañía Cervecera de Toluca; sirvió por muchos años a la Compañía Cervecera de Orizaba.
La Compañía Cervecera Toluca México, S.A. contaba con una importante fábrica de vidrio que se inauguró en 1899. En esta fábrica la empresa tenía invertido $102,000.00 pesos a finales de 1906; que en este año produjo 4,500,000 de botellas que tuvieron un costo unitario de 5 centavos en lugar de los 6-1/4 centavos que costaban las importadas, lo que le dejaba a la compañía una considerable ganancia.
En un principio la fábrica de vidrio tenía un horno con capacidad para producir doce mil botellas, este horno se sustituyó por otro que producía dieciocho mil; a finales de 1907 se inauguró un nuevo horno con un costo aproximado de $70,000.00 pesos que producía 120,000 botellas por semana. En este mismo año se produjeron cinco millones de botellas superando la producción de 1906 de 391,484 botellas, en el costo de las botellas fabricadas hubo un ahorro del 45% siendo de la misma resistencia para la pasteurización que las botellas importadas.
La crisis económica que se presentó en México en los últimos años del porfiriato finalmente repercutió en la producción de la Compañía Cervecera de Toluca; Gottwald al frente como Director General declara en su informe correspondiente al año de 1908 que el país pasa por una difícil situación económica acentuada por las malas cosechas que se levantaron ese año y porque no ha mejorado el precio de los metales y otros productos de exportación. Agrega que esta situación ha influido desfavorablemente en el progreso de todos los negocios de toda la República y de manera específica en las ganancias de la empresa; sin embargo, a pesar de las dificultades no se registran pérdidas de importancia para la Compañía en el año de 1908.
En el informe que se presenta por parte del Consejo de Administración de la Compañía Toluca México S.A. en marzo de 1909 se señala que el estado anormal de los negocios en el país ha sido un obstáculo para dar mayor impulso a nuestra producción y ha influido en gran manera para que el éxito de nuestra industria no haya sido tan brillante como era de esperarse y desearse; no es menos cierto que igualmente la acogida favorable de nuestros productos encuentran contrarrestar victoriosamente las influencias que se oponen al desarrollo y progreso de nuestra compañía.
Un aspecto que no se incluye en este informe y que contribuyó considerablemente para contrarrestar las pérdidas económicas de la Compañía Cervecera, fue la explotación de los trabajadores: de 68 centavos que los obreros recibían como salario en el año de 1905 hubo una reducción de 37 centavos en el año de 1910 el obrero de la fábrica no solamente fue víctima de la reducción del salario, también padeció de la reducción de empleos pues de 800 trabajadores que había en la fábrica de cerveza en 1905, se redujo a 665 en 1910. Las repercusiones económicas de la crisis que sufre el país en vísperas de la Revolución de 1910 también se manifestaron en el ámbito social.
Hoy en día este emblemático y referente inmueble, ubicado en el mismo lugar, en uno de los ventrículos del corazón del centro histórico de nuestra tacita de plata con olor a sacristía (Enrique Carniado), es sede del extraordinario Centro Tolzú donde se ha convertido en un maravilloso concepto que ha nacido en la capital mexiquense para despertar las emociones, impulsar la creatividad y unir a la sociedad, basado en una visión más amplia de cultura, que genera un valor positivo a la comunidad; además que permite de forma lúdica, el aprendizaje, la cultura y el deporte.
